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¿Dónde coño están las mujeres artistas?

¿Quién coño es?

Belén Remacha

“Terrorismo cultural”. Así llama María Bastarós (Zaragoza, 1987) al tipo de actuación que quiere llevar a cabo, un término que ha levantado algunas ampollas y que explica así: “es un hackeo cultural del espacio público, se trata de no permitir que las reivindicaciones se queden en ciertos espacios que ya de por sí son revolucionarios”. Como primer paso para llevar a cabo ese plan ideó ¿Quién coño es? en mayo de 2015, una iniciativa que surgió en forma de “colleja” al departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza y que por el momento ya es un fanzine que se presenta este viernes 4 de diciembre a las 8 de la tarde en Sandwich Mixto, local ubicado en el Mercado San Antón de Madrid.

Retrocedamos entonces unos seis meses. Bastarós siempre fue consciente de la tremenda desigualdad de género del temario de su carrera, Historia del Arte: sólo vieron mujeres en ocasiones excepcionales, como apéndice de los temarios “importantes”, y sin un punto de vista metodológico. Basándose en el movimiento herstory, decidió escribir una pequeña biografía de la también artista Ana Mendieta y plasmarla en forma de carteles, coincidiendo con la exposición de su marido Carl André en el Palacio Velázquez. Mendieta murió con tan solo 36 años al caer por una ventana, y los vecinos testificaron que habían oído momentos antes una violenta discusión entre el matrimonio. André fue acusado de asesinato, pero fue absuelto por falta de pruebas. En estos carteles, que Bastarós no firmó, reivindicaba, además de la figura de Mendieta, la necesidad de reescribir una Historia del Arte con visión de género por parte de la historiografía, la Universidad, las instituciones culturales y la Universidad.

Aquellos carteles apenas duraron un día en los pasillos de la Facultad de Filosofía y Letras, pero permanecieron en otros lugares de los alrededores del campus. En pocas horas, ¿Quién coño es? Ya tenía 4.000 me gustas en Facebook (hoy está cerca de los 9.000). “Simplemente, creo que tocó una tecla que a mucha gente le interesaba”, apunta Bastarós. Desde entonces, muchos más carteles que han reivindicado a artistas como Angelica Kauffman, Faith Ringgold, Evelyn de Morgan o Magde Gill, y sobre todo mucha colaboración anónima. “Me llegaron multitud de mensajes de gente que quería participar en la campaña, pero veía peligroso que cualquier persona pudiese coger la plantilla y crear contenido, se podía desvirtuar”, dice Bastarós. Así que optó por subir cada cartel a Mediafire. El resultado: las pegadas se han extendido por toda España, desde Granada al País Vasco (donde sí consiguieron que permanecieran dentro de una vitrina del departamento de Historia del Arte de la Universidad, justo de donde se los habían quitado a Bastarós), y también a algunos lugares de Latinoamérica.

Salto al fanzine

Bastarós pensó que era entonces el momento de hacer lo que siempre había tenido en mente: un fanzine con artículos desarrollados sobre arte de mujeres. Ha salido adelante gracias a otra convocatoria masiva en Facebook, a partir de la que consiguió reunir a amigas y conocidas con ideas muy variadas. La financiación se la debe al colectivo Chavalas Zine, que hicieron una primera compra de 70 euros, y a su abuela, de la que heredó algunas joyas que ha vendido. A ella está dedicado este primer número. Este modelo alternativo no ha sido casualidad: “la manera de hacer un discurso que es combativo, contrario a lo ortodoxo, siempre van a ser medios autogestionados donde puedes decir lo que quieras sin cortarte”, defiende la historiadora y ahora editora. Por este medio ya no ha tenido las limitaciones que implica dirigirse al ámbito universitario, más centrado en las artes plásticas: han recogido a la pionera de la música electrónica Delia Derbishire o a la banda 7 Year Bitch, además de tratar temas como el transfeminismo en el arte . En el próximo número se acercarán incluso a la filosofía a través de Monique Wittig.

El segundo número ya está cerrado de contenidos y espera publicarlo en febrero. Para el número 3 ya hay mucho material preparado. La publicación aspira a ser periódica, con un fanzine que salga a la luz cada 3 ó 4 meses, con colaboradoras que varíen pero con la edición y producción de Bastarós y la maquetación y diseño de Geraldina Barrera. El viernes 4 en Sandwich Mixto estarán todas las participantes, habrá vermout y Djs a cargo del colectivo Sisterhood y se podrá adquirir este primer número por 4 euros en blanco y negro y 6 en color (también hacen envíos nacionales). La presentación llegó a Zaragoza también el pasado viernes, y a la capital le seguirá Granada el 11 de diciembre y Valencia el 3 de enero.

La Herland utópica

HerlandPara el proyecto, Bastarós ha cogido la inspiración “más en el contenido que en la forma”. Mujeres como Linda Nochlin, Patricia Mayayo o Virginia Woolf, a las que les ha añadido el factor del activismo callejero. Otro de los objetivos de ¿Quién coño es? Ha sido dar respuesta a la cuestión principal: ¿por qué no se incluye a mujeres artistas dentro del discurso oficial? Mencionan dos factores: el primero son los condicionantes históricos que negaron el acceso a una formación artística, a la independencia económica y a la libertad de movimiento. A la habitación propia. El segundo es idoisincrásico: si existe únicamente una Historia del Arte oficial en la que sólo caben unas expresiones artísticas concretas, la mujer, como elemento social secundario durante tanto tiempo, queda condenada a la invisibilidad, a lo underground, a ser lo otro.

Bastarós se toma muy en serio esto del “terrorismo cultural”. También a partir de sus estudios universitarios, esta vez del Máster en Gestión Cultural que está realizando, tiene ya en mente otro proyecto que de momento sólo existe sobre el papel pero que podría convertirse en real en un futuro próximo. Se trataría de traspasar las letras y las redes y, esta vez inspirándose en la Herland de Charlotte Perkins, ocupar un pueblo de los Pirineos. Ahí montaría una comunidad de mujeres creadoras e historiadoras que recompondrían la Historia del Arte con perspectiva de género, incluyendo a todas aquellas que, en realidad, siempre estuvieron. Que reescribirían los manuales en los que, como estudiante, nunca las encontró. 

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