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Los niños que Casado quiere ya tienen madre

Los niños que casado quiere ya tienen madre.

Violeta Assiego

Nos vuelven a contar cuentos de criadas y señoras, de malas y buenas madres en función del color de la piel o de la posición que ocupemos en la sociedad. La propuesta de Pablo Casado a favor de aprobar una Ley que apoye la maternidad deja claro desde el minuto cero que este es un tema del que los Populares quieren hacer bandera. Ante lo que el líder del PP denomina “invierno demográfico”, él propone “la cultura de la vida”. ¿Cómo? Favoreciendo que las familias españolas tengan hijos (e hijas), sean estos biológicos o… adoptados. Para esto último, se compromete a “destinar todos los recursos posibles para que las familias que deseen adoptar puedan hacerlo sin tener que salir obligatoriamente de España”. Es decir, el líder popular se compromete a que españolas y españoles adopten en España y no tengan que acudir a la adopción internacional.

Pero desatascar las actuales listas de espera en la adopción nacional no es tarea fácil con el actual sistema de protección que, en cumplimiento de principio de subsidiariedad, prima (o debería hacerlo) que el menor permanezca en su familia o vinculado a esta antes de retirar definitivamente la patria potestad a sus progenitores. Esta política de protección a la infancia es la razón (lógica) de que la mayor parte de las niñas y niños en situación de desamparo (es decir, adoptables) tengan edades superiores a las que “desean” las personas y parejas que acuden a la adopción para formar una familia. Por tanto, fomentar la adopción nacional según la “demanda” que hacen las potenciales familias adoptantes en España “necesitaría” que haya más niños menores de 3 años abandonados o entregados a las instituciones para ser adoptados (algo que si sucediera dejaría en evidencia que algo falla en nuestro sistema de protección).

El colmo de esta idea peregrina es la deplorable propuesta del PP con la que sin duda creen que incrementarían la bolsa de niños adoptables al plantearse, de forma injustificada e injustificable, la posibilidad de ofrecer a las madres migrantes en situación irregular canjear sus bebés a cambio de retrasar los trámites de una expulsión que tarde o temprano le puede llegar. Ahora dice Casado que esto es mentira y que es víctima de las 'fake news', pero la verdad es que más bien es víctima del veneno clasista y racista de la ideología ultraconservadora que lleva en el ADN del partido que dirige y que, con ideas como estas, parece añorar esos tiempos en los que se robaban bebés con certificados médicos y bendición eclesial.

Las propuestas de Casado para lo que él llama “la cultura de la vida” tienen tanta carga ideológica en su narrativa que ni la responsable de Política Social del PP, Cuca Gamarra, se ha percatado de su falta de rigor. Es lamentable que para defender una propuesta que afecta de esta manera a la vida de niños y mujeres, afirme en sus redes sociales que es una buena solución para evitar que se abandone a los bebés en un contenedor. La vida de las mujeres con pocos recursos y/o migrantes es mucho más compleja que lo que se deduce de esa frivolidad. Dudo mucho que, antes de decir algo así se haya parado a ponerse en la piel o en la cabeza de una mujer embarazada migrante en situación irregular. Aunque solo habría bastado que se hubiera informado con datos.

El PP no se toma en serio el feminismo y sigue pensando que puede actuar como hacían sus ascendientes hace cincuenta años. Las mujeres ya no somos las que fuimos, aunque somos hoy gracias a lo que ellas fueron, pero ahora si somos imparables es por las que fueron, son y serán, y entre estas, nuestra prioridad va a ser también nuestras hermanas migrantes, racializadas, sin papeles, trabajadoras domésticas, internas, temporeras, víctimas de la trata, disidentes y precarizadas. Para que sus hijos, cuando los quieran tener, tengan a su madre cerca y será responsabilidad de los gobiernos que estas familias accedan a sus derechos sin forzarlas a que renuncien a ellos para robarles lo que más quieren. 

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