Uber, demandado en EEUU por usar un software para esquivar a las autoridades
El Departamento de Justicia de los EEUU ha empezado una investigación criminal contra Uber, la startup más valiosa del mundo. ¿El motivo? Utilizar una herramienta dirigida a sus conductores para que estos se saltasen los controles policiales y evitasen a los reguladores estadounidenses en ciudades como Portland, donde la empresa no pudo operar hasta 2015.
Según Reuters, Greyball, como se llamaba el software, fue prohibido por la empresa de Travis Kalanick en marzo, después de que el New York Times diese a conocer al mundo su existencia. Por aquel entonces, la empresa de vehículos con conductor dijo que en realidad se trataba de “un programa que rechaza la petición de viajes a usuarios que se han saltado las normas de uso. Ya sea porque son personas que han hecho daño físico a nuestros conductores o la competencia buscando impedir nuestro trabajo, o alguien que quiera crear una trama para ponerse de acuerdo con las autoridades para denunciar a nuestros conductores”.
Uber también llegó a decir que el software era proporcionado a los conductores para que estuvieran a salvo en caso de tener un conflicto con taxistas o la competencia. Hasta el momento, la compañía ha rechazado hacer comentarios. Sin embargo, los abogados de Uber, en varias cartas a las autoridades de Portland dicen que Greyball fue usado de forma “excesiva” allí antes de que el servicio fuera aprobado hace dos años.
Un software de espionaje
La empresa de Kalanick también ha recibido una citación de los tribunales de Carolina del Norte para que presente la documentación del software. Quieren entender cómo funciona, a quién se lo instalaban y qué hacía exactamente. Según la policía de Portland, Uber utilizó Greyball para saltarse hasta 16 controles policiales en diciembre de 2014.
En un post en el blog de Uber en marzo, la compañía explicaba que el software se utilizaba para “esconder la vista habitual de la ciudad para los conductores, permitiendo a Uber mostrar una versión diferente a ese conductor”. La empresa de VTC también dijo que Greyball ocultó la localización de los coches en varias circunstancias, en función de si creían que sus conductores sufrirían amenazas o simplemente para probar nuevas características.
Greyball llegaba incluso a analizar la tarjeta de crédito de los clientes, su teléfono, la localización y otros factores para determinar si la carrera que había solicitado era real o no. Llegaron, incluso, a comprobar el historial de las tarjetas bancarias o husmear en las redes sociales de sus usuarios para saber en qué trabajaba cada uno. Y todo ello con un objetivo: identificar si la persona que pedía el coche era alguien “normal”, de otra empresa o un delator.
Además, según los empleados de Uber consultados por Reuters, el software llegó a usarse contra policías sospechosos de multar conductores, confiscar vehículos o utilizar cualquier otro método para impedir que la empresa de Kalanick pudiese operar correctamente. Tras las revelaciones del NYT en marzo, Uber prohibió usar el software.