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La investigación del complot para salvar al comisario Villarejo alcanza al número dos de Interior

El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, pasa revista  a la Policía

Pedro Águeda

El complot policial que denuncian los investigadores del Pequeño Nicolás para sabotear el caso y proteger al comisario José Manuel Villarejo alcanza al número dos del Ministerio del Interior. El análisis del tráfico de llamadas revela la comunicación que mantuvieron los mandos policiales presuntamente implicados con el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, en momentos clave de la treta.

A juicio de los investigadores, los contactos más comprometedores para el responsable de la Seguridad del Estado se producen el mismo día de la detención de Francisco Nicolás Gómez Iglesias, el 14 de octubre de 2014. Francisco Martínez utiliza su teléfono móvil para hablar con el comisario Villarejo mientras el joven está en los calabozos de la Policía y los agentes registran su domicilio.

El supuesto agente encubierto nunca fue parte de la investigación del caso sino que ha sido objeto de la misma. Nicolás lo mencionó en su declaración ante la Unidad de Asuntos Internos (UAI) y en el registro se encontraron anotaciones sobre el policía y un supuesto encuentro con el joven. La tesis de los investigadores que trabajan a las órdenes directas del juez es que el número dos del Cuerpo, Eugenio Pino, en connivencia con Villarejo y otros mandos, maniobró para tumbar el caso por medio de una grabación ilegal hecha a tres policías investigadores y dos agentes del CNI.

Son los propios policías de Asuntos Internos quienes ponen el foco sobre las llamadas entre el secretario de Estado y el comisario. “Se significa que desde la detención de Francisco Nicolás hasta la primera publicación que aparece en los medios de comunicación, el comisario Villarejo Pérez realiza y recibe numerosas llamadas desde su teléfono 619.xxx.xxx a teléfonos oficiales, llamando especial atención dos llamadas el día de la detención de Francisco Nicolás, día 14/10/2014, con el secretario de Estado de Seguridad D. Francisco Martínez Vázquez”, recoge el informe policial en poder del juez Arturo Zamarriego.

Esa “primera publicación” sobre el Pequeño Nicolás aparece en el medio que controlan Villarejo y su pareja, informacionsensible.com. En la información se revela la existencia del joven, su detención y los motivos de la misma. El joven todavía estaba entre rejas, incomunicado. Solo los investigadores de Asuntos Internos, autores también del informe que denuncia el complot, y la cúpula policial y del Ministerio conocían los hechos.

El informe policial sobre el presunto complot realiza un trayecto por las informaciones que publica informacionsensible.com, a las que se van sumando otros medios, y cómo derivan en un ataque a Asuntos Internos, el CNI y a una desacreditación de la investigación. Siempre con datos que solo podían salir de la cúpula policial y del Ministerio del Interior.

Fuentes del Ministerio del Interior destacan que el número que aparece en el sumario está a nombre del Ministerio y no de Francisco Martínez. eldiario.es, por su parte, ha podido comprobar que es el número que utiliza el secretario de Estado de Seguridad. Las fuentes consultadas añaden que, en cualquier caso, se trataría de llamadas entre las “muchísimas” que Martínez mantiene con mandos policiales a diario y evitan hacer más comentarios debido a que es un asunto que “se encuentra judicializado”.

Más de 20 minutos hablando

Francisco Nicolás Gómez Iglesias fue detenido el 14 de octubre de 2014 a las 9:45 horas en la calle Zurbano de Madrid, por una pareja de agentes de Asuntos Internos, y conducido a dependencias policiales. Ese mismo día, a las 14:19 horas, el comisario, que se califica como “agente encubierto”, marca el número de móvil del secretario de Estado y hablan 6 minutos y 45 segundos. A las 17:00 horas, los investigadores piden al juez permiso para registrar el domicilio del Pequeño Nicolás. Cuando están dentro de la casa, donde aparecen notas sobre Villarejo, el comisario vuelve a llamar al responsable de la seguridad del Estado. Esta vez la conversación se prolonga 16 minutos y 49 segundos.

