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Entrevista - Holly Herndon

“Todo lo que hacemos online es una performance pública”

Holly Herndon, la banda sonora de la era post-snowden

Marta Peirano

Nota: si quieren seducir a Holly Herndon, sólo tienen que golpear con las uñas la pantalla de su smartphone. Suavemente. Es su desencadenante ASMR (Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma), una reacción de hormigueo placentero que recorre el cuero cabelludo y que podría ser la cara opuesta a lo que pasa cuando alguien rasca una pizarra. Esta es una de las muchas claves de Platform, su tercer trabajo. Hay más: hipervigilancia, singularidad, drones y, sobre todo, la esquizofrenia que genera mantener una relación íntima con una tecnología que expone los aspectos más íntimos de nuestras vidas, el desigual romance entre humanos y máquinas en el siglo XXI.

Platform es la banda sonora de un universo posthumanista, pero no necesariamente distópico. Una obra decididamente colaborativa: además de su pareja, el artista Matt Dryhurst, el disco cuenta con Claire Tolan (musa de la extraña y sugerente escena del ASMR), el poeta Spencer Longo, cuyo trabajo se desarrolla principalmente en Twitter y Metahaven, joven estudio holandés de visión estratosférica y superestrellas de la escena audiovisual, con los que colabora en sus vídeos y en sus espectáculos en vivo.

El nombre está inspirado por el escritor y diseñador Benedict Singleton. Entre sus influencias, cita a cyberfeministas como Donna Haraway y Katherine Hayles. Holly habla con entusiasmo del economista Guy Standing y cita a menudo a su amigo Jacob Appelbaum, que iba a presentar su charla del viernes pero al final no pudo ser. La lista completa de su círculo inmediato, aquí. Y el vídeo de su intervención de ayer, titulada Crea tus propias reglas, aquí. Holly Herndon es mucho más que un músico, es el epicentro de una nueva escena que reúne a escritores, artistas plásticos, músicos, pensadores, activistas y programadores. Es la primera artista musical de la era post-Snowden. Además -y esto también es importante- es simpatiquísima.

Hablemos de vigilancia. En Home, una de las canciones del disco, hablas con un hombre que te vigila mientras en tu habitación llueven todos los logos de la NSA que aparecen en los papeles de Snowden. Para Chorus, utilizaste un software que graba todas tus actividades, desde tus sesiones de navegador hasta tus conversaciones por Skype. ¿Hay una nueva música digital después de Snowden?HomeChorus

Creo que esa es una excelente cuestión. Metahaven dice a menudo que estamos viviendo en la era post-Snowden. Creo que aún no podemos valorar el impacto que han tenido estas publicaciones, pero sí creo que nos ha hecho reconsiderar nuestras relaciones con nuestros dispositivos. No nos ha hecho cortar definitivamente con ellos porque seguimos enamorados y totalmente implicados con estas tecnologías. Pero nuetsra relación con ella se ha complejizado, ha entrado en entredicho. Es un poco como estas relaciones de adolescentes, tan jóvenes. Por eso me pareció adecuado escribir Home como una canción de ruptura adolescente... aunque sea un poco psicótica.

Mi amigo, Hannes Grassegger, que es economista, escribe sobre nuestros derechos digitales y sobre la necesidad de desarrollar un código legal para nuestros derechos digitales, igual que tenemos uno para nuestros derechos físicos. Creo que este tipo de cosas tienen un fuerte impacto en la manera de comunicarnos, incluso en el lenguaje que usamos. Cambios profundos que todavía no podemos ver porque es demasiado pronto. Jacob Applebaum dice que si no has tomado todas las precauciones necesarias para asegurar tus dispositivos, sabes a ciencia cierta que tus dispositivos no son seguros. Y si tenemos que asumir que nuestros dispositivos no son seguros y estamos compartiendo momentos íntimos en videoconferencia, podemos decir que cada segundo que pasamos online es una performance pública.

Holly Herndon - Home [Official Video] from RVNG Intl. on Vimeo.

Has dicho que el portátil es el instrumento más íntimo que ha existido nunca porque contiene toda nuestra vida en forma de datos. Pero ¿cómo trasladas esa intimidad a la música?

Creo que de maneras muy diferentes. En términos de fantasía, puedo coger mi voz y mi presencia física y alterarla de maneras que la naturaleza no toleraría para crear una nueva versión de mí misma, como especie de cyborg, que me permite imaginar una realidad diferente. En el aspecto de lo hiperpersonal, yo practico a diario la autovigilancia: grabo mis búsquedas online, mis actividades domésticas, mis conversaciones en Skype, mis pulsaciones. Todos esos sonidos de mi vida diaria encuentran un lugar en mi música gracias a un programa que hicimos Matt y yo para amalgamar estos sonidos.

