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Análisis NBA 2K15, baloncesto virtual rozando la perfección

NBA 2K15

Jaime Pérez

El que probablemente sea el segundo deporte más popular por estas tierras puede que no mueva las cifras de audiencia, ni maneje los presupuestos del Deporte Rey, sin embargo puede presumir al menos de contar con un simulador que deja literalmente en pañales y en todos los sentidos, a cualquiera de los máximos representantes superventas del fútbol virtual.

La serie NBA 2K lleva años apuntando maneras, pero no fue hasta la pasada edición cuando, coincidiendo con la llegada de la nueva generación de consolas, consiguió situarse a en una posición que bien podría calificarse de mejor título de simulación deportiva de la historia. Y es que dejando de lado su espectacular apartado técnico o sus atractivas licencias, cuenta con un nivel de realismo y tal cantidad de opciones, que resulta terriblemente complicado encontrar incluso esos pequeños defectos que siempre nos gusta comentar a los que nos dedicamos a lucir nuestro espíritu más crítico.

NBA 2K15 aterriza con una propuesta basada en el excepcional título de la pasada temporada, pero depurando y mejorando todo aquello que parecía haber tocado techo, y sí, la palabra perfección es algo que cualquier analista intentar evitar, pero en el caso que nos ocupa, no resulta descabellado utilizarlo como recurso literario, tan solo hay que añadir un par de matices.

¿Cuántas veces hemos dicho aquello de “mira, si parece un partido de verdad”? Es una expresión que muchos usábamos con algunos títulos deportivos de hace más de una década, títulos que contaban con un aspecto visual y unas animaciones, que aunque ahora nos puedan resultar grotescas, en su momento nos podían confundir perfectamente con un partido retrasmitido por televisión. Los tiempos van cambiando, y tras decenas de generaciones de títulos deportivos donde cada vez se alcanzaban mayores cotas de realismo, recurrir esa trillada expresión podía sonar a conclusión precipitada, porque al fin y al cabo, siempre llega una nueva entrega que acababa llevando ese nivel de realismo hasta nuevos límites…

Pues bien, a pesar de lo curtidos que estamos ya en lo que respecta a títulos parecidos al deporte real y lo difícil que resulta para muchos estudios y desarrolladoras sorprender en este aspecto, no tenemos ningún problema en recurrir al cliché de turno y aun a sabiendas de que en el futuro veremos juegos todavía más realistas, podemos afirmar sin ningún tapujo que NBA 2K15 es perfectamente comparable a un partido de basket en la vida real, y en esta ocasión no sucede únicamente como una mera primera impresión.

El nivel de detalle en los jugadores, la cancha, la ambientación de cada estadio y sobre todo, las increíbles animaciones de las que hace gala el juego son absolutamente excepcionales. No sólo es uno de los títulos deportivos más vistosos de los últimos tiempos, es que nos encontramos ante uno de los juegos con mejor y mayor despliegue visual hasta la fecha en la nueva generación de consolas.

Podremos encontrar pequeñas carencias en el parecido de algunas de las grandes figuras del baloncesto respecto a su homónimo de carne y hueso, pero es una auténtica minucia comparado con el resto del festival audiovisual que propone NBA 2K15: Reflejos en el parqué, gotas de sudor recorriendo la cara y los hombros de los jugadores, movimientos dinámicos en la ropa en función de los diferentes gestos o una física casi impecable en el contacto entre jugadores, son sólo algunos ejemplos de la enorme calidad que atesora el título.

Pero ya sabéis como funciona esto, hace falta mucho más que un aspecto estético vistoso para situar un juego deportivo en lo más alto, y NBA 2K15 hace los deberes en todas y cada una de sus distintas variantes, y muy particularmente en el nivel de simulación.

En primer lugar es obligatorio mencionar que esta nueva entrega cuenta con unos controles exquisitos que nos permiten elaborar cualquier movimiento que se nos pase por la cabeza de una forma sorprendentemente sencilla. Buena parte del mérito proviene de un uso depurado del pro-stick, una forma de control que ya pudimos ver en la edición pasada, pero que en esta ocasión se ha depurado hasta ofrecernos más posibilidades, y de forma más intuitiva, que en su estreno hace poco más de un año.

Con sencillos movimientos con el stick derecho, y cierta habilidad para ejecutarlos en los momentos adecuados, podremos ejecutar todo tipo de acciones “como las de verdad”, especialmente en jugadas de ataque. Contaremos además con nuevos movimientos que nos permiten aumentar el espacio entre nuestros oponentes, como fintas o desplazamientos hacia atrás que nos para ganar algo de espacio para intentar encestar sin la agobiante presión del defensor.

Aun así, las posibilidades que ofrece siguen requiriendo un poco de práctica y será habitual realizar tiros accidentales al intentar llevar a cabo otro tipo de acciones, pero una vez que nos habituamos, todo funciona como la seda, con el añadido además de contar con un indicador a los pies del jugador que nos permite afinar de forma muy visual nuestros lanzamientos.

La reacción de los jugadores a nuestras acciones es inmediata y dependemos en mayor medida de nuestra capacidad para leer una jugada, que de nuestra habilidad para ejecutarla, un auténtico ejemplo a seguir para muchos otros superventas del género.

