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Los datos macroeconómicos hablan de la mejora del PIB extremeño mientras crecen las familias en riesgo de pobreza

La percepción de la pobreza y vivienda como problemas sube un 10 % en España

Jesús Conde

Extremadura ha comenzado a remontar, o al menos eso indican los datos macroeconómicos. La Memoria Anual Socioeconómica de 2014 habla de un crecimiento del PIB de un 2,2% el pasado año, frente al 1,4% del conjunto de España. También de un aumento de la población ocupada y la bajada del paro por primera vez desde que comenzó la crisis.

Sin embargo la realidad de las calles anima a lanzar pocas campanas al vuelo e indica que los extremeños siguen sin ver ese atisbo de luz. Mientras que las estadísticas pronostican una “leve” mejoría en el horizonte económico, lo cierto es que ha seguido creciendo el número de familias en riesgo de pobreza.

La memoria, elaborada por el Consejo Económico y Social, reconoce en otro de sus apartados que los bolsillos siguen vacíos. Sitúa el porcentaje de personas en riesgo de pobreza en un 33,1 por ciento, frente al 22,2 del ámbito nacional.

También que los hogares que llegan con dificultad o con mucha dificultad a final de mes en Extremadura han pasado de significar un 30 por ciento en 2007, a un 41,2 por ciento en 2014 (10 puntos recpecto a la media nacional). Frente a otras comunidades, ocuparía el quinto lugar entre los hogares que se encuentran en la categoría de mucha dificultad.

Los motivos

La comunidad tiene poca industria y un peso del sector primario importante. Otro de los elementos determinantes parece estar en la elevada temporalidad laboral – de hasta el 98 por ciento de los contratos--, empleos mal pagados y una tasa de paro cercano al 30 por ciento (60 por ciento en el caso de los jóvenes).

La suma de estos fatores, y las propias características de Extremadura, hacen pensar a los sindicatos que la región saldrá de la crisis más tarde que otras comunidades.

Francisco Capilla, líder de UGT Extremadura, ha transmitido a este diario que existen ‘claroscuros’ en la memoria anual. Aunque se hable de un crecimiento del PIB y una disminución de la población en paro, “la realidad es que no se puede pensar en una consolidación del crecimiento”. En primer lugar –apunta-- porque los niveles de empleo y la capacidad de consumo de los extremeños siguen estando muy lejos de los niveles de 2010.

Fernando Sánchez, de CCOO Extremadura, coincide en que hay poco que celebrar en los últimos datos. Insiste en que el sistema productivo no genera empleo de calidad, mientras que hay hasta 70.000 personas que no tienen ningún tipo de ingresos.

Más indicadores: hasta el 60 por ciento de los contratos registrados en Extremadura en 2014 han sido inferiores a 30 días, mientras que el contrato indefinido sigue siendo un elemento anecdótico.

El autoempleo ante las 'vacas flacas'

Hay que tener en cuenta además que Extremadura se caracteriza por tener un tejido empresarial débil, con muchas microempresas. En los últimos años ha habido un importante número de emprendedores que ante la falta de oportunidades decidieron montar su negocio.

Pasados unos meses muchos tienen que echar el cierre porque sigue sin haber una demanda interna. Las estimaciones de CCOO es que entre el 60 y 70 por ciento de los emprendedores ha abandonado su actividad pasados dos años.

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