Metaheaven parafrasean el dicho feminista “Lo personal es político” y lo han actualizado a “Lo personal es Geopolítico”. Creo que esta es una manera muy apropiada de ponerlo.

Por eso era importante que en el disco hubiese muchos momentos de hiperintimidad. Que no tienen por qué ser bonitos porque -y este es otro aspecto que me interesa- la música electrónica tiene a ser muy impoluta, muy limpia y refinada. Y a mí me interesa más el caos, el detritus. Como cuando miras el escritorio de alguien y ves que hay un desastre, que es justo lo contrario a la estética blanca y estéril impuesta por Apple. Tenemos esta idea de que nuestras vidas digitales son limpias y no es verdad: tenemos carpetas por todos lados y están mal organizadas y hay redundancias y basura por todas partes. Nuestras vidas son complicadas y caóticas y nuestras vidas digitales reflejan ese caos.

En Standford, enseñas un curso llamado Estética de la música electrónica experimental, de 1980 a nuestros días. Ahora mismo en la escena hay una fuerte corriente nostálgica de los 90 y de las raves, como en el trabajo de Jamie XX. ¿Te parece interesante o políticamente productivo este legado?Estética de la música electrónica experimental, de 1980 a nuestros días

¡Qué pregunta más difícil! Me parece que en su momento la cultura rave tuvo un impacto político pero lo que importa es que hoy, cuando nos referimos a ese momento, lo hacemos desde las circunstancias de hoy, con las preocupaciones de hoy. La nostalgia lo endulza todo: el recuerdo de las raves es siempre más bello que las raves.

De hecho, encuentro que esta nostalgia de las raves es un poco deprimente. Y escapista. El escapismo tiene su momento y su lugar pero ahora es el momento de abrir mucho los ojos y encontrar inspiración en lo que está pasando. Que no sólo es mucho sino que solo así puedes hacer cambios en el mundo. Creo que soy alérgica a la nostalgia por cómo reduce nuestra capacidad para actuar sobre el presente. Necesitamos música y gente y jovenes que se enfrentan al día de hoy con todo lo que tienen.

Holly Herndon - Chorus [Official Video] from RVNG Intl. on Vimeo.

Citas a menudo a Guy Standing y su teoría de que la izquierda necesita aprender a imaginar sus propios paraísos políticos. Y que la música puede y debe tener un papel en este proceso.

¡Desde luego! Cuando empecé a girar estaba muy contenta de tocar y dar entrevistas y conocer gente interesante y visitar nuevos lugares, pero pronto sentí que no estaba aprovechando esta oportunidad de manera verdaderamente productiva. Sentí que teníamos que sentarnos a pensar qué era lo que podemos hacer los músicos, cuáles son nuestras limitaciones y cuáles son nuestros poderes. No creo ser poco realista o naive cuando digo que la música tiene un fuerte capital cultural que otros géneros artísticos no tienen.

Por ejemplo, tiene el poder de concentrar a una gran cantidad de personas en una sala dispuestos a escuchar y bajar la guardia y conectar entre ellos. Hay poder en esto. Y ofrece una plataforma donde la audiencia puede discurrir con los músicos pero también con sus referencias y descubrir a gente como Guy Standing y otros pensadores con ideas fascinantes acerca de posibles escenarios futuros. Así que sí, intento pensar con todo el optimismo, ¿cómo podemos hacer que la música sea parte de la conversación y sólo un espacio para el entretenimiento o el escapismo. ¿Tiene sentido esto?

Absolutamente: eres parte de una larga de tradición de pensadores, artistas y poetas que se han lanzado a la carrera musical porque es la manera más rápida y efectiva de conseguir un impacto social y político sin deber favores. Como Katleen Hannah.

Exacto, no es un pensamiento naive. Y creo que estas cosas vienen y van, como en ciclos, y yo sentía que mi círculo necesitaba tener un compromiso político.

¿Qué software usas estos días?

Ahora uso una combinación de cosas. Para el audiotrabajo con Abelton y Max/MSP y para los visuales solemos trabajar con Open Frameworks y cosas muy sencillas como editores de texto y manipuladores sencillos de imagen, nada espectacular. Me gusta mezclar lo sofisticado con lo mundano. Una de las cosas que hacemos ahora es poner un número en la pantalla para que la gente pueda escribirme textos durante la actuación. Y voy contestando los que más me gustan con un simple editor. Es un lenguaje muy doméstico que todo el mundo comprende de inmediato, lo que lo hace todo mucho más personal.

