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La hegemonía electoral del PP, ante una amenaza real

Mariano Rajoy y Andrea Levy en Valencia junto a Isabel Bonig, Elena Bastidas y Vicente Betoret durante la campaña del 20D

Miguel Giménez

Valencia —

Si el pasado mes de diciembre, las dudas que se cernían sobre el futuro electoral del Partido Popular se centraban en saber cuál era la ventaja que le iban a sacar a sus perseguidores, en esta repetición de campaña el objetivo está claro: Mantener la hegemonía en las urnas de las últimas dos décadas. A pesar de que las encuestas (aunque no todas) siguen apuntando al PP como la lista más votada y con mayor número de escaños (como mínimo uno más que 'A la Valenciana', la coalición de Compromís, Podemos y Esquerra Unida), hay algunos diputados en disputa que podrían hacer voltear la situación (al menos uno por Castellón y otro por Valencia al que podría sumarse un tercero por Alicante).

Nunca como ahora los populares se habían visto tan seriamente amenazados en las urnas por otra formación que les pisa los talones. Las razones son varias.

En primer lugar, nos encontramos con un Partido Popular desgastado a todos los niveles: En España, Mariano Rajoy ha sido incapaz de formar Gobierno -a pesar de ganar las elecciones del 20 de diciembre- porque nadie quiere pactar con un presidente marcado por los recortes de una legislatura en la que ha gozado de mayoría absoluta ni con un partido salpìcado por numerosos casos de corrupción por todo el país. En la Comunitat Valenciana el PP apenas tiene relevancia en las instituciones (ha perdido la Generalitat, los ayuntamientos de Alicante, Castellón y Valencia y la Diputación de Valencia) y está agitado por los casos de corrupción. Poco después del 20D estallaba la operación Taula por las irregularidades en Imelsa y sus derivaciones en el grupo municipal en Valencia por la presunta financiación ilegal del partido, a lo que se suma que cada semana vemos desfilar por los juzgados a exaltos cargos del PP valenciano: Nóos, Gürtel, Valmor, Emarsa, Brugal...

En segundo lugar están los 'agentes externos'. Si bien es cierto que Ciudadanos, ahora liderado por el mediático y polémico Toni Cantó, no ha acabado de aprovecharse de la debilidad del Partido Popular que lidera Isabel Bonig, 'A la Valenciana' sí que parece que está aprovechando esta oportunidad. Los partidos de la izquierda valenciana -a excepción del PSPV- se han unido para disputar el liderato electoral en clave autonómica a los populares. El pasado mes de diciembre, Compromís y Podemos -bajo el paraguas de 'És el moment'- ya sobrepasaron a los socialistas, y ahora suman a Esquerra Unida (110.000 votos los pasados comicios que se quedaron sin representación) con el objetivo de asaltar el liderato electoral del PP.

El Partido Popular, consciente de lo que se juega, ha optado por optimizar recursos en una campaña que ha huido de los grandes actos de otras citas, cuando era capaz de reunir a más de 10.000 personas en espacios como la plaza de toros de Valencia. De esta forma, Mariano Rajoy -que protagonizará el acto final de campaña este viernes en Valencia- visitaba la localidad de Torrevieja hace unos días donde celebró un modesto mitin ante apenas unos cientos de personas, y estos últimos días se ha intensificado la presencia de ministros en funciones en Valencia con reuniones sectoriales de Cristóbal Montoro (empresarios) o Iñigo Méndez de Vigo (educación concertada).

En cuanto a los mensajes utilizados por los populares, cuya candidatura al Congreso por Valencia encabeza de nuevo la exalcaldesa de Alzira Elena Bastidas, nos encontramos con los clásicos: Las críticas al Consell que denominan del “Titánic”, al que acusan de radical y extremista, y en esta ocasión se suma la defensa de la libertad educativa, posicionándose del lado de la concertada, y religiosa. En definitiva, pocas novedades en el discurso y unas expectativas electorales en principio preocupantes para los populares. En unos días saldremos de dudas.

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