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Bienestar y voto

Economistas Sin Fronteras

Paco Cervera —

Siempre había pensado que el gobierno del Partido Popular durante la última legislatura había enturbiado la calidad de vida de la sociedad española. Aunque, después de dos elecciones y camino de terceras, parece ser que los españoles no han sufrido lo que yo, personalmente, había imaginado. Sería lógico que los ciudadanos cuando nos acercamos a unas urnas pensemos en la forma en la que un Gobierno ha influido en nuestro bienestar durante su mandato, y el partido en el poder fuera castigado o premiado según sus actuaciones.

Claro está que medir algo tan abstracto como la calidad de vida o el bienestar no resulta tarea sencilla. Aunque, sobre todo tras la crisis, se han desarrollado indicadores que intentan recoger, en cierta forma, lo que se ha definido como vivir bien, bienestar, calidad de vida. El PIB per cápita no parece un buen indicador, pues recoge actividades que lo hacen crecer que son opuestas a lo que sería una buena calidad de vida (contaminación, reparación en catástrofes, etc.), o no tiene en cuenta la distribución del ingreso en la sociedad. No quiere decir lo anterior que el PIB a precios de mercado no sea importante para medir el bienestar general de una sociedad, sino que hay que complementarlo con otras medidas para tener una imagen más real.

Antiguamente nos decían, musicalmente, que en la vida había solo tres cosas: salud, dinero y amor. Hoy en día, sin descartar estas variables, se miden otros aspectos que se han demostrado que influyen en nuestra concepción del bienestar. La oficina estadística europea, Eurostat, considera que aquello importante a medir va desde aspectos económicos como las condiciones materiales de vida, o el propio empleo a otros menos claramente relacionados, como la seguridad física o el estado de salud. La calidad de vida puede medirse de dos maneras complementarias, objetiva y subjetivamente. Según la primera forma, se recogen unos datos sobre unos indicadores que se les suponen efectos sobre la calidad de vida. En cambio, en la segunda manera, se le pregunta al individuo cómo siente que está viviendo algunas situaciones. Es posible que objetivamente, y comparando con niveles medios, un individuo pensemos que está en una magnífica situación pero que, subjetivamente, este mismo individuo piense lo contrario. El motivo parece evidente y radica en el hecho de que cada persona, incluso sociedad, puede valorar de diferente forma cada uno de los ítems que se consideran influyen en nuestra calidad de vida.

¿Cómo ha influido el Gobierno del PP en estos indicadores?

Las condiciones materiales de vida recogen aspectos como ingresos medios, o medianos por persona en una unidad familiar, pero también cómo se distribuyen en la sociedad. El ingreso medio ha pasado de 16.280€ en 2011 a 15.408€ en 2015, lo que se supone que afectaría negativamente a nuestra percepción de bienestar. No se disponen de datos para comparar, pero los españoles valoramos con un 5.8/10 nuestra posición financiera, dos décimas por debajo de la media de la UE y a bastante distancia de Dinamarca y Suecia que la valoran en un 7.6/10.

La reforma laboral, del 2012, ha empeorado las condiciones laborales en diferentes aspectos como son los salarios y la seguridad en el trabajo. El poder negociador de los representantes de los trabajadores se ha visto mermado, las empresas se pueden descolgar del convenio colectivo si no llegan a un acuerdo con los sindicatos, se pueden negociar acuerdos de empresa, medidas todas ellas que deberían haber afectado a nuestra percepción sobre el trabajo y la calidad de vida. Los españoles valoramos con 6.9/10 nuestro empleo, mientras que en Dinamarca y Finlandia le dan un 8.1. De manera objetiva podemos observar como la tasa de empleo en el 2015 es inferior en dos décimas, 57.8%, a la que se encontró cuando entró en el gobierno. Pero el camino refleja que esta baja tasa de ocupación ha llegado a ser peor, por ejemplo, en el 2013, 54.8%. Aunque no dice nada de la gente que ha tenido que emigrar en busca de mejores oportunidades, que podría explicar esta poca diferencia entre los datos del 2011 y el 2015.

Los españoles trabajamos menos ahora, 37.8 horas/semana que, en 2011, 38.5. Estamos repartiendo el mal empleo que se crea y esta circunstancia no es positiva para nadie. Somos de los que más trabajan en Europa que de media lo hacen unas 37.1 horas/semana.

