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Una revista de moda incluye el horno con el que se suicidó Sylvia Plath como parte de su look

La enésima frivolización del suicidio de Sylvia Plath

Mónica Zas Marcos

La revista Glamour frivoliza en su número del mes de noviembre con el suicidio de la poeta Sylvia Plath. En una serie titulada Y si fueras..., la publicación ofrece la ropa y los complementos para vestir en estas fiestas como “iconos femeninos de hoy y de siempre”. Vestidos, zapatos, bolsos, abanicos y fundas de móvil para copiar el look de mujeres como Lady Di, Virginia Woolf o Angela Davis. 

Hasta aquí, nada extraño para el artículo de una revista de moda. El problema llega en el apartado dedicado a Sylvia Plath, donde además de reproducir su estilo con un abrigo de Benetton y unos mocasines de Gucci, Glamour incluye una cocina con tres hornos de gas de 4.340 euros. De color rosa, para más inri.

Plath, considerada una de las mejores poetas contemporáneas en lengua inglesa, se suicidó en 1963 abriendo la espita de gas de su cocina. La autora, que tenía 30 años, había luchado contra la depresión desde la muerte de su padre cuando solo era una niña. También pasó por un matrimonio tumultuoso con el escritor Ted Hughes, con el que tuvo dos hijos, así como por un aborto y un intento de violación.

A través de su poesía confesional y sus novelas, Plath se desgarraba de forma feroz y detallaba algunos de sus episodios más íntimos, como el primer intento de suicidio en la universidad, que cuenta en La campana de cristal (1963). También habló de las distintas formas de afrontar la maternidad, desde el instinto a la depresión, en su poema Las tres mujeres, concebido para ser leído en voz alta en la BBC. Gran parte de su obra fue editada tras su muerte por Ted Hughes.

Aunque su familia siempre ha guardado celosamente cualquier documento sobre su vida personal y su muerte, el suicidio de la poeta ha despertado un interés inusitado. El 11 de febrero de 1963, Sylvia Plath acunó a sus dos hijos, de tres y un año, bajó a la cocina, metió la cabeza en el horno y abrió la espita. 

Esos detalles han dado lugar siempre a multitud de chascarrillos y frivolidades. Esta revista de moda ha sido la última en sumarse al carro de la descortesía, no solo con su desafortunado complemento al outfit, sino recomendando también un libro para colorear en lugar de alguna de sus mejores obras, como El Coloso (1960) o Ariel (1965).

En las redes sociales no ha tardado en sembrarse la indignación. Algunas tuiteras han calificado el artículo de Glamour de “mal gusto” y “basura”, añadiendo que “no solo mercantilizan nuestros cuerpos y nuestra lucha, sino también nuestros suicidios”.

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