De Málaga a Cantabria, parando en Cáceres: estos son los cinco nuevos pueblos más bonitos de España

Ampudia (Palencia).

Roberto Ruiz

Que España está llena de pueblos cargados de encanto no es ningún secreto. Seguro que conoces preciosos pueblos de costa, pequeñas aldeas de montaña, rústicos municipios rurales, villas de marcado pasado medieval y monumentales enclaves que nos hablan de un pasado lleno de esplendor. Pero sobre todos ellos siempre hay algunos que, por varias razones, merecen una mención aparte. Con ese objetivo nació en 2011 la asociación de Los Pueblos más Bonitos de España que, año tras año, ha ido incluyendo nuevos miembros hasta alcanzar las 116 localidades que reúne.

Durante 2023 la asociación ha auditado 19 municipios que presentaron su candidatura para formar parte de esta agrupación, pero no es fácil conseguirlo. Solo cinco, Ampudia, Comillas, Parauta, Trevejo y Trujillo han sido capaces de cumplir con los más de 40 requisitos que garantizan la autenticidad de estos pueblos. Para ser considerado uno de los pueblos más bonitos de España se tienen en cuenta aspectos tan importantes como el cuidado del patrimonio, el urbanismo, la armonía del municipio, su limpieza, la conservación de las fachadas, la circulación de vehículos, el cuidado de flores y las zonas verdes, la actividad cultural programada e incluso la atención a las tradiciones, entre otros muchos factores. Solo el 20% de los municipios que solicitan entrar en la red lo consiguen y, esta vez, estos pueblos de Palencia, Cantabria, Málaga y Cáceres son los nuevos afortunados.

Ampudia (Palencia) 

Palencia es famosa por albergar algunos de los mejores conjuntos románicos de la península ibérica, pero siempre podemos ir un paso más allá para dar con otros rincones de gran belleza. Ampudia la encontramos en el sur de la provincia, en la comarca de Tierra de Campos, y se ha ganado a pulso el ser considerada uno de los pueblos más bonitos de España. En cuanto comiences a pasear por sus calles y plazas porticadas tendrás la sensación de viajar directamente al Medievo y es que, no por casualidad, está considerada Conjunto Histórico-Artístico. Su larga historia, que se remonta incluso a la Edad del Bronce, ha dejado un extenso y valioso patrimonio que no debemos pasar por alto.

Los soportales de sus dos calles principales, Corredera y Ontiveros, mantienen su estructura porticada con columnas de piedra desde el siglo XVII, y hay incluso ejemplos del siglo XIII. Además, gracias a su castillo esta localidad terracampina conserva una de las mejores edificaciones fortificadas de la provincia de Palencia. Si queremos descansar unos días, un buen número de alojamientos rurales nos ayudarán a desconectar de todo.

Comillas (Cantabria)

Posiblemente, Comillas no necesita presentación. Cantabria es tierra de pueblos bonitos y ahora esta monumental villa se suma a Bárcena Mayor, Carmona, Liérganes, Potes, Mogrovejo y Santillana del Mar en la lista de los pueblos cántabros de mayor belleza. Comillas es especialmente interesante desde el punto de vista arquitectónico, pues cuenta con algunos de los edificios más importantes del modernismo en Cantabria como El Capricho de Gaudí, la Universidad Pontificia y el Palacio de Sobrellano y su Capilla Panteón. 

Además, Comillas tiene playa y no una cualquiera. Su casco histórico destaca por su limpieza y perfección, donde siempre encontramos lugares tan representativos como la Plaza del Corro junto a la iglesia. Sin duda es uno de los destinos turísticos por excelencia de Cantabria y, como tal, está preparado a conciencia para recibir a sus visitantes con una amplia oferta hostelera y gastronómica.

Parauta (Málaga)

Hasta el momento, Málaga tenía dos de sus municipios entre los pueblos más bonitos de España, Frigiliana y Genalguacil, pero ahora, gracias a Parauta, ya son tres. Como puedes ver, estamos en el típico pueblo blanco de la Serranía de Ronda, donde el inmaculado relucir de las fachadas encaladas contrasta con el verde del entorno. En su trazado urbano guarda el legado de su pasado andalusí, con calles empedradas, estrechas y empinadas que desafían cualquier plan hipodámico. 

Estamos en pleno Parque Natural de la Sierra de Las Nieves, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, y donde merece la pena adentrarse en busca de dos ejemplares singulares: el pinsapo de la Escalereta, con 30 metros de altura y entre 350 y 550 años, y la famosa encina Valdecilla, también centenaria y con más de tres metros de diámetro. Parauta es además una excusa excelente para dejarse cautivar por la gastronomía del lugar y sentarse a una mesa donde nunca debería faltar una sopa de tomate o la típica olla.

Trevejo (Cáceres) 

Si has estado en la Sierra de Gata, en Extremadura, sabrás que está plagada de encantos naturales y de pequeños pueblos que parecen haber quedado anclados en el pasado. Trevejo es uno de ellos y por eso es considerado uno de los más bonitos de España. Este pequeño municipio cacereño ha sido declarado de Interés Turístico por su cuidada arquitectura típica de la zona y por su buen estado de conservación. Su ubicación, estratégica en su día y también hoy en día, nos deja a un paso de sierras como las de Garduño, Albilla, San Pedro y Cachaza.

Si hay algo que destaca en Trevejo, incluso desde lejos, es su castillo. Sus orígenes son árabes, del siglo XII, aunque lo que vemos hoy en día es tres o cuatro siglos posterior, de cuando las Órdenes Militares como las de Santiago y Alcántara dominaban estas tierras. Eso sí, su semidestrucción se la debe a la habitual estrategia de retirada de las tropas francesas. En la aldea de Trevejo apenas residen unos cuantos vecinos y eso que hoy esta humilde pedanía es uno de los pueblos más prósperos de la Sierra de Gata.

Trujillo, en Cáceres

Sin duda, Cáceres es cuna de pueblos bonitos pues, además de Guadalupe, San Martín de Trevejo, Valverde de la Vera, Robledillo de Gata y Trevejo, este año Trujillo tampoco se podía quedar fuera. Este monumental municipio, legado de los conquistadores del Nuevo Mundo, se encuentra a 45 km de la capital de provincia y en su interior se entremezclan restos visigodos, romanos, árabes y cristianos que se funden en torno a su magnífica Plaza Mayor. Trujillo es representativo del esplendor que vivió España durante las conquistas en América en el s. XVI y, no en vano, Francisco Pizarro, conquistador del Perú, y Francisco de Orellana, descubridor del Amazonas, fueron naturales de Trujillo.

Su esplendoroso pasado hace que su riqueza arquitectónica nos deje asombrados en cuanto empezamos a recorrer sus calles. Edificios tan simbólicos como el Palacio del Marqués de la Conquista, con su característico esquinazo abalconado o el Palacio de Carvajal Vargas, también conocido como el Palacio de San Carlos, son de visita obligada. Así como lo es la iglesia de Santa María la Mayor o el imponente castillo de origen árabe califal que corona el municipio. Desde él, mejor que desde ningún otro sitio, podemos disfrutar de unas impresionantes vistas de la llanura extremeña que se extiende hasta donde alcanza la vista.

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