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¿Por qué se llama Apple Watch? En parte, porque Tim Cook no quiere líos

Y, por fin, llegó el reloj de Apple

Lucía El Asri

Desde 2011 se ha venido rumoreando que Apple trabajaba en un reloj inteligente. Después de eso, y de que sus principales competidores se adelantaran con sus lanzamientos, presentar un 'smartwatch' con el logo de la manzana era más que necesario. A la tercera va la vencida: esta vez sí, el gigante de Cupertino ha mostrado al mundo su esperado dispositivo, que ha bautizado como Apple Watch, y del que han presentado varios modelos.

Precisamente la marca ha sido objeto de debate en los últimos meses, sobre todo desde que Apple decidiera registrar un 'smartwatch' en la Oficina de Patentes de Estados Unidos – patente 8.8787.006 - bajo el nombre de iTime - algo que, visto el desenlace, no parece más que una forma de despistar a los competidores.

Pero también desde que la empresa decidiera registrar la marca iWatch en países como Japón, México, Turquía, Taiwán o Rusia, pero no lo hiciera ni en Estados Unidos, ni en China, ni en Reino Unido ni en otras partes de la Unión Europea. El motivo es sencillo: en estos lugares, otras empresas se habían adelantado al gigante registrando con anterioridad la marca. Algo similar ocurre en Suiza, donde la empresa Swatch es propietaria de una muy parecida: iSwatch.

La existencia de otras empresas propietarias de la marca iWatch parecían augurar serios aprietos para Apple en caso de haberse decantado por esa denominación. Han preferido romper con la costumbre. Se acabaron las 'iCosas'. Al poner el nombre de la empresa por delante parece que han querido zanjar los problemas legales a los que ya estaban tristemente acostumbrados.

Según Alejandro Touriño , abogado especializado en Propiedad Intelectual y Nuevas Tecnologías y responsable del área de Information Technology de ECIJA, “con el nombre Apple Watch entiendo que esa problematica se disipa porque de esa conjuncion entre Apple y 'Watch' lo que realmente es distintivo es Apple”. ¿Por qué? Tal y como señala Touriño, el motivo es muy sencillo: “ya existe una marca global y de notoriedad llamada Apple”.

Registro de la marca

El abogado experto en propiedad intelectual Andy Ramos explica que lo primero que hay que tener en cuenta es que no es posible inscribir una marca en todo el mundo. Para tener el derecho sobre una marca hay que registrarla en la oficina nacional competente y para ello nadie debe haberlo hecho antes en ese mismo lugar, explica a HojaDeRouter.com el abogado de propiedad industrial Ignacio Temiño. Y añade que puede haber excepciones dependiendo de los grados de notoriedad de las empresas.

En casi todos los países del mundo, a excepción de Estados Unidos, una marca nace en el momento en que se registra o inscribe en la oficina de marcas. En el caso del país americano, lo hace principalmente con el uso (aunque también por registro).

Las consecuencias de haber arriesgado

¿A qué problemas se hubiera enfrentado la compañía de haber denominado a su reloj inteligente iWatch? Las consecuencias habrían sido diferentes en función de muchas variables: de que existiera riesgo de confusión entre los productos de diferentes empresas, del grado de notoriedad de las compañías y de que la persona o empresa que tuviera los derechos sobre la marca quisiera excluir del mercado a Apple.

De esta forma, si una empresa en cualquier país del mundo ha registrado la marca iWatch, esa empresa tendrá los derechos exclusivos sobre ella en el territorio así que “Apple no hubiera podido operar dentro de ese territorio con esa marca”, explica Ramos. Y añade que hubiera tenido que adquirir una licencia o pedirle autorización a la empresa que tenga la denominación iWatch.

En el peor de los casos, podría haber ocurrido que Apple decidiera entrar en esos mercados y se hubiera encontrado con un claro competidor que tuviera los derechos sobre la denominación “iWatch”. Este podría haber solicitado mediante demanda que se paralizara la comercialización del producto en dicho territorio como medida cautelar. Y, además, Apple tendría que haber “compensado por daños y perjuicios causados”, añade Temiño. Todo esto, sin embargo, es un asunto privado y hubiera sido competencia del titular decidir si quería ejercitar su derecho a excluir a Apple del mercado.

Hoy en día, es muy complicado encontrar nombres que estén libres en todos los países. Aunque también es difícil que una gran empresa no haya registrado las marcas de sus productos en la mayor cantidad de lugares posibles. Al final lo que Apple ha hecho es elegir un nombre que no parece que vaya a compartimentar su mercado, lo que hace posible que utilice una denominación global en todos los países. De haber elegido iWatch y en caso de encontrarse ante uno o dos mercados donde no pudiera entrar a competir con ella, podría haber optado por comercializar utilizando un símbolo.

