Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Tinder y yo: diario de un quemado

Tinder y yo: diario de un quemado

7

Después de año y medio perdiendo el tiempo con un tío, me he vuelto a abrir Tinder. Fueron meses de tiras y aflojas, de “no estoy preparado para tener una relación”, pero tan amigos, hasta que hace unas semanas me dijo que estaba “en serio” con otro. Así que, una vez superado el duelo, me volví a descargar Tinder.

Y quien habla de Tinder puede hablar de muchas otras apps como Grindr, Happn, Adopta, Wapa, Scruff... Además, te lo ponen fácil: no basta con borrar la app, si no les dices que cierren tu cuenta, ahí seguirás atrapado, recaudando matches sin que te enteres. ¿Es posible encontrar el amor en Tinder? Yo creo que sí. Lo he visto en casos muy cercanos. Al fin y al cabo, había encontrado a ese tipo en una de esas apps. Todos sabemos cómo funcionan, ¿cierto? Si no te gusta, swipe a la izquierda. Si te gusta, a la derecha. Swipe, swipe, swipe,... “¡Oh! Has tenido un match con alguien”. Bien, bien. Esto empieza bien. Mando un gif de Ralph Wiggum saludando. Y pasan las horas y no hay respuesta. Voy a seguir con este carrusel de fotos.

Izquierda, izquierda, izquierda. Derecha. Nada. Izquierda, izquierda. Derecha. Y así pasa uno los días. Dios, creo que me voy a morir solo. Este juego solo me empieza a parecer entretenido cuando se lo dejo a mis amigos y son ellos los que eligen.

Este paseo por un escaparate de torsos no deja de recordarme a webs inhóspitas de los 2000 como votamicuerpo. Encontramos perfiles de todo tipo: la parejita que viene a experimentar, el agente secreto que se esconde tras unas gafas de sol en todas sus fotos, el vampiro que viene a “conocer gente” pero en realidad va al cuello, el de idealista que está buscando piso, el hacker que ha modificado su ubicación y en realidad está en Noruega, el influencer que a base de metralleta* te pide que le sigas en Instagram... Izquierda, izquierda, derecha. Vaya, otro match. Vuelvo a saludar. ¡Y contesta! Pues este sí que sí.

Y comienzas una charla, de buen rollo. Comparáis gustos, aficiones y hasta os planteáis quedar. Lo hacéis. Sale mal. Y en cuanto te vas vuelves a abrir la app. ¡Otro match! Venga, vamos a ponerle un poquito más de ganas. Pero llega el fin de semana y te hace goshting. Vuelvo al móvil y temo estar empezando a obsesionarme, porque Tinder no deja de salirme como app favorita de uso, por delante de Whatsapp o Instagram.

Mientras escribo esto, reviso mi perfil y tengo unos 700 matches pero apenas cuatro conversaciones activas.

Volviendo a la pregunta de más arriba: ¿es posible encontrar el amor en Tinder? Bueno, si no llega, siempre te puedes llevar alguna alegría por el camino. Hasta que me harte y borre la app. No pasarán ni dos semanas hasta que me la vuelva a instalar.

*(Hacer la) metralleta: marcar todos los perfiles con un sí para no dejar pasar ningún match. 

Etiquetas
stats