Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Feijóo se alinea con la ultra Meloni y su discurso de la inmigración como problema
Israel anuncia una “nueva fase” de la guerra en Líbano y crece el temor a una escalada
Opinión - Junts, el bolsillo y la patria. Por Neus Tomàs
Noticia de agencia

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Esta información es un teletipo de la Agencia EFE y se publica en nuestra web de manera automática como parte del servicio que nos ofrece esta agencia de noticias. No ha sido editado ni titulado por un periodista de eldiario.es.

Sin ley y entre narcos, en Veracruz periodistas trabajan “en tierra de nadie”

Sin ley y entre narcos, en Veracruz periodistas trabajan "en tierra de nadie"

EFE

México —

0

En Veracruz, el estado más mortífero de uno de los países más violentos del mundo para el periodismo, los reporteros trabajan “en tierra de nadie”, sin protección del Gobierno mexicano ni de los medios y entre luchas de cárteles, explicó el analista Ricardo Ravelo.

“Hay falta de recursos y falta de voluntad. Un desinterés que es muy injusto sobre todo para quienes hacen una labor tan delicada de reportear en un territorio prácticamente sin ley”, dijo a Efe Ravelo, autor del libro “Ejecuciones de periodistas: los expedientes”.

En esta obra se recogen nueve historias de periodistas asesinados o desaparecidos en Veracruz, en el oriente del país, en unas crónicas que analizan su trabajo y antecedentes, y buscan el porqué de los crímenes.

Sucesos tan escabrosos como el de Miguel Ángel López Velasco, apodado “Milovela” y subdirector del periódico veracruzano Notiver, quien fue acribillado en su casa junto a su mujer y uno de sus hijos en junio de 2011 luego de la aparición de unos vídeos en internet donde presuntamente aceptaba dinero del cártel de los Zetas.

Se inculpó a Juan Carlos Carranza, “el Ñaca”, un expolicía y miembro en primer lugar de los Zetas y luego del Cártel Jalisco Nueva Generación -ambos grupos se disputan el estado- que jamás pudo ser juzgado ni cumplir condena.

Se dijo que el Ñaca, implicado en la decapitación de una reportera en esas fechas, fue asesinado posteriormente en Zapopan, Jalisco, “pero lo curioso es que nadie vio el cuerpo, y por las investigaciones se sabe que hubo más de un participante” en el suceso, explicó el especialista.

Impunidad y crímenes sin resolver parecen el común denominador en ese estado que entre 2009 y 2015 registró 15 asesinatos y 240 agresiones a periodistas, según un informe de la ONG Artículo 19.

En todo el país, en ese mismo periodo se contabilizaron 55 homicidios de reporteros.

Según Ravelo, la mayoría de sucesos están relacionados con la guerra entre cárteles.

“No todos los periodistas murieron o desaparecieron como consecuencia de su trabajo periodístico”, detalló el analista, quien habló de presuntas “compras de silencio y desvíos de información”, según los expedientes de la Procuraduría (fiscalía) General de la República.

Pero las investigaciones no aclaran “si estos presuntos vínculos eran forzados o voluntarios”, dijo Ravelo, quien los atribuyó a la “coerción”.

A esto se le suma la inacción de la justicia, y es que de los nueve casos que analiza el periodista sólo dos tienen sentencia.

Los demás siguen abiertos y denotan una gran arbitrariedad en las pesquisas. Hay casos con expedientes de 5.000 hojas y otros con solamente veinte, pasando “prácticamente al olvido”, denunció Ravelo.

El analista tuvo serios problemas para acceder a las averiguaciones y también para contactar con familiares y compañeros de trabajo de las víctimas, pues muchos “no quisieron hablar por miedo”.

Ravelo destacó la “ausencia de protocolos de seguridad” en los medios locales, pues ninguno puso “medidas para proteger a sus reporteros”.

En parte se debe a la falta de recursos, y quizás por ello ahora la prensa del estado es “más oficialista” y en ella abunda la autocensura.

En este contexto, el autor matizó el criticado papel en sucesos de este tipo del actual gobernador de Veracruz, Javier Duarte, que culmina este año su mandato.

Organizaciones sociales han vinculado al gobernador con la violencia ejercida contra periodistas y activistas sociales.

La reprobación social a Duarte aumentó con la muerte del fotoperiodista Rubén Espinosa y la activista Nadia Vera en un quíntuple asesinato en julio de 2015 en la Ciudad de México.

Ambos se habían marchado de Veracruz meses antes de su muerte luego de denunciar amenazas y hostigamiento, y Vera responsabilizó a Duarte de la represión a periodistas.

Ello llevó al gobernador a testificar ante la Fiscalía de la capital mexicana, desligándose de los hechos y asegurando que cooperaría en el caso.

“No hay ningún funcionario (de Duarte) implicado en las muertes ni desapariciones de los periodistas, pero su gobierno pasará a la historia como el más sangriento”, dijo el analista, y añadió que durante su mandato “no garantizó la seguridad pública” y la situación, ya de por sí cruenta, empeoró.

“No hacer nada es de alguna manera tener una coparticipación en el tema de la inseguridad; es ser cómplice por omisión”, sentenció.

No obstante, sí aparecen alcaldes y policías locales y estatales implicados en los sucesos, lo que reflejaría el elevado grado de infiltración del crimen organizado en las estructuras de gobierno, apuntó Ravelo.

Todo ello cubierto por un halo de impunidad que poco servirá para mejorar la situación.

“Siguen ocurriendo agresiones y hay una intolerancia frente al trabajo de prensa crítica. Por más recursos que se destinen o políticas de concienciación a nivel de los funcionarios para respetar el trabajo reporteril, me parece que esto va a seguir”, zanjó.

Etiquetas
stats