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Análisis Sacred 3, mucha acción y poco rol

Sacred 3

Daniel Moreno

Si echamos la vista atrás resulta cuanto menos llamativo comprobar los prometedores orígenes de la franquicia Sacred con una primera entrega que muchos bautizaron como la sucesora natural del mismísimo Diablo II de Blizzard, por aquel entonces rey absoluto de los RPG de acción gracias al gran trabajo realizado por los chicos de Ascaron a la hora de plasmar el fantasioso mundo de Ancaria, un territorio plagado de magos, orcos, elfos, enanos, vampiros y demás criaturas en continua pugna por hacerse con la supremacía, cuando de repente los muertos comienzan a salir de sus tumbas para sembrar el caos.

Sin embargo dicho estudio de desarrollo se perdió en el tiempo, al igual que parece haberse perdido la propia identidad de la franquicia al optar en este Sacred 3 por un enfoque más cercano al hack ‘n’ slash con un fortísimo componente cooperativo. Pero tranquilos todos aquellos que esperáis un buen juego, porque aquí lo único que cambia es la chaqueta. La calidad se mantiene en líneas generales a fin de animar estas aburridas tardes de verano, aunque no cabe duda de que no es el juego que los fans acérrimos de la franquicia venían esperando desde hacía ya tanto tiempo.

Decimos adiós al rol. Bienvenidas sean las tollinas como camiones.

Argumento y jugabilidad:

Lo dicho, el actual estudio responsable de la franquicia, Keen Games, ha decidido apostar por una jugabilidad más cercana al spin-off Sacred Citadel que a los títulos originales. Pero antes de comenzar a hablar de las nuevas formas que tendremos de repartir estopa entre nuestros enemigos, hablemos del argumento del juego, un punto que siempre fue algo crucial en sus predecesores pero que en esta ocasión ha quedado reducido para favorecer la acción rápida entre cuatro jugadores.

Nos encontraremos una vez más en las tierras de Ancaria, esta vez unos 1.000 años después de lo visto en Sacred 2 y bajo la amenaza del Emperador Zane, un tipo con muy malas pulgas que no cederá en su empeño de mandar cada vez más secuaces y más poderosos a sembrar el caos por todo el continente. Al final la única esperanza para los buenos será hacer una alianza de razas y civilizaciones uniendo a los mejores guerreros por el bien común, dando lugar a un desarrollo de la acción tan cooperativo como competitivo, ya que nuestros héroes siempre buscarán la gloria individual destacando por encima de sus compañeros.

Los héroes disponibles serán la lancera Ancariana, el arquero Khukuri, el musculoso guerrero Safiri y la paladín Serafín. Cada uno de ellos por supuesto con diferentes estilos de combate y habilidades a fin de ofrecer variedad y versatilidad al conjunto del juego, siendo un factor ideal para potenciar su modo cooperativo al permitirnos aprovechar las capacidades de los personajes controlados por otros jugadores y fortalecer sus puntos flacos con nuestras habilidades especiales.

El sistema de combate se ha simplificado de forma más que evidente, contando con la posibilidad de acceder a ítems potenciadores o de curación, un par de ataques especiales, encadenar ataques básicos y bloquear o esquivar las embestidas del rival. Es evidente que ahora todo es bastante más accesible, y siendo fundamental la variedad de los enemigos y de los jefes finales para ofrecer un toque de gracia al conjunto.

Sinceramente, resulta bastante divertido embarcarte en una de las misiones principales o secundarias y verte asaltado por decenas de pequeños enemigos a los que poder aniquilar con un mero ataque de área, al igual que resulta de lo más desafiante toparnos con un soldado de élite o con un jefe final, sobre todo cuando vamos en grupo y nos superan ampliamente el nivel.

