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The Guardian en español

Expertos en inteligencia artificial piden boicotear a una universidad surcoreana por si desarrolla robots asesinos

Desde la universidad asiática aseguran que respetan los derechos humanos

Benjamin Haas

Seúl —

Expertos en inteligencia artificial de cerca de treinta países han decidido boicotear a una universidad surcoreana, preocupados por el hecho de que un nuevo laboratorio que la institución académica ha creado en colaboración con una compañía líder en la fabricación de armas pueda desarrollar robots asesinos.

Más de cincuenta académicos de prestigio mundial han firmado una carta en la que piden que se boicotee al Instituto Superior de Ciencia y Tecnología de Corea del Sur (Korea Advanced Institute of Science and Technology, KAIST) y a su socio, el fabricante de material de defensa Hanwha Systems. Los investigadores señalan que no colaborarán con la universidad ni invitarán a profesores de esta institución académica.

“La inteligencia artificial te permite llevar a cabo muchísimos proyectos interesantes para salvar vidas, también en un contexto militar, pero afirmar abiertamente que el objetivo es desarrollar armas autónomas y tener un socio como éste genera mucha preocupación”, indica Toby Walsh, el organizador de esta campaña y profesor de la Universidad de Nueva Gales del Sur. “Se trata de una universidad muy respetada que ha decidido colaborar con un socio cuya ética es cuestionable y que continuamente vulnera la normativa internacional”, lamenta.

El boicot se produce en vísperas de la reunión del grupo de expertos de Naciones Unidas sobre Sistemas de Armamento Letales y Autónomos que se celebrará en Ginebra la próxima semana. Más de 20 países ya han pedido la prohibición total de los robots asesinos. El uso de la inteligencia artificial en los ejércitos de todo el mundo ha despertado temores sobre que se puedan producir situaciones similares a la que refleja la película Terminator y plantea interrogantes sobre la precisión de dichas armas y su capacidad para distinguir entre amigos y enemigos.

Hanwha es uno de los mayores fabricantes de armas de Corea del Sur y produce municiones en racimo que están prohibidas en 120 países en virtud de un tratado internacional [Convención sobre Municiones en Racimo de 2008]. Corea del Sur, así como Estados Unidos, Rusia y China, no es Estado Parte de la convención.

Walsh empezó a preocuparse cuando un artículo del periódico Korea Times afirmó que el KAIST iba a participar “en la carrera mundial para desarrollar armas autónomas”. Escribió a la universidad para pedir más información pero no obtuvo respuesta.

“Nos importan los derechos humanos”

El presidente del KAIST, Sung-Chul Shin, ha manifestado que el boicot le produce tristeza y en un comunicado ha puntualizado que “KAIST no tiene ninguna intención de participar en el desarrollo de sistemas de armas autónomas letales y robots asesinos”.

“Como institución académica, nos importan los derechos humanos y los estándares éticos”, ha indicado: “”Reafirmo una vez más que el KAIST no llevará a cabo ninguna labor de investigación que sea contraria a la dignidad humana, incluyendo el desarrollo de armas autónomas que no sean controladas en gran parte por un humano“.

El centro de investigación para la convergencia de la defensa nacional y la inteligencia artificial de la universidad empezó a funcionar el 20 de febrero. Coincidiendo con su inauguración, Shin afirmó que “proporcionaría una base sólida para el desarrollo de tecnología para la defensa nacional”.

Según la información que en ese momento proporcionó el centro, la investigación se centra en el desarrollo de “sistemas de mando y decisión basados en inteligencia artificial, algoritmos de navegación para vehículos submarinos no tripulados, sistemas de entrenamiento de aeronaves inteligentes basados en inteligencia artificial y tecnología de seguimiento y reconocimiento de objetos inteligentes basada en inteligencia artificial”.

De hecho, Dodaam Systems, una empresa privada de Corea del Sur, ya fabrica un “robot de combate” totalmente autónomo; una torreta fija capaz de detectar objetivos a una distancia de hasta 3 km. Entre sus clientes se incluyen los Emiratos Árabes Unidos y Qatar, y ha sido probado en la frontera con Corea del Norte, una zona muy militarizada. En declaraciones a la BBC en 2015, los responsables de la compañía aseguraron que se había “autoimpuesto restricciones” y era necesaria la orden de un humano para lanzar un ataque letal.

Walsh indica que el avión teledirigido militar Taranis, desarrollado por la empresa del Reino Unido BAE Systems, puede funcionar de forma completamente autónoma. En su opinión, la existencia de robots asesinos aumenta la inseguridad de la población, incluso en un barrio peligroso.

“Lejos de mejorar la seguridad en la Península de Corea, el desarrollo de armas autónomas empeorará la situación”, y señala: “Si algún país fabrica estas armas, tarde o temprano Corea del Norte las tendrá y no tendrá reparos en utilizarlas contra Corea del Sur”.

Traducido por Emma Reverter

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