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Nueva vida en banda ancha para los viejos cables de cobre

No siempre existe la voluntad de llevar fibra óptica a todos los rincones

Pablo G. Bejerano

Madrid —

Renovar las infraestructuras de telecomunicaciones es caro. Normalmente es una tarea que se atribuye a las operadoras, que después comercializan las líneas de acceso. Sin embargo, estas compañías trazan sus valoraciones económicas y no siempre encuentran rentable la inversión que hay que hacer para modernizar el acceso en ciertas zonas, como áreas rurales o lugares con baja densidad de población.

En el pasado Mobile World Congress esta polémica tuvo su protagonismo con las declaraciones de algunas operadoras, como Telefónica, Vodafone o Deutsche Telekom, y los anuncios de Google y Facebook. El primero lanzará una operadora virtual y el segundo prosigue con su plan para extender la conexión a Internet (limitada) en países donde el acceso es difícil. Ambas compañías han apostado por entrar en el jugo para acelerar la expansión de Internet.

Aparte del acceso hay otro factor que es indicador de la calidad de las comunicaciones de una zona. Se trata, por supuesto, de la velocidad. Hoy en día se puede dar perfectamente la contradicción de dos lugares, separados por 50 kilómetros entre sí, donde uno de ellos dispone de fibra óptica a la máxima velocidad y el otro se ha quedado anclado en el tiempo, con unos pocos Mbps de conexión.

Algunos de los fabricantes de infraestructura de redes están explorando vías para mejorar la velocidad en estos lugares, sin que sea necesario llevar fibra, algo a lo que las operadoras no parecen dispuestas en muchas ocasiones. El proceso que más éxito está teniendo tal vez sea la vectorización del cobre. Se trata de aprovechar estas viejas líneas reduciendo el ruido de fondo, que dificulta la transmisión de datos. Es algo que se hace mediante software, de manera similar a como se hace la cancelación del ruido con el sonido que salen por unos auriculares.

Eliminando este ruido, las líneas de cobre pueden operar a velocidades máximas durante unas decenas o cientos de metros, con lo que la fibra óptica no tiene que llegar a cada hogar, evitando costosas ramificaciones. La empresa franco-estadounidense Alcatel-Lucent está desplegando esta tecnología y afirma que se alcanzan velocidades de 50 Mbps. La vertiente más experimental de estos esfuerzos ha logrado tasas incluso de 1 Gbps a lo largo de 70 metros de línea de cobre. La china Huawei, especialista en infraestructura, también cuenta con su propia tecnología de vectorización del cobre y colabora con varias operadoras para implantarla.

Cada actor tiene su papel

El CEO de Alcatel-Lucent Michel Combes resaltó en un encuentro con periodistas la importancia que cada tipo de compañía tiene en la construcción de las redes. “Todos los actores del ecosistema van a hacer prosperar las redes. Necesitamos a todos los actores del ecosistema para pensar en cómo vamos a entregar conectividad en todo el mundo. Es necesario habilitar esta conectividad construyendo nuevos tipos de tecnologías o nuevos tipos de proyectos. Al final es siempre el mismo juego, que consiste en intentar llevar la conectividad a todos los rincones”.

Eso sí, Combes cree que cada uno tiene su papel en la tarea. “Los proveedores de aplicaciones proporcionan los servicios que utilizan los usuarios”, señaló en relación a Google y a Facebook, apuntando que una iniciativa como Project Loon, para llevar acceso a Internet mediante globos de gran altitud, necesitará no solo de una infraestructura en tierra que le dé soporte sino de un sistema de monitorización capaz de coordinar todos los radiotransmisores.

Los papeles de las operadoras como proveedores de acceso y de las compañías de Internet como proveedores de servicios parecen claros. Pero hay otros actores detrás. El fabricante de chips Qualcomm mostró en el MWC otra forma de mejorar la conexión existente. En este caso se trata de combinar el uso de WiFi y LTE, dos tecnologías que gracias a la adecuación de los chips pueden coordinarse sin interferir entre ellas. De forma que el usuario obtendrá una mayor capacidad de subida y de descarga, aprovechando la red WiFi de su hogar sin importar que su proveedor de acceso y su operadora no sean los mismos.

Alcatel-Lucent también presentó su propia tecnología destinada a las redes con el fin de combinar WiFi y conexión móvil, que en este caso no necesitaría de ninguna modificación de hardware, los dispositivos podrían estar listos con una actualización del sistema operativo. La combinación de ambas tecnologías consiste en orientar el WiFi para el tráfico de descarga y la red móvil para el de subida. Las tasas de transferencia aumentan debido a que ambas tecnologías se coordinan entre sí para balancear el tráfico.

La coordinación entre el WiFi y la red móvil también evita que se pierda la conexión al alejarse demasiado del router y perder la señal WiFi. El terminal usaría de inmediato la conexión móvil impidiendo latencias y cortes de conexión. Este tipo de tecnología resultará útil cuando se implante masivamente VoLTE (voice over LTE o llamadas sobre LTE), así como voice over WiFi, el mismo concepto aplicado a la conexión del hogar o del trabajo.

En la pasada edición del Mobile World Congress ha habido algunos anuncios relacionados con esto, como el lanzamiento del servicio Call+ de Vodafone, que permitirá hacer llamadas sobre LTE, así como enviar contenido multimedia al interlocutor desde la misma aplicación. En un principio se podría pensar que a las operadoras no les interesa que se expanda VoLTE, pues dejarían de cobrar por las llamadas. Pero lo cierto es que si los usuarios empiezan a usar voz sobre LTE y voz sobre WiFi, las operadoras podrían cerrar las redes 3G y 2G, logrando un ahorro de costes considerable.

Imagen: baldbrad

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