Laredo
El pueblo cántabro que combina historia, playas de calidad y un puerto deportivo activo
Situada en la costa de Cantabria, Laredo es una villa que destaca por su historia, su patrimonio y su extensa franja litoral. Fundada en la Edad Media, esta localidad costera fue durante siglos un puerto de referencia en el norte peninsular, manteniendo a lo largo del tiempo su esencia marinera y comercial. La villa combina elementos históricos con un entorno natural único, donde sus playas y espacios al aire libre constituyen uno de sus principales atractivos turísticos.
El litoral de Laredo, con la playa de La Salvé como protagonista, se presenta como una de las más extensas de Cantabria, con más de cuatro kilómetros de arena fina y espacio para diversas actividades recreativas. Además, el núcleo urbano conserva un importante conjunto histórico, declarado Bien de Interés Cultural, que refleja la evolución de la villa desde sus orígenes. Su puerto deportivo y el entorno natural que lo rodea completan la oferta para visitantes que buscan tanto cultura como naturaleza.
Laredo también ofrece rutas peatonales que permiten descubrir espacios singulares, como el túnel de La Atalaya, una vía que atraviesa el monte bajo la atalaya y conecta distintos puntos del litoral. Esta combinación de elementos convierte a la villa en un destino completo donde la historia, la naturaleza y la actividad marítima se complementan para el disfrute de residentes y visitantes.
Puebla Vieja e iglesia de Santa María de la Asunción
El casco antiguo de Laredo, conocido como la Puebla Vieja, constituye un espacio histórico de gran relevancia. Este conjunto urbano conserva el trazado original medieval, con calles estrechas y plazas que muestran la estructura característica de las villas marineras del Cantábrico. La Puebla Vieja fue declarada conjunto histórico artístico en 1970, reconocimiento que protege y destaca su valor arquitectónico y cultural. En ella se pueden encontrar construcciones que datan desde los siglos XIV al XVIII, reflejando las distintas etapas históricas por las que ha atravesado la villa.
Dentro de este entorno, la iglesia de Santa María de la Asunción es uno de los monumentos más destacados. Su construcción inicial responde al estilo gótico cisterciense, con reformas y ampliaciones posteriores en el Renacimiento que modificaron su estructura. Esta iglesia parroquial, declarada Monumento Histórico-Artístico en 1931, conserva elementos singulares como su portada principal, el retablo mayor y las capillas laterales. El templo ha sido históricamente un punto de referencia para la comunidad y un símbolo de la importancia religiosa y social de Laredo a lo largo de los siglos.
Playas, puerto deportivo y el túnel de La Atalaya
La villa cuenta con tres playas principales que conforman su espacio litoral. La playa de La Salvé es la más extensa, con una longitud aproximada de 4.250 metros y una anchura media de 120 metros, compuesta por arena fina y dorada. Esta playa, situada junto al casco urbano, está dotada de servicios básicos y vigilancia en temporada alta, y cuenta con el distintivo de Bandera Azul que certifica la calidad ambiental y los servicios que ofrece.
Junto a La Salvé se encuentran la playa del Regatón y la playa de Aila, ambas de menor tamaño pero con características propias. La playa del Regatón es conocida por su ambiente tranquilo y su uso frecuente para actividades deportivas como la vela y el windsurf, mientras que la playa de Aila, situada en un entorno más natural y menos urbanizado, ofrece un espacio para quienes buscan un contacto más directo con la naturaleza.
El puerto deportivo fue fundado en 1945, cuenta con instalaciones para embarcaciones de vela y crucero, además de una escuela náutica. El club ha recibido la Bandera Azul de forma ininterrumpida desde 1987, lo que acredita la calidad de sus servicios y la gestión medioambiental. El puerto es un punto de encuentro para actividades recreativas, deportivas y comerciales relacionadas con el mar.
Por último, el túnel de La Atalaya representa una ruta peatonal singular. Este paso atraviesa el monte bajo la atalaya, conectando distintos sectores del litoral y facilitando el acceso a espacios naturales cercanos. El túnel es una infraestructura que contribuye a la movilidad sostenible y ofrece a los visitantes una manera diferente de recorrer el entorno natural que rodea a Laredo, combinando paisaje y patrimonio.
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