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De Lugo a Huelva pasando por Ávila: un viaje por ocho de las murallas más llamativas de España

La muralla de Ávila.

Roberto Ruiz

23 de febrero de 2024 22:23 h

En otra época, cuando pueblos y ciudades debían defenderse de los enemigos que llegaban a pie, quien tuviese la mejor muralla tenía mayores posibilidades de resistir los ataques y plantar cara a los invasores. Hoy, aquellas murallas son testigos mudos de guerras y batallas, pero dignas responsables de la conservación de sus municipios a lo largo de los siglos.

El convulso pasado del actual territorio español nos regala un buen número de murallas, ya sean romanas o medievales, que llenan de encanto las poblaciones que protegen trasladándonos en el tiempo. Al pensar en ciudades amuralladas nos vienen a la mente ejemplos como Ávila, Lugo o Badajoz, pero hay muchas otras que siempre debes tener en cuenta si quieres conocer algunas de las murallas más espectaculares de España.

Ávila

Como no podía ser de otro modo, si de murallas se trata, hay que empezar hablando de Ávila. Tiene sus orígenes en el siglo I d.C. pero la que vemos hoy pertenece al siglo XII, por lo que estamos ante un excelente ejemplo de arquitectura defensiva del románico español. Rodea por completo la ciudad antigua de Ávila y su perímetro mide en total 2,5 km. Es Patrimonio de la Humanidad desde 1985.

Cuenta con 87 torreones, nueve puertas y tres poternas, siendo posible caminar sobre ella en varios tramos para disfrutar de nuestra visita desde las alturas. Para disfrutarla desde fuera la mejor opción es contemplarla desde el Jardín de San Vicente o su lienzo norte desde la explanada frente al Centro de Exposiciones y Congresos, donde luce con mayor esplendor.

Lugo

Lugo no se queda atrás y mantiene en pie una enorme muralla romana que rodea el casco histórico de la ciudad. Su monumentalidad le hace ser Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000 y tiene una longitud de 2.266 metros. Fue construida hace más de 17 siglos, conserva 71 torres de las 85 que tuvo originalmente, llega a alcanzar una anchura de 7 metros y da acceso a la ciudad a través de 10 puertas.

Cuenta la leyenda que los romanos no construyeron la muralla para proteger la ciudad, sino un bosque, el ‘Bosque Sagrado de Augusto’, de cuya denominación en latín, Lucus Augusti, surgió el nombre de Lugo. Pero aunque del bosque no haya ni rastro, lo que sí es cierto es que caminando sobre sus muros disfrutaremos de las mejores vistas de la ciudad.

Badajoz

La ubicación fronteriza de Badajoz le ha otorgado un importante papel defensivo a lo largo de su historia pues vive en constante oposición a la fortaleza portuguesa de Elvas. Su fundación se debe a Ibn Marwan en el año 875 y al menos dos murallas distintas han defendido el perímetro completo de la ciudad, una medieval y otra posterior de tipo abaluartado.

Fue en el siglo IX cuando nació su Alcazaba pero conforme la ciudad iba ganando tamaño se iba haciendo necesaria una mayor defensa. Ya en el siglo XVII se levantó la muralla abaluartada de Badajoz, que llegó a albergar hasta ocho baluartes y dos semibaluartes. Si sumamos todos sus tramos de muralla se superan los 6,5 km de longitud, por lo que es considerada por muchos el mayor recinto amurallado de España.

Albarracín, en Teruel

En Albarracín el recinto amurallado, fruto de diversas ampliaciones, rodea por completo el casco histórico de la localidad. El primer muro defensivo comenzó a tomar forma en el año 965, bajo iniciativa musulmana, pero a lo largo de los siguientes siglos fue recibiendo modificaciones y ampliaciones. 

Sin duda su gran muralla es lo primero que llama la atención, incluso desde la lejanía, y es junto a la enrevesada y medieval arquitectura del municipio la principal responsable de que Albarracín siempre encabece las listas de los pueblos más bonitos de España. Si te animas a visitarla y subes hasta lo más alto conseguirás las mejores vistas del conjunto arquitectónico.

Morella, en Castellón

En el extremo norte de la provincia de Castellón se encuentra Morella, un excelente ejemplo de cómo una población nace a los pies de un castillo y éste protege a sus habitantes abrazándolos con su muralla. En total el lienzo tiene una longitud de 2 kilómetros y, aunque la que vemos hoy día fue levantada en los siglos XIV-XV, su origen es anterior a la Reconquista de Jaume I. 

Cuenta con 7 puertas y 10 torres, algunas de ellas hoy albergan diferentes museos, y mientras que sus muros rondan los dos metros de grosor llegan a alcanzar una altura de entre 10 y 15 metros. Con el castillo en lo más alto, el trazado medieval de sus calles y la muralla rodeando con recelo todo su conjunto, Morella muchas veces es considerado uno de los pueblos más bonitos del Mediterráneo. 

Urueña, en Valladolid

Si cuando recorres la amplia planicie vallisoletana te da la impresión de haber llegado a uno de los pueblos más bonitos de España, es que sin duda has dado con Urueña. Su espectacular muralla se asienta sobre los restos de una antigua cerca romana, conserva el 80% de su trazado original y encierra una superficie irregular de casi 7 hectáreas. Y ojo, porque solo permite el paso por dos puertas, la del Azogue y la de la Villa.

Sus muros datan de finales del siglo XII y están estrechamente ligados a su castillo, que fue levantado un siglo antes. Su ubicación fronteriza entre los reinos de León y Castilla bien le hizo merecedora de semejante perímetro defensivo y hoy, si la queremos conocer en profundidad, es posible dar un paseo por su adarve en dos recorridos distintos. 

Ciudad Rodrigo, en Salamanca

Nueva ubicación fronteriza y, por tanto, nueva localidad amurallada. Ciudad Rodrigo se asoma a Portugal desde la protección de sus murallas medievales. La fortificación tiene su origen en el siglo XII aunque sufrió remodelaciones en el siglo XVIII, los muros rodean por completo el casco histórico, tienen más de dos kilómetros de perímetro, alcanzan los 13 metros de altura y cuentan con siete puertas.

Como podrás ver al recorrerla mientras disfrutas de las vistas a la ciudad, la muralla conserva sus fosos, cañoneras y algunos de sus cañones. Incluso podrás ver los impactos que recibió cuando el ejército francés cercó la ciudad en 1810 durante la guerra de Independencia. Para conocerla a fondo te puede ser de interés visitar el Centro de Interpretación de la Ruta de las Fortificaciones de Frontera. 

Niebla, en Huelva

Y no queremos terminar este viaje por algunas de las murallas más espectaculares de España sin hacer una parada en Niebla, en la provincia de Huelva. Este pequeño municipio onubense está completamente rodeado por una gran muralla que alcanza los dos km. de longitud y en la que llegan a contarse cinco puertas y hasta 50 torreones defensivos. Niebla se levanta a los pies del río Tinto y la tierra arcillosa rojiza de los muros que une sillarejos y sillares dejan bien claro sus orígenes.

Indagando en su historia se han contado hasta siete niveles distintos de muralla. Existió una muralla romana del siglo I d.C., pero también otras anteriores. La que vemos hoy día es la levantada por los almohades en los siglos XII y XIII, aunque lógicamente ha ido recibiendo pequeñas reformas en siglos posteriores. Niebla, por si no lo sabías, es considerado uno de los municipios más antiguos de Huelva.

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