He visto en Twitter la clase de respuesta que tienes del público cuando te ven responder sus preguntas en vivo y estaba muy impresionada. Pero hay otra cosa que haces, algo mucho más siniestro e impactante que me gusta más: vigilar a tu audiencia.

Me gusta que haya un fluir de la comunicación que tenga doble dirección. Matt y yo pensamos mucho en maneras de hacer que esa conversación sea más específica y local añadiendo referencias locales de la ciudad en la que estamos o el local donde tocamos. Pero Matt también ha empezado a hacer una cosa: enterarse de quién va a estar entre el público -algo relativamente sencillo cuando todo el mundo compra entradas online- y leer sus cuentas del Facebook y Twitter.

Entonces compone un show que hace referencia a sus vidas, a veces de manera abstracta, a veces muy directa. Hace un par de meses había un chico en la audiencia que vendía un oso de peluche en Craigslist. Matt recortó al oso y lo integró en sus visuales. Te puedes imaginar lo que pasó. Entonces está esta idea de que la vida que compartes online se cuela en la actuación. Estamos intentando llevarla lo más lejos posible.

Y cambia completamente la relación de poder, porque la audiencia piensa que lo sabe todo de ti y que tú no sabes nada de ellos. Y vosotros le dais la vuelta, con intenciones sanitarias, supongo.

¡Exacto! Es como una de esas advertencias sanitarias que dice: queridos usuarios de la Red, Internet no es un lugar privado. Facebook no es tu habitación.

Hablando de intimidad: una de las canciones del disco, Lonely at the Top, es un intento de inducir una Respuesta Autónoma Sensorial Meridiana (ASMR) a través de la susurrante voz de la artista Claire Tolan. ¿Esto no es porno? Lonely at the Top

¡Noooooo! ¡Porno! (risas). Si investigas un poco en los foros de ASMR verás que no. Para algunas personas puede ser erótico y es verdad que tiene un componente erótico, pero no tiene por qué serlo. Y eso es lo que más me gusta, que puedes tener una experiencia íntima y doméstica con alguien desconocido. Y alguien habrá que lo use para excitarse sexualmente pero la mayoría de los aficionados al ASMR lo usan para relajarse, con fines terapéuticos. Me gusta que haya gente que hace cosas online sin más motivación que contribuir al bienestar de otros.

De hecho, esta canción es una crítica al 1% y a su necesidad de validación constante, de oír que se merecen el éxito o la fortuna que tienen. Es un mecanismo de autoprotección en una situación de privilegio extremo. Y es curioso que todo el mundo ha asumido que se trata de una crítica de género, donde una mujer le masajea el ego a un hombre. Porque ni Claire ni yo hemos dicho o sugerido jamás que le esté hablando a un hombre.

Dime cuál es el contexto óptimo para escuchar tu música: cascos, altavoces, solo o acompañado, en la cocina, en el dormitorio, de noche o de día.

Prefiero que no haya una manera óptima, que sea más polifacética. Me gusta pensar que mi trabajo es capaz de interesar y de retar a la audiencia en contextos diferentes. Creo que mucha gente disfruta paseando con los cascos y ese tipo de escucha favorece la reflexión. Pero también es importante ver los conciertos en vivo porque la performance incluye aspectos de la música que no son evidentes cuando se escucha. No quiero prescribir un contexto.

¿Cómo va a ser tu actuación en Sonar? ¿Será como el resto de la gira o podemos esperar algo especial?

Habrá un invitado especial (risas).

... un invitado al que conocemos?

¡Si! Va a estar Colin Self, que canta conmigo en Unequal. Y no creo que vayamos a tocar esa canción sino que va a tocar con nosotros en otros temas. Será la primera vez que lo hagamos [Colin Self grabó su parte en Annandale-on-Hudson, NY, y Holly Herndon en Berlín]. Pero, como está estudiando y sólo puede venir el fin de semana, le traemos sólo para este concierto, llega el día anterior y se va a al día siguiente. Todo muy decadente (risas). Colin es un artista y una persona increíble, estoy supercontenta de que venga. ¡No puedo esperar!

Me han soplado que has conseguido que Stanford te deje contar esta gira como créditos para el doctorado. ¿Será verdad eso?

Es una manera muy liberal de interpretarlo. Mi tutor me dio permiso para usar este curso para investigación en lugar de dar clases, y la gira es parte del proceso de investigación. Así que no es exactamente que tocar cuente como créditos sino que la gira es parte del proceso de investigación artística.

Estudiar en Standford mola.

Mola todo.

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