Sin embargo la repetición de los objetivos, con misiones prácticamente iguales unas a las otras con las mismas trampas y fases en las que nos caen bombas o meteoritos del cielo, así como ciertos desajustes en el multijugador acaban por hacer mella en la experiencia general. Por ejemplo es bastante probable que acabemos jugando mano a mano con usuarios de mayor nivel aunque marquemos la casilla de ‘nivel similar’ y que por lo tanto salgamos escaldados de cada combate al acceder a misiones que nos vienen grandes, obligando a nuestros compañeros a revivirnos una y otra vez. También resulta una auténtica lata el hecho de que en ocasiones para avanzar sea necesario que todos los jugadores se sitúen en un punto concreto del mapeado, ya que no es raro que algún despistado se pierda y nos tenga a la espera para seguir avanzando.

En cuanto a las opciones de personalización, armas y evolución de habilidades, hay que repetir que el esquema original se ha recortado hasta límites insospechados. Por ejemplo ya no podremos robar armas u objetos a los rivales, si no que tendremos que contentarnos con buscar alguno de los escasos cofres o reventar vasijas para conseguir puntos de vida y energía. Toda la evolución que lograremos se realizará mediante puntos de experiencia, aunque por desgracia no existen demasiadas diferencias entre escoger por un camino o bien por el otro ya que todas las habilidades están bastante niveladas, permitiendo además que deshagamos la compra de cierta habilidad sin ningún tipo de penalización.

Un factor incluido supuestamente para introducir cierta variedad son los Espíritus de Armas, personajes que desbloquearemos y que podremos unir a nosotros en batalla para aprovecharnos de ciertas mejoras, aunque también tendremos que tener en cuenta sus penalizaciones. Sin embargo esto tampoco consigue marcar una gran diferencia y al final hasta nos olvidaremos de ellos.

Apartado gráfico:

A nivel visual Sacred 3 se comporta de forma notable en PC ofreciendo una calidad de imagen sólida con una paleta de colores realmente llamativa. Tanto los escenarios como los propios héroes, los enemigos y sus animaciones son bastante buenos, siendo a veces una delicia recorrer ciertos parajes, aunque por desgracia se ha eliminado por completo ese componente de exploración que tanto nos gusta en este tipo de juegos.

A veces tienes la sensación de que te sueltan en un área para correr como un poseso masacrando enemigos hasta llegar al jefe final, y eso impide que disfrutes del entorno y te sumerjas en la épica que debería desprender esta aventura, aunque en líneas generales la trama en sí tampoco ayuda en dicho sentido.

Además en las versiones para PS3 y Xbox 360 es habitual sufrir ciertas caídas en la tasa de frames por segundo, sobre todo si hay fuego o efectos de humo de por medio, lo cual acaba por deslucir el acabado general.

Conclusión:

En definitiva nos encontramos ante un título que se ha olvidado del legado de sus predecesores. Quizás demasiado, ya que todos aquellos que esperen elementos propios de los juegos de acción RPG se llevarán un auténtico chasco al comprobar lo limitado que está todo en cuanto a personalización y evolución de las habilidades. Por contra todo aquel que busque una experiencia directa, sencilla y frenética se llevará una grata alegría, aunque es evidente que dichas cualidades repercuten de forma palpable en la vida útil del título.

Su gran baza, aquello sobre lo que gira todo lo demás, es su sólido multijugador cooperativo, aunque bien es cierto que cuenta con cierto margen de mejora. Más allá del hecho de repartir estopa en compañía, cruzando niveles desafiantes y asistiendo a combates épicos, lo cierto es que el resto del juego se vuelve bastante repetitivo, con algunas fases que sentiremos haber vivido una y otra vez pese a la variedad de unos escenarios bellamente recreados.

Lo dicho, que Sacred 3 tiene poco o nada que ver con sus predecesores, pero por ello no es mal juego, solo que simplemente, pareciéndose o no a ellos, podría haber sido un juego mucho mejor.

Lo mejor:

  • Un juego frenético y accesible capaz de enganchar.
  • Su multijugador cooperativo a cuatro cumple con creces, aunque es mejorable.

Lo peor:

  • Misiones bastante parecidas que crean una sensación de monotonía.
  • Opciones de personalización excesivamente simplificadas.
  • Parece que explorar los escenarios es cosa del pasado. Aquí lo que importa es repartir mandanga.
  • Caídas de la tasa de imágenes en las versiones de PS3 y 360.
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