La ruta de Castilla y León que te llevará a ver la torre templaria más extraña

Se levanta desde hace siglos sobre una planta rectangular rematada con una curiosa cubierta hecha con planos convexos de piedra. Esta peculiar torre es también un campanario que corona la iglesia de Santa María en Moumbey (Zamora), posterior en el tiempo. Su origen, su función y su peculiarísima forma convierten a esta torre-campanario es una singularidad arquitectónica en España.

No solo el campanario-torre es una rareza en el panorama de la arquitectura religiosa y defensiva española, es que su historia, que se remonta al siglo XIII, es también toda una curiosidad y hace referencia ni más ni menos que a los templarios, las luchas entre los reinos de León y Portugal y la protección de peregrinos del Camino de Santiago.

Los caballeros templarios construyeron esta torre en un estilo que pertenece a los últimos momentos del Románico, en torno a la segunda mitad del siglo XIII. La torre presenta una planta rectangular de unos cuatro metros por dos y medio, hecha con piedra feldespática de tonalidades entre verdosas y grises que salió de una cantera de las proximidades. Sobre esta planta, la verticalidad de la estampa queda acentuada, y a ello contribuye también un coronamiento en piedra, de planos convexos, bajo la cual se aloja una estancia abovedada de carácter defensivo.

En las turbulencias de los reinos fronterizos con la España musulmana proliferaron las construcciones fortificadas que se iban extendiendo a medida que lo hacía la frontera. El Camino de Santiago ya estaba en pleno apogeo y las rivalidades militares con los reinos vecinos, incluido el de Portugal, llevaron a la construcción de este hito.

La historia de Mombuey

El nombre de Mombuey está inscrito en el Camino de Santiago, un cauce de religiosidad que conllevó la construcción de infraestructuras militares y también religiosas. Sin embargo, la iglesia que corona la torre-campanario, data de una época muy posterior, el siglo XVIIII, dispareja en su estilo y con un interés arquitectónico menor. Sobre la iglesia se yergue todavía en la actualidad esta atalaya militar, reconvertida en campanario, que bien merece una parada en el periplo turístico.

Volviendo al siglo XIII, los caballeros templarios vieron la necesidad de construir una estructura que protegiera a los peregrinos y diera seguridad a las rutas trashumantes de ganado. De hecho, protege la cañada sanabresa —que se llama brea de Monte Bove— y también daba protección al Reino de León de las expediciones portuguesas.

De planta rectangular, la torre está formada por tres cuerpos, con sus ventanales apuntados de distintos tamaños y algunos adornados con columnas. Hay un busto de buey relacionado con el nombre del pueblo, Mombuey.

Según el arqueólogo e historiador Manuel Gómez-Moreno, la construcción se asienta sobre una base defensiva y ciega, aunque pudo no ser siempre así. Atendiendo a sus vanos, muestra tres cuerpos comunicados interiormente por escaleras de madera hasta el tercero, que se halla taladrado a lo ancho por dos amplios arcos agudos que dan cabida a las campanas.

Las ventanas, siempre parejas, están guarnecidas por esbeltas columnillas con capiteles adornados con hojas. Cerrando la construcción señorea un airoso y orientalizante chapitel de planos convexos y vanos irregulares, concebido en su interior como aposento de refugio abovedado al que se accede únicamente por un paso exterior en forma de balconcillo muy volado que, sobre dos grandes ménsulas, debía de ser utilizado, a juzgar por su disposición, como matacán.

Destaca —prosigue Gómez-Moreno— su ornamentación por su especial originalidad, de estilo románico. A pesar de las numerosas obras y reformas de la iglesia parroquial, algunas bien datadas e incluso documentadas, se ha interpretado que la torre estuvo flanqueada, desde un principio, por un edificio religioso anejo, tal y como corroboran los hallazgos más recientes. La iglesia conserva una Virgen, un Cristo y una pila bautismal románicos, así como varias tallas de Semana Santa (como un Cristo articulado guardado en su urna).

Camino de Santiago

A estas alturas zamoranas de Mombuey, el Camino de Santiago adopta la especificación de Camino Sanabrés de Santiago. Se trata de un ramal secundario de la principal vía que recorría este flanco del país de sur a norte. El ramal de la Vía de la Plata surge a la altura de Moreruela, lo que suponía un atajo para llegar a Santiago de Compostela sin necesidad de cruzar Astorga. El ramal, así, llegaba a la ciudad del Apóstol, recalando por el camino en Puebla de Sanabria y Ourense.

Las referencias documentales medievales sobre Mombuey son muy escasas, pero en fechas tempranas quedó inscrita dentro de los límites de la Diócesis Bracarensis con el misterioso topónimo Monte ad Boviam. Ya en 1161 y bajo la denominación de Monte Boe, aparece mencionado en una donación al monasterio sanabrés de San Martín de Castañeda.

Según el portal web de Turismo de Castilla y León, la torre tiene siguiente horario de visita desde el 1 mayo al 31 octubre: lunes, jueves, viernes, sábados y domingos: de 11:00 a 13:00 horas y de 17:00 a 19:00 horas; y martes: de 11:00 a 13:00. Está cerrada los miércoles y el martes por las tardes. El acceso es gratuito.

Templarios

La Orden de los Pobres Compañeros de Cristo del Templo de Salomón, cuyos miembros son conocidos como caballeros templarios, fue una de las órdenes monásticas militares católicas más poderosas de la Edad Media y su existencia se prolongó durante dos siglos, desde su fundación en 1118.

Su propósito original era proteger las vidas de los cristianos que peregrinaban a Jerusalén tras su conquista, pero también otros caminos de peregrinación y el de Santiago era uno de los más importantes de aquel entonces. En consecuencia, la Orden del Templo creció rápidamente en tamaño y poder. La orden edificó una serie de fortificaciones por todo el mar Mediterráneo y Tierra Santa.

Felipe IV de Francia, fuertemente endeudado con la orden y atemorizado por su creciente poder, comenzó a presionar al papa Clemente V para que tomara medidas contra sus integrantes. En 1307, un gran número de templarios fueron apresados, inducidos a confesar bajo tortura y quemados en la hoguera. En 1312, Clemente V disolvió la orden.