El magnífico palacio que está oculto en un laberinto de Barcelona

Palacio del Marquès d'Alfarràs

Adrián Roque

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En el corazón de Barcelona, lejos de las rutas turísticas más conocidas, se encuentra un palacio que ha estado oculto a plena vista durante décadas. Se trata del Palacio del Marquès d'Alfarràs, un edificio de inspiración árabe que recuerda a las grandiosas construcciones condales, pero que ha permanecido en el anonimato durante años.

Ubicado dentro de los jardines del Laberint d’Horta, este palacio se presenta como una de las piezas más fascinantes y misteriosas de la ciudad. Tras más de dos años de trabajos de restauración, el Ayuntamiento de Barcelona ha destinado 4,7 millones de euros para rescatar este tesoro del deterioro y, por fin, abrir sus puertas al público.

Un viaje al pasado: Historia y orígenes del Palacio del Marquès d'Alfarràs

La historia del Palacio del Marquès d'Alfarràs comienza en el siglo XI, cuando se erige una atalaya en este mismo emplazamiento, desde la que se vigilaba la ciudad medieval de Barcelona. Esta torre, conocida como la Torre Sobirana, es ahora uno de los elementos clave del conjunto arquitectónico. La atalaya fue el antecedente del actual palacio, y está declarada Bien Cultural de Interés Nacional, lo que garantiza su conservación íntegra.

El palacio actual se comenzó a construir en el siglo XVIII, por iniciativa de Joan Antoni Desvalls, marqués de Alfarràs, quien también fue el artífice del famoso Laberinto de Horta, uno de los jardines más emblemáticos de la ciudad. Con el tiempo, el palacio se convirtió en una finca de gran valor histórico y cultural, pero durante muchos años estuvo cerrado y olvidado, a pesar de su potencial como referente arquitectónico.

Una restauración que ha devuelto el esplendor al palacio

Durante años, el Palacio del Marquès d'Alfarràs estuvo en un estado de deterioro, sin reformas significativas desde los años 80, cuando se rehabilitó parcialmente el ala derecha del edificio, que alberga un centro de formación en jardinería y biodiversidad. Los techos caídos, goteras y daños estructurales dejaban entrever el paso del tiempo y el abandono al que había sido sometido el palacio.

Sin embargo, en los últimos años, el Ayuntamiento de Barcelona ha invertido una considerable cantidad de recursos en su restauración. Más de 3.000 metros cuadrados han sido restaurados, lo que ha permitido recuperar la grandiosidad original del palacio. Las obras han mantenido la estética barroca de la construcción, respetando la esencia de este monumento histórico mientras se incorporan elementos modernos para permitir su uso público.

El Palacio del Marquès d'Alfarràs: una experiencia única en Barcelona

Desde el pasado fin de semana, el Palacio del Marquès d'Alfarràs está abierto al público a través de visitas guiadas. Estas visitas, programadas los domingos y miércoles, permiten a los visitantes adentrarse en la historia del palacio y descubrir su arquitectura y los secretos que alberga. La visita guiada se convierte en una excelente manera de disfrutar no solo de la belleza del palacio, sino también de los jardines del Laberint d'Horta, un lugar perfecto para pasear y disfrutar de la tranquilidad que ofrece este rincón escondido de Barcelona.

El Palacio se convierte así en una parada obligatoria para aquellos que buscan algo diferente a las clásicas atracciones turísticas de la ciudad. En su interior, se pueden observar detalles arquitectónicos únicos como los techos artesonados, las columnas y la fachada monumental, todo envuelto en un ambiente de lujo que refleja la época de esplendor del palacio.

El Laberinto de Horta: un parque con historia

Los jardines que rodean el Palacio del Marquès d'Alfarràs son conocidos como el Laberinto de Horta, uno de los parques más antiguos y emblemáticos de Barcelona. Su origen data del siglo XVIII, cuando fue diseñado como jardín de recreo para la familia Desvalls. Este jardín es un verdadero tesoro paisajístico y cuenta con un laberinto de cipreses que da nombre al parque. Además de su importancia histórica y natural, el parque también alberga esculturas y fuentes que contribuyen a su atmósfera mágica.

El parque y el palacio están integrados de tal forma que la visita al uno no estaría completa sin explorar el otro. De hecho, el Laberinto de Horta es uno de los pocos lugares en Barcelona que permite una experiencia tan íntima con la naturaleza y la historia.

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