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Así decide Podem Catalunya su “no democrático” ante el referéndum

Una de las asambleas de Podem para decidir la posición del partido sobre el referéndum

Arturo Puente

“Recordad que todo esto va a un acta que recogerá el Consejo Ciudadano Autonómico, así que vamos a intentar ser claros y concisos”, ruega Manel, el maestro de ceremonias del círculo de Podem de Poble Sec-Sant Antoni, en Barcelona. El militante podemita abre así una de las 70 asambleas locales y de barrio que la formación morada está llevando a cabo estos días para decidir la postura del partido ante el referéndum sobre la independencia de Catalunya, que el Govern ha prometido para otoño.

El círculo se ha reunido, como cada 15 días, en el Ateneu Rebel del barrio del Poble Sec. Este jueves han asistido 8 personas, dos de ellas nuevas en el círculo pero militantes de otros. Los presentes notan ausencias. “¿No ha venido Antonio?”, pregunta uno. “No, ya sabes que los jueves trabaja”. Son un grupo consolidado, cómplice. No tienen ningún problema en que un periodista husmee: “Las asambleas son abiertas”, resume Jordi con una sonrisa de oreja a oreja.

La composición del círculo es variopinta en opiniones, estrato social y orígenes, tanto como el barrio al que representan dentro de Podemos. La mayoría de los participantes pasan de la cuarentena. Por sexos; tres mujeres y cinco hombres. Además, dos nacieron en Catalunya, tres en Galicia, dos en Argentina y una en Cáceres. “¡Aquí los gallegos ganamos por goleada!”, bromea el grupo al describirse. Manel deja la chaqueta del traje en una silla mientras Jordi se prepara una cerveza con limonada del contenido de dos latas. El debate va a empezar.

La dirección de Podem Catalunya ha bajado a las bases una de las decisiones más trascendentales a las que deberá hacer frente el partido en los próximos meses: Qué hacer ante el referéndum. La actual ejecutiva, liderada por Albano-Dante Fachin, ha enviado unos documentos de debate en los que propone tres opciones, aunque según recuerda Manel “son orientativas, cada círculo puede trasladar su propia posición”.

Una de las filosofías más arraigadas de Podem Catalunya es que los círculos son el núcleo básico de las soberanía del partido. Los fomentan y quieren que existan. Si el de Poble Sec - Sant Antoni está en la media de asistencia, en el total del debate participarán más de medio millar de personas de toda Catalunya. Sin ser una cifra astronómica, la capilaridad y activación de ciudadanos dando su opinión sobre temas políticos del día a día es uno de los grandes activos sobre los que la formación quiere forjar su identidad.

Las opciones que la dirección ha dado son líneas amplias. La primera limita el referéndum a que sea acordado con el Estado. La segunda plantea apoyarlo aún sin acuerdo, pero sin otorgarle capacidad vinculante. La tercera apuesta por que un referéndum sin acuerdo sea considerado vinculante por Podem.

Tras leer las tres posible opciones, Manel abre el turno de palabra. “Podemos siempre ha defendido el referéndum. Catalunya tiene que poder hacer un referéndum diga lo que diga el Estado”, afirma tras una disertación sobre el derecho de autodeterminación. Sin embargo alerta de que dar apoyo a un referéndum no puede significar una declaración unilateral de independencia, sino que “el proceso sigue”. Se decanta por la segunda opción ofrecida por el partido, la del referéndum como protesta.

Luciana, en cambio, se muestra desde el inicio de su intervención partidaria de la tercera opción. “Es contraproducente que, mientras se llega a la plurinacionalidad que defiende Podemos, no se pueda decidir, cuando lo pide el 80%”, asegura la argentina. Jordi, a su vez, está preocupado por cómo será la campaña. “Debería hacerse una campaña del no”, argumenta, “porque todos los medios están a favor del sí”. Según afirma “hace dos años hubiera votado que sí, pero hoy votaría que no. La vía unilateral no me convence”, esgrime para defender la segunda opción. Roque asiente desde su silla.

