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Los Reyes Magos se hacen un poco republicanos

Tres Reyes Magos

Pedro Bravo

Puede que la Cabalgata sea el evento callejero más multitudinario de Madrid. Hasta un millón de personas se junta cada año en el Paseo de la Castellana para recibir a los magos, acaparar caramelos y ver un pasacalles que hasta hace poco también era de mucho nivel artístico. Durante el gallardonato y con Alicia Moreno como delegada de las Artes, la Cabalgata se convirtió en un éxito popular y cultural gracias a la dirección artística de Delia Piccirilli (directora de la Oficina de Actividades Culturales en la Calle de 2004 a 2012). Luego, con la llegada de Ana Botella y su delegado de las Artes, Fernando Villalonga, el evento, como toda la cultura institucional de la ciudad, entró en un periodo negro. Como hay un nuevo equipo de gobierno en Cibeles, hay ganas de ver cómo será este año. Ganas por parte de la oposición y muchos medios de comunicación, que tienen los cuchillos afilados pero, sobre todo, ganas del público de volver a ver un espectáculo bonito y lleno de magia que culmina la Navidad en la capital.

Ya hay bastantes cosas que se pueden contar, aunque no todas, por aquello de guardar la sorpresa. Y nos las cuentan sus responsables, Maral Kekejian, directora artística de la Cabalgata y de la campaña navideña (que viene de coordinar las artes escénicas de La Casa Encendida), y Jesús Carrillo, director general de Programas y Actividades Culturales (y exjefe de Programas Culturales del Reina Sofía). Pero, antes, ambos dejan claro el punto de partida de todo su trabajo: “En lo que hemos pensado todo el tiempo ha sido en los niños”.

El viaje

Es el tema que vertebra el contenido de la Cabalgata de este año. “Estamos contando una historia —explica Maral—, el viaje de los Reyes Magos hasta llegar a Madrid. Queremos mostrar que todo es posible, que seguir una estrella te permite descubrir cosas nuevas, descubrir otras culturas, descubrir toda la variedad que tiene una ciudad como la nuestra”. Para lograrlo, el equipo que coordina Maral, que insiste en señalar que son nueve personas que vienen de distintos ámbitos como el diseño, la coreografía, la figuración o la arquitectura, ha buscado en la diversidad de la ciudad y se ha reunido con colectivos artísticos y creativos de distintas nacionalidades presentes en Madrid. Así, habrá presencia de las comunidades chinas, indias, peruanas, ecuatorianas, brasileñas y alguna más. Y músicas del mundo que pinchará un DJ desde la carroza del Ayuntamiento.

El diálogo

Es, según Maral, la esencia del evento. “El diálogo ha sido la base del proceso creativo, con todos esos encuentros con los distintos agentes para la creación conjunta del contenido, pero es que también es lo que queremos comunicar a través del espectáculo, en el que habrá también momentos participativos con el público”.

Un detalle en este sentido: el relato de la Cabalgata 2016 incluye, como tiene que ser, una estrella fugaz (o de Belén o un cometa, como se prefiera), pero en este caso está formada por centenar y pico de niños y niñas convocados a través del programa europeo Stars de movilidad sostenible en la escuela. Estos niños llevarán cascos con luces que han estado aprendiendo a hacer en talleres en Medialab dirigidos por Ciclalab, empresa especializada en todo tipo de artilugios ciclistas. Y otro más: este año no hay entradas VIP en la zona de Cibeles, donde llegan los Reyes Magos y dan su discurso. Sólo 400 asientos reservados para familias con dificultades.

La tradición y el cambio

“Hay elementos de cualquier proceso espectacular –cuenta Jesús Carrillo– que son muy poderosos a la hora de reforzar conceptos unívocos en el imaginario colectivo. Existe una visión muy castiza y muy consumista de la Navidad y nuestro planteamiento era cómo darle la vuelta a eso”. Es decir, mantener la esencia de la fiesta como un momento de ilusión compartida y de la calle como espacio de encuentro y conversación, pero cambiar algunas cosas. “Hemos querido contar la historia de otra manera –explica Maral–, respetuosa pero no historicista. Hemos abandonado la idea de representación de poder, por ejemplo. Más que reyes los magos son, y así los representamos, sabios, personas curiosas con ganas de descubrir a dónde les llevaba esa estrella”.

Los Magos, por eso, este año son actores y no concejales y Baltasar será por fin representado por una persona negra. Y sus carrozas tampoco serán las típicas, sino que este año vendrán con un toque de modernidad como mandan los tiempos y este concepto menos jerárquico: autopropulsadas y con un sistema de iluminación y espejos para reflejar las luces de una forma tirando a psicodélica. La de Melchor será dorada, como el confeti que disparará, relacionado con sus saberes astronómicos y el oro. La de Gaspar, azul y soltando humo por eso de la alquimia y el incienso. Y la de Baltasar, de colores rosa y verde y jugando con pompas, por la mirra y sus conocimientos botánicos.

Los animales

No habrá. Bueno, sólo los caballos de los escuadrones ecuestres de la Guardia Civil y la Policía Municipal. No estarán las tradicionales ocas de Miguelín, ni habrá camellos para los pajes, ni elefantes, tan polémicos en las últimas tristes cabalgatas dirigidas por Natalio Grueso como parte del equipo de Villalonga. “No queremos que haya animales –habla Maral–, no es su contexto, lo único que hacen es sufrir. Aparte de los caballos, todos los demás estarán construidos desde la imaginación”.

El patrocinio

Cuando los nuevos responsables de la cultura del Ayuntamiento fueron llegando a sus puestos, en algunas entrevistas se habló de acabar con el patrocinio privado y se llegó a poner el ejemplo de la Cabalgata. Dio la sensación, entonces, de que las declaraciones eran precipitadas, sin haber visto los números con detalle. La campaña navideña es la que más ingresa por patrocinios y con ese dinero se paga no sólo lo que ocurre en estas fechas, sino parte de lo que viene luego… O así se contaba tanto en el área de Cultura como en la empresa pública gestora, antes Madrid Arte y Cultura SA (MACSA), ahora Madrid Destino.

“Por lo que estamos viendo –explica Jesús Carrillo–, no es exactamente así. La Navidad sale cara y el mecanismo del relación ente Madrid Destino y el Ayuntamiento no está aún bien engrasado. En cualquier caso, seguiremos trabajando la participación público privada pero estudiando cada caso y siempre que el fin sea el beneficio al ciudadano. Habrá patrocinios donde éstos estén más naturalizados, como puede ser en actuaciones musicales en San Isidro o Veranos de la Villa, pero no queremos que se utilice la calle para publicidad, que el patrocinador traiga el contenido. El caso de la Cabalgata, al ser destinado a público infantil, es muy sensible. Este año hay carrozas patrocinadas y las habrá seguramente en el futuro, pero debemos tener cuidado con el contenido”.

Por eso, parte del trabajo de Maral Kekejian y su equipo, dentro de esa base de diálogo de la que hablaba antes, ha sido trabajar con las marcas para integrar su propuesta en el concepto general. “Hemos ido marca por marca —cuenta—, hemos propuesto ideas, ofrecido imágenes y dialogado con ellos para que lo que salga encaje con la narrativa. Con unas ha sido más fácil y con otras menos, pero creemos que ha merecido la pena”.

¿Algo más? Mucho, pero lo suyo es verlo a partir de las 18.30. Como siempre, el recorrido sale de Nuevos Ministerios y llega a eso de las 21h a Cibeles, donde los Magos dan su mensaje antes de que se acabe la fiesta con fuegos artificiales. También hay cabalgatas en los distritos.

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