En definitiva, somos de los menos satisfechos con nuestro empleo en relación al resto de países de la UE.

La educación tiene un efecto importante en cuanto al bienestar del individuo, pues se suelen puntuar más satisfechos con su vida aquellas personas con mayores estudios. En España disponemos de un 35% de titulados universitarios, superior a la media de la UE que se sitúa en torno al 30%. Los recortes en educación deberían haber influido en la tasa de universitarios que habrán acabado sus estudios, pues muchos de ellos han tenido que abandonar por falta de recursos económicos. La tasa de abandono temprano del sistema educativo ha disminuido los últimos años, pero aún se encuentra lejos del objetivo establecido para el 2020.

Los españoles valoramos positivamente nuestra propia salud, a pesar de ser uno de los países que más se automedican. Además, la crisis y sus consecuencias han tenido un efecto sobre la salud mental de parte de la población, como ha demostrado el Doctor Manuel Gómez Beneyto de la Universidad de Valencia. El acceso a la sanidad se ha limitado mucho, puesto que, durante esta legislatura ni inmigrantes, ni estudiantes mayores de 27 de años, ni emigrantes españoles tenían acceso a la sanidad pública.

El gasto en ocio y actividades culturales es menor en el 2012 que en el 2005. La disminución de renta de las familias ha supuesto una disminución del gasto, así como de su importancia en la totalidad de la cesta de consumo. El encarecimiento del IVA cultural fue una polémica medida que aprobó el gobierno popular, lo que también ha influido en la disminución del consumo de ocio.

En cuanto a los derechos básicos, en tanto que la reforma laboral ha empeorado en general los derechos de los trabajadores, han sido las mujeres las más perjudicadas. Por ejemplo, la diferencia entre lo que cobraba un hombre respecto a una mujer en el 2008 era menor que en el 2013.

La conocida como Ley Mordaza ha sido considerada como un ataque directo a los derechos básicos de manifestación y protesta, y muy contestada por todos los partidos de la oposición. Por tanto, y atendiendo a estos hechos el Gobierno del PP habría disminuido el bienestar de la sociedad.

En España, ni los delitos, ni las relaciones sociales, ni la valoración del entorno ambiental se han visto afectadas por medidas de Gobierno, de manera directa. Lo que sí que parece haber afectado, aunque sin datos, es la confianza en nuestro sistema legal pues se valora en un 3.1/10 cuando la media en la UE es del 4.6/10. La corrupción política tendrá algo que ver y el propio partido en el gobierno sabe de esto.

La satisfacción subjetiva en cuanto a la vida en general se puntúa con un 6.9, dos décimas menos que la media de la UE para el 2013, 7.1. Los jóvenes acostumbran a puntuar más que los grupos de mayor edad. No disponemos de datos más actuales, pero sería previsible que los jóvenes hubieran empeorado la puntuación en España pues las posibilidades de establecerse por su cuenta son nulas (mucho paro, difícil mantenerse en los estudios, bajos salarios, precariedad laboral), pero también los pensionistas empeorarían sus puntuaciones tras la congelación de las pensiones y futura reforma de la totalidad del sistema.

Concluyendo, el gobierno del PP ha empeorado, objetivamente, con sus políticas el bienestar de nuestra sociedad. De manera subjetiva, a falta de datos, no sería de extrañar que la puntuación, similar a la europea fuese a peor por diferentes motivos, aunque relacionados con las medidas adoptadas por el Gobierno. Para las elecciones del 20D, se aprobó una bajada de impuestos que va a suponer nuevos recortes en aquellas partidas que afectan a nuestro bienestar. En aquellos países en los que se tomaron estas medidas se produjo un cambio de gobierno, cuando hubo elecciones, en relación a quienes tomaron las medidas (Grecia, Portugal). En España, en cambio y a pesar de perder escaños, el partido que más ha maltratado el bienestar de su sociedad, continúa siendo el más votado. Si bien es cierto que deberíamos disponer de algún dato más para poder comparar, una visión global nos está indicando que tenemos un problema. Tenemos un problema muy serio con los partidos en la oposición, que no generan confianza suficiente, o, tenemos un serio problema de masoquismo social que nos deberíamos tratar.

Datos y gráficos obtenidos del documento: “Quality of Life. Facts and Views. (2015)”Eurostat.Quality of Life. Facts and Views. (2015)

Economistas sin Fronteras no se identifica necesariamente con la opinión del autor

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