Los contactos telefónicos entre el número dos de Interior y Villarejo han sido descubiertos en el marco de una pieza separada sobre la grabación ilegal a los policías y los agentes del CNI. Los policías de Asuntos Internos fueron autorizados en 2015 a recabar de las compañías telefónicas los metadatos de las llamadas realizadas y recibidas por los investigados entre el día de la detención de Nicolás, el 14 de octubre de 2014, y el 24 de diciembre siguiente. Por eso han podido informar al juez de quién habla con quién y desde dónde entre esas fechas, pero no pueden conocer el contenido de las conversaciones. En el mes analizado, y solo a través de su teléfono móvil, el secretario de Estado habla en trece ocasiones con Villarejo y con el también acusado de participar en el complot Enrique García Castaño.

El comisario Villarejo ha sido defendido por el Ministerio del Interior cuando se ha visto afectado por diversas polémicas. El País publicó que el comisario acumula un patrimonio millonario y el ministro Fernández Díaz salió a defender sus servicios secretos contra el crimen organizado y el terrorismo. También ocurrió algo similar cuando apareció en los medios el extracto de una conversación grabada a Ignacio González en la que participaba Villarejo.

Interior se vió obligado a abrir sendas investigaciones internas que encargó a un subordinado del comisario, el inspector jefe José Ángel Fuentes Gago, quien propuso el archivo de ambas. Fuentes Gago también es señalado en el complot para tumbar la investigación al Pequeño Nicolás y en el informe policial se da cuenta de un contacto continuo con Villarejo y el resto de presuntos implicados.

En marzo de 2015, eldiario.es reveló que había sido condecorado con una medalla remunerada por su participación en las investigaciones selectivas de la Policía, sin control judicial, a políticos favorables a la independencia de Cataluña. Por otra parte, el comisario es señalado por una doctora de Madrid como el hombre que le pinchó por encargo del empresario Javier López Madrid. La causa está archivada en primera instancia después de que los servicios centrales de la Policía presentaran unos informes que señalan a la mujer por la acosadora de López Madrid y exculpan a Villarejo. La defensa de la doctora considera esos informes son otro montaje policial.

Los investigadores sostienen que los entonces periodistas de El Mundo Eduardo Inda y Esteban Uzteirrieta entregaron la grabación ilegal al Pequeño Nicolás por indicación de la cúpula de Interior. El joven podría utilizarla para solicitar una supuesta nulidad de la causa y los informadores, a cambio, tendrían una entrevista en exclusiva con el por entonces personaje más demandado mediáticamente. El 17 de noviembre, los periodistas ya tenían la cinta en su poder, según estas mismas conclusiones.

El día anterior, 16 de noviembre, el secretario de Estado telefonea en dos ocasiones al comisario Villarejo y una tercera a García Castaño, jefe de una unidad antiterrorista. Cinco días después, el mismo día que informaciónsensible.com publica, otra vez en exclusiva, que existe la grabación, el secretario de Estado habla una vez con Villarejo y éste le telefonea en dos ocasiones.

Petición de imputaciones

Los policías a las órdenes del juez Arturo Zamarriego le pidieron el mes pasado detener a Villarejo; su pareja, Gemma Alcalá; y a un periodista que trabajó a las órdenes de ambos en el medio que controlan. También solicitan la imputación del director adjunto operativo de la Policía, Eugenio Pino, y de otra serie de mandos policiales y periodistas, hasta 14 personas en total. Pero en esa lista no figura el secretario de Estado de Seguridad. Ante la oposición del fiscal a casi todas las peticiones de los agentes, el juez solo ha citado, de momento, al periodista Carlos Mier, presunto autor de la grabación ilegal.

El instructor de las diligencias considera “otra fecha clave” el 17 de diciembre de 2014. Ese día es llamado al despacho del número dos de la Policía, Eugenio Pino, para que en presencia tres policías, dos de ellos los también acusados García Castaño y José Ángel Fuentes Gago, explique si está investigando en el caso del Pequeño Nicolás al comisario Villarejo, que sorprendentemente también se encuentra presente.

El policía escribe: “Es una situación completamente irregular y coercitiva el someter ante sus superiores al instructor policial de una investigación judicializada para que confiese si está investigando a alguno de ellos, máximo cuando se realiza a escondidas y bajo la prohibición de informar a su superior jerárquico orgánico (el jefe de Asuntos Internos) y cuando parte de la investigación se encuentra bajo secreto de actuaciones”. El día antes de esa reunión, Francisco Martínez había telefoneado en tres ocasiones a dos de los presentes en aquella “coacción” al investigador, el comisario Villarejo y una tercera a Enrique García Castaño.

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