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Rajoy volverá a controlar su campaña a través de Jorge Moragas

Jorge Moragas, durante la presentación de la anterior campaña del PP.

Luz Sanchis

Mariano Rajoy volverá a confiar en su jefe de gabinete para que esté al frente de la campaña electoral del 26J y así controlarla directamente. Jorge Moragas, artífice de la que culminó el pasado 20 de diciembre, cuenta con ser él, aunque la ratificación formal se producirá el próximo martes. Para el día 3, Génova ha convocado una reunión de su Comité Ejecutivo para confirmar tanto el equipo como las líneas generales de la estrategia. De esta forma, el propio presidente del Gobierno en funciones vuelve a asegurarse de controlar de cerca su diseño y desarrollo, así como la supervisión de la actividad del partido desde Moncloa.

“Lo normal sería que no cambiaran las cosas. Además, cuando los experimentos funcionan...”, admitía este jueves el mismo Moragas en los pasillos del Congreso aun dejando claro que la confirmación depende del órgano del partido en el que se anunciará de manera oficial. Ya se ha dado la orden de que a la cita del martes no falte nadie, especialmente los barones. Además de Moragas, se espera que continúe como su adjunto José Antonio Bermúdez de Castro, actual secretario del grupo parlamentario. Los cinco vicesecretarios, Fernando Martínez-Maíllo, Javier Arenas, Pablo Casado, Javier Maroto y Andrea Levy volverán a formar parte del grupo.

En esta ocasión, nadie espera que José María Aznar haga acto de presencia, como hizo en el último comité que Génova celebró un día después de las elecciones generales. Su enfado a cuenta de la filtración de sus datos fiscales y de la multa que tuvo que pagar ha producido una situación inédita, que se suma a sus críticas por los resultados obtenidos por Rajoy en las últimas cuatro elecciones. El expresidente presentó el pasado 22 de abril ante la Fiscalía General del Estado la denuncia por revelación de datos tributarios y cree que la filtración desde el área de Cristóbal Montoro puede constituir un delito de infidelidad en la custodia de documentos y violación de secretos.

La reunión servirá de arranque de una precampaña que el PP puso en marcha en cuanto vislumbró que Pedro Sánchez no lograría su objetivo de contar con una mayoría para ser investido. De hecho, mientras los líderes de los partidos se reunían o emplazaban a reunirse, él ha seguido protagonizando actos políticos como si la campaña hubiera empezado formalmente.

Además de la insistencia en los cinco pactos ofrecidos al PSOE para sustentar una gran coalición, el jefe del Ejecutivo en funciones ha desgranado algunas propuestas como el cambio del huso horario o aumentar las desgravaciones fiscales para las pymes y las exenciones para los contratos temporales que se transformen en fijos, entre otras.

El PP ya ha anunciado que esa campaña será similar a la anterior, es decir, sin grandes actos de formato mitin y con muchos recorridos del candidato por pueblos y ciudades pequeñas. En palabras de Casado, “actos de megáfono”, en alusión a los pequeños discursos antes de los consabidos paseos, cañas y selfies con todo ciudadano que se lo pida.

Los dirigentes de Génova advierten de que huirán de la confrontación y que optarán por hacer propuestas y por un estilo “optimista” mientras dejan para sus competidores la agresividad. El vicesecretario de comunicación aseguró que el PP no entrará en el ataque directo: “Los demás, que sigan con el ventilador o actuando como el Santo Oficio”.

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