Entre las novedades más destacadas, nos encontramos con una sustancial mejora en el juego de pies, lo que permite una mayor fluidez de movimientos y mayor libertad de desplazamiento en cualquier dirección y en cualquier momento. El resultado son más de 5.000 nuevas animaciones que ante todo resultan perfectamente naturales y realistas, y más allá de tratarse de un mero añadido estético, están muy enfocadas a una ofrecer una mejora directa a nivel jugable, con el añadido de que el jugador apenas será capaz de apreciar brusquedades a medida que ejecuta y encadena nuevas acciones.

En segundo lugar, tenemos que hacer una parada obligatoria en lo que sin duda se trata la segunda mayor virtud del juego: una indecente cantidad de opciones y modalidades. Tal es el abanico que nos ofrece NBA 2K15, que bien podría considerarse el equivalente deportivo de esos “sandbox” que presumen de brindar una libertad total al jugador en un mundo abierto.

Muchas de las modalidades que tenemos a nuestra disposición, ya estaban en ediciones anteriores, pero se han aplicado numerosas mejoras y la posibilidad de personalizar hasta el último pequeño detalle del juego para que cada jugador pueda adaptar la experiencia completamente a su gusto. Algunos modos son tan completos, que podrían incluso tratarse de un juego independiente, y nadie se atrevería a quejarse de escasez de contenido.

Tendremos el modo Mi Liga, donde poder participar nuestra propia liga con las condiciones, duración o equipos que mejor nos parezca, ya sea en solitario o acompañados; también dispondremos de Mi GM (General Manager), uno de los modos que más ha ganado en profundidad donde podremos gestionar todos y cada uno de los elementos necesarios para hacer una correcta gestión del club; en Mi Equipo tendremos la opción de crear el equipo de nuestros sueños, ya sea con estrellas actuales o jugadores de épocas anteriores en un formato de cartas coleccionables que iremos desbloqueando a medida que progresemos.

Mención especial merece Mi Carrera, donde tendremos la posibilidad de encarnar a un único jugador que podremos crear a nuestra imagen y semejanza (incluyendo escaneo 3D de nuestra cara con las cámaras de Xbox One y PS4) para escalar desde lo más bajo como jugador no drafteado, hasta codearnos con las principales estrellas de la NBA. Este último modo está tan trabajado y cuenta con tantas líneas de diálogo y secuencias sobre nuestros progresos y decepciones, que llega incluso a resultar emotivo. Una pena que no se haya considerado la posibilidad de doblarlo al castellano y tengamos que contentarnos con los subtítulos, porque habría sido la guinda del pastel.

Por supuesto NBA 2K15 está plagado de otras tantas opciones para jugar en solitario como online, ya sean partidos rápidos, ligas multijugador, partidos callejeros que pueden ir desde 1 contra 1 a 5 contra 5, o crear nuestras propias partidas para jugar con amigos. En la faceta multijugador destaca Mi Parque, un punto de reunión para jugadores que se ha visto mejorado sustancialmente respecto a la edición anterior, pudiendo “afiliarnos” a uno de los tres grupos disponibles, cada uno con sus características y atributos, para organizar partidos amistosos o participar en torneos online.

Todas estas modalidades y las opciones que brinda cada una de ellas, garantizan un número incontable de horas de diversión sin caer en la monotonía ni en la sensación de estar jugando a pequeñas variantes de un mismo modo.

Sobre las licencias, pocas pegas cabe poner, porque además de todos y cada uno de los equipos, jugadores y estadios de la NBA, contaremos con un número ampliado de equipos de la Euroliga, aunque por desgracia, sigue sin estar presente la propia competición y sólo serán seleccionables en determinados modos de juego.

En definitiva, NBA 2K15 es el representante por excelencia de este gran deporte en nuestros PCs y consolas, además de tratarse del mejor simulador deportivo hasta la fecha. Cuenta con un apartado visual de auténtico lujo, unos controles que rozan la perfección y una cantidad de modos y opciones para satisfacer con creces a los usuarios más exigentes, que verán recompensada su inversión con horas, días, semanas y meses de diversión sin tregua.

Se trata de un juego capaz de levantar pasiones incluso a aquellos usuarios que no sientan especial pasión por el baloncesto, como quien escribe estas líneas, pero es que cuando un título está tan logrado y cuenta con semejante obsesión por el detalle, resulta difícil no dejarse encandilar por sus encantos.

Lo mejor

  • Un despliegue audiovisual de auténtico lujo.
  • De lejos, el mejor representante de este deporte.
  • El nivel de realismo no decae en ningún momento a pesar de la gigantesca cantidad de posibilidades.
  • Cuenta con suficiente contenido como para hacer 3 juegos independientes.
  • Horas de diversión en todas sus vertientes, tanto en solitario como multijugador.
  • Tiene tantos y tan buenos detalles, que requeriría muchas páginas describirlos.

Lo peor

  • El control con el pro-stick requiere cierta práctica, puede provocar muchos errores en un primer momento
  • Los equipos de la Euroliga podrían tener mucha más integración en los diferentes modos de juego
  • Los tiempos de carga pueden llegar a desesperar
  • A pesar de llegar completamente traducido, algunas modalidades no cuentan con doblaje al castellano.
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