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Marian Izaguirre defiende la Europa cultural en “La vida cuando era nuestra”

Marian Izaguirre defiende la Europa cultural en "La vida cuando era nuestra"

EFE

Madrid —

A la escritora vasca Marian Izaguirre, que lleva veinte años publicando -con su primera obra ya ganó el premio Sésamo-, le ha ocurrido algo poco usual y es que su última novela “La vida cuando era nuestra”, ha sido adquirida por numerosas editoriales extranjeras, incluso antes de ser publicada en España.

Todo ello porque “La vida cuando era nuestra”, editada por Lumen y desde hoy en la calle, recuerda a una Europa, hoy sumergida en una crisis económica, de valores políticos y sociales, que antes fue algo más que un mercado, todo un símbolo para la cultura, el libro y el humanismo, a pesar de las crueldades de sus guerras.

La novela de Izaguirre (Bilbao, 1951)es una reivindicación de la cultura y la lucha individual que se desarrolla en la primera mitad del siglo XX en Londres, París, Madrid o Italia, mientras las grandes guerras y la civil española van asolando todo a su paso.

De ahí que las editoriales extranjeras de más prestigio como Sperling &Kupfer (Italia), Krueger de Fischer Verlag (Alemania), Boekerij (Holanda) y Albin Miichel (Francia) hayan apostado por este retrato europeo.

“Fundamentalmente, se trata de una novela europea y sobre algo que tiene que ver con la salvación individual gracias a los libros, a la magia de la palabra, a la posibilidad de vivir y crecer por las historias leídas, por los relatos, y todo ello sin olvidar al papel del librero y de las librerías”, explica a Efe esta escritora y periodista, autora de títulos como “La parte de los ángeles” o “El ópalo y la serpiente”.

“La vida cuando era nuestra” es una narración encerrada al modo de las cajas chinas, tres historias entretejidas que van pasando de año en año, de lugar en lugar, con tres personajes centrales: Lola, una traductora, y Matías, ambos perdedores de la Guerra Civil.

Ellos antes tenían una buena editorial. Ahora, y en el centro de la novela, tienen una pequeña librería en la que venden lápices de colores y se intercambian novelas usadas.

Y el tercer protagonista es Alice, una mujer de cincuenta años que vive como una espía infiltrada en España, “a la que solo le unen los restos de aquellos a quienes amó”.

“Lola y Matías son unos perdedores que no se han ido al exilio, pero que viven en un exilio interior, a los que solo les queda su amor por la palabra, por los libros, que les dan la vida que no tienen. Matías pone en el escaparate siempre un gran libro para que cada día esas chicas que van a cambiar novelas románticas lean una página de algo bueno y distinto”, subraya la autora.

Gracias a esta novela se le ha comparado con María Dueñas y su exitoso “El tiempo entre costuras”.

Pero, sobre todo, “La vida cuando era nuestra”, que tiene un pequeño eslogan que suena en sus páginas, “un día sin leer es un día perdido”, es un relato que emana verdad, autenticidad, lo que se había propuesto la autora. “Esa era y es mi principal premisa: escribir desde la verdad, que la historia sea verdadera”.

Una historia, además, que es una defensa de Europa, “porque no hay nada igual”, dice Izaguire, premio Andalucía de Novela y Ateneo de Sevilla.

“Europa, en la época de posguerra, era un territorio que nos había cerrado sus puertas, un sueño perdido para los españoles, y por eso se trata de una defensa se ese espacio que agrupó tanto talento, tanta energía, aunque después también fuera destruido por las guerras”, argumenta.

Marian Izaguirre es optimista y reconoce que, aunque Europa esté atravesando un momento malo, pasará. “Para mí, el lema es que sobreviviremos. La gente es imparable, y todavía no sabe el poder que tiene. Somos muchos y, aunque no seamos los mejores, tenemos que pelear y reivindicar la cultura, porque es el único alimento que nos dará mejor vida y nos ayudará a ser mejores”, concluye.

Por Carmen Sigüenza.

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