Otra opción hubiera sido renunciar al nombre para asignarle otro en esos mercados concretos, aunque eso hubiera acabado fragmentando el mercado global. Sea como sea, en un mercado globalizado, “es muy difícil para Apple comercializar su producto de forma totalmente diferente para cada país”, explica Ramos. De ahí su decisión.

Estados Unidos o Suiza, casos para analizar

En Estados Unidos es una ‘startup’, OMG Electronics quien dice haber registrado la marca iWatch en 2012. Lo hizo para después lanzar una campaña de Indiegogo para recaudar dinero con el que después fabricar un reloj inteligente. Pero sin éxito. En este caso, comenta Andy Ramos, es más probable que Apple hubiera tenido alguna oportunidad puesto que una de las obligaciones que tiene el titular de una marca es hacer uso de la misma. “No puedes registrar una marca y luego no utilizarla”. De esta forma, si no la ha usado porque no ha tenido éxito, financiación u otra circunstancia, Apple podría “haber alegado la caducidad de la marca y haberla utilizado”, añade.

En el caso de Europa, Temiño explica que es posible obtener el registro de una marca sin utilizarla en el momento de su concesión porque las leyes te dan un plazo de 5 años para iniciar el uso. Después de ese periodo puede ser susceptible de cancelación.

En el caso de la empresa italiana Probendi, que registró la marca iWatch en 2009, opera en Reino Unido y, además, posee la marca denominativa de la Unión Europa. Esta compañía tiene registrada la marca para aparatos, software, dispositivos, aplicaciones electrónicas y funciones totalmente relacionadas con un reloj inteligente, aunque no lo denomina como tal.

En este caso Temiño cree que, si Apple hubiera entrado en su mercado con la marca iWatch, la italiana hubiera tratado de hacer una interpretación amplia de las características que registraron para intentar defender que existía riesgo de confusión entre el producto de Apple y el suyo. Además, el hecho de ser Apple la empresa que está detrás de la nueva marca “invitaría a forzar una interpretación generosa sobre el riesgo de confusión que favorezca sus intereses”, añade.

El caso de la empresa suiza Swatch, el caso es similar, pero además se trata de una marca reconocida y dedicada de pleno a los relojes, lo que hace que goce de una “protección legal ampliada”, asegura Temiño. Esto a pesar de que los relojes que comercialice no sean inteligentes. La empresa suiza ya se había pronunciado hace un tiempo sobre la posibilidad de que Apple utilizara el término “iWatch” alegando que puede ser confundido con sus productos que se venden bajo la marca iSwatch, muy similar. En este caso, Ramos señala que hubiera sido un juez quien hubiera estimado si existía riesgo de confusión entre ambos productos.

Una situación que se repite

Esta situación no es nueva para Apple. Enfrentarse a otras empresas por derechos de marcas ya le ocurrió en el pasado con iPad en China, por la que tuvo que sentarse a negociar demandas multimillonarias. También en el caso de iPhone, con el que acaba de perder el juicio frente a una empresa que había registrado el nombre en Brasil en el año 2000.

Parece que en esta ocasión Apple ha jugado bien sus cartas puesto que la cuestión es saber reducir los riesgos y, cuando llegan los problemas, arreglarlos con el menor coste e impacto posible. Sea como sea, Ramos afirma que, a pesar de tener éxito, Apple siempre ha tenido muchos inconvenientes con todo lo referente a las marcas. El abogado cree que es un error utilizar marcas muy similares que siempre llevan la partícula “i”. “Se están dejando mucho dinero”.

Recomienda utilizar denominaciones lo menos descriptivas posibles, que no sean endebles y que no tengan que ver con los productos que van a venderse. En este caso, sin embargo, Apple ha vuelto a decantarse por un nombre muy común que incluso podría haberse adivinado con anterioridad, pero no hubiera tenido problemas si otras empresas hubieran intentado registrar la marca Apple Watch. Tal y como señala Touriño, “si yo quisiera registrar la marca Apple Watch para relojes, a Apple le darían la posibilidad de oponerse a ese registro precisamente porque seria coincidente con una marca notoria:Apple”

Respecto a la decisión de la marca, dice Ignacio Temiño, que las empresas suelen optar por aquellas que presentan menos riesgos. Si tienes que pagar a alguien por utilizar su marca es un coste añadido. Si hay otra marca que está mucho más libre puedes optar por ella. Por eso es completamente entendible que, finalmente, la compañía haya decidido utilizar Apple Watch.

Al final las consecuencias a las que podría haberse enfrentado Apple de haber elegido la marca iWatch eran muy variadas y dependían de la mayor o menor notoriedad de las empresas que poseían los derechos exclusivos de esas denominaciones en los diferentes países. No obstante, parece que la compañía de la manzana no está dispuesta a volver a derrochar el dinero en juicios que, en muchos casos, pueden haber sido premeditados por otras empresas cuya única intención era ganar dinero a costa de Apple.

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