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Sobre este blog

Contrapoder es una iniciativa que agrupa activistas, juristas críticos y especialistas de varias disciplinas comprometidos con los derechos humanos y la democracia radical. Escriben Gonzalo Boye (editor), Isabel Elbal y Sebastián Martín entre otros.

Pedro Sánchez y la nueva llave de la gobernabilidad

Albert Noguera

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Sobre este blog

Contrapoder es una iniciativa que agrupa activistas, juristas críticos y especialistas de varias disciplinas comprometidos con los derechos humanos y la democracia radical. Escriben Gonzalo Boye (editor), Isabel Elbal y Sebastián Martín entre otros.

Se dice que Pedro Sánchez no da puntada sin hilo, y el último movimiento articulado en la secuencia 'carta a la ciudadanía'-reflexión-regeneración democrática“ no ha sido una excepción. Con él, Sánchez ha establecido las bases de lo que, una vez agotada la pantalla de la ley de amnistía, parecía imposible: asegurarse, con una aritmética parlamentaria complicada, la gobernabilidad para los tres años y medio que restan de legislatura. ¿Cómo así?

Para comprender tal movimiento hay que entender primero la reconfiguración del modelo de democracia tutelada que se viene produciendo en España desde 2015. Es desde este nuevo escenario que llamaremos con el nombre de “democracia de tutela fáctica integral”, y aprovechándose de él, que Sánchez construye y se posiciona en el interior de una nueva narrativa capaz de unificar partidos ideológicamente tan distintos, como Junts, Sumar, ERC, PNV, Podemos o EH Bildu, en torno a su figura para el resto de legislatura: la narrativa de la regeneración democrática. Vayamos por partes.

1. La reconfiguración de la democracia tutelada. Es una afirmación cada vez más aceptada la de que la transición española no fue una ruptura sino un proceso proyectado por el ala reformista del franquismo que, garantizando la continuidad de parte del aparato militar, judicial, policial, administrativo, etc. heredado, acabó configurando, por vía de la Constitución de 1978, una democracia tutelada. Desde entonces, el régimen naciente construyó su estabilidad sobre dos mecanismos paralelos de tutela, cada uno de los cuales actuaba en una esfera distinta del espacio público: 1) los “mecanismos de tutela político-institucional” que actuaban en la esfera del Estado; y, 2) los “mecanismos de tutela fáctica” que lo hacían en la de la sociedad; Ambos conformaban un modelo dual de democracia tutelada que abarcaba Estado y sociedad, destinada a prevenir cualquier amenaza contra los pilares fundamentales del sistema: monarquía, unidad nacional y libre mercado.