Desde la llegada de Podemos y los comuns al escenario político catalán, diversas voces han hablado de la existencia de un “no democrático”. Entre ellos el diputado Joan Giner, miembro de la actual dirección morada. Bajo esta etiqueta engloba a un importante sector de la población catalana que no está a favor de la independencia, pero son fervientes partidarios de que se decida mediante el voto en un referéndum. Durante la asamblea del círculo, la idea del “80% partidario del referéndum” aparecerá en la mayoría de las intervenciones.

“Pues yo votaría que sí”, introduce Bene, la nacida en Cáceres que se ha incorporado este jueves al círculo del Poble Sec - Sant Antoni. Ella no se decanta por ninguna de las tres opciones en concreto, pero asegura que ha sido testigo de un fuerte desprecio a los catalanes cuando vuelve a Extremadura. “No sé por qué, pero nos odian”, asegura.

En vista de que todos los participantes están entre la opción dos y la tres, Manel acota la discusión a estas dos posiciones, que vuelve a leer. Roque interviene introduciendo un nuevo tema de debate: “¿Por qué debemos votar entre independencia o no independencia? Debe haber más opciones”, reclama. El argentino asegura que votaría no en un referéndum binario. “Pero si me preguntaran si quiero un Estado asociado diría que sí. Hay que discutir la relación con España”. Por eso Roque reclama que Podem apoye el referéndum pero presione por que haya más de una pregunta.

Manel toma la palabra para explicar que, en su opinión, romper el candado del 78, en Catalunya, tiene que ver con decidir sobre la independencia. “Todos quisiéramos que el referéndum fuera legal, acordado, pero no le podemos decir a la gente que espere a que Iglesias sea presidente para que ejerzan su derecho de autodeterminación, porque sería antidemocrático”, afirma. Manel parece posicionarse ahora por la opción número tres.

Su exposición es subrayada por Luciana. “Podemos debe posicionarse por un claro ”sí“ al referéndum. El debate es si Catalunya puede o no hacer un referéndum, si tiene soberanía”, asegura. Tercia Suso, gallego del Poble Sec. En su opinión, Podem debe apoyar cualquier iniciativa que “dé la voz al pueblo”. Según cree, la convocatoria del próximo otoño no debería ser otro 9-N, “pero aunque fuera otro 9-N Podemos debería estar ahí”.

Ha aparecido uno de los conceptos claves sobre los que gira la discusión en todos los rincones de Catalunya: el 9-N. Muchos soberanistas saludaron con los brazos abiertos la convocatoria del proceso participativo organizado por la Generalitat en 2014, puesto que les daba la oportunidad de votar sobre el gran tema. Sin embargo, en vista de los nulos efectos alcanzados con aquella votación, ahora muchos abjuran de ella, sobre todo desde el independentismo.

El sector partidario de la ruptura con España está convencido de que el referéndum de Puigdemont no puede ser otro 9-N, mientras que la oposición unionista, encabezada por Inés Arrimadas, tilda al referéndum anunciado de “otro 9-N” para desacreditarlo. Este jueves el diario Ara había adelantado en portada que los comuns, el partido de Ada Colau en el que Podem no se ha integrado, apostarán por un apoyo al referéndum sin conferirle valor vinculante. Es decir, un 9-N. Es la misma idea que defiende la dirección de Podem.

Mientras tanto, en el círculo de Poble Sec - Sant Antoni no se ponen de acuerdo. Los partidarios de la tercera opción, un referéndum vinculante, lo tienen cada vez más claro, pero la inercia de la posición de la dirección y las protestas de Roque también pesan. Manel opta por una decisión salomónica, proponiendo introducir en el acta una opción propia intermedia entre vinculante y no vinculante. A las 21:15 de la noche se levanta la asamblea.

El círculo ha hablado. Como este, entre el 26 de mayo y el 9 de junio se posicionarán cerca de 70 asambleas. De sus actas saldrá la postura de consenso del partido, que será interpretada por la Ejecutiva que dirige Fachin. El rechazo al referéndum unilateral está casi descartado, pero las aventuras unilaterales generan un fuerte rechazo en las bases moradas. Con todo, el debate es encendido, más aún cuando saben que su situación de bisagra les confiere un enorme poder en el devenir del proceso soberanista catalán. El llamado “no democrático” tiene voz y está dispuesto a usarla.

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