El PP gana las elecciones y se mantiene como primera fuerza en Madrid, pero pierde la mayoría absoluta al lograr 48 escaños, que le permitirían gobernar si lograse un pacto de investidura con Ciudadanos (17 diputados), frente a los 37 de PSOE y 27 de Podemos, al 87,91% de las papeletas escrutadas.