Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El ataque limitado de Israel a Irán rebaja el temor a una guerra total en Oriente Medio
El voto en Euskadi, municipio a municipio, desde 1980
Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

“Mi color como actriz es el azúcar”

Kathi Montes, actriz. Foto: RBN

Claudia Ochavo

Como es habitual en Kathi nos recibe con una sonrisa que casi no le cabe en la cara. Dispuesta a enseñarnos de todo un poco, lápiz y papel en mano (y ordenador) comenzamos esta conversación.

¿Cómo llegas a Madrid? Vine a España a estudiar interpretación al Laboratorio William Layton. Pensaba irme a EEUU, y anteriormente hice cursos de improvisación en República Dominicana. Cuando yo estaba allí no había muchas escuelas, ahora ha proliferado bastante. Estuve dos o tres años y mi profesora me recomendó que tirase por el mundo de la interpretación porque veía algo especial en mí. Me habló de una escuela de Nueva York, fui allí a hacer un curso de verano y volví a mi país para ahorrar y volver en otoño de nuevo a esa escuela… pero de repente tuvo lugar el 11S y tuve que mirar otros horizontes y llegué a Madrid.

Tuviste que improvisar. Sí, una improvisación que me ha durado diez años y que siga.

Sí, porque además no paras de trabajar. He tenido suerte, he trabajado en series (La Fuga), TV movies… Esto es una carrera de fondo y hay que estar llena de ánimos para cuando te salga un casting. Me siento privilegiada de estar en movimiento.

¿En qué se parece República Dominicana a España? Para mí no se parecen demasiado. Evidentemente compartimos idioma y una vez estás en España descubres curiosidades (allí nosotros decimos “abur” para despedirnos y es por la palabra euskera “adiós”). Hemos tenido un patrón histórico similar en cierto aspectos (una dictadura casi en la misma época), pero si tiene que asemejarse a una cultura yo creo que tiene más relación con Estados Unidos, dependemos económicamente de esa sociedad, consumimos sus canales de televisión en inglés... El desarrollo cultural es más norteamericano.

¿A que época histórica te trasladarías para conocer otros momentos de República Dominicana? Épocas en la historia… ¡millones! Aunque me llaman más la atención las conexiones humanas, el desarrollo de las relaciones entre personas. Pero por ejemplo no me importaría haber conocido a las hermanas Mirabal y saber más de su realidad y de qué les pasó. Ellas pertenecían una familia con cierto poder y estaban comprometidas con el movimiento libertador. Ayudaban a las personas que tenían necesidad. Las ejecutaron en la dictadura de Trujillo. Además de conocerlas hubiera estado bien incluso aportar en su lucha.

Aunque camuflas el acento… se ve que eres dominicana, quizás un poco atípica. Porque… ¿cómo sois los dominicanos? Los dominicanos somos una fauna, para describirnos los unos a los otros existe una jerga relacionada con el mundo animal. Este es un caballo, un lince, un tigre, un ratonaso… Los dominicanos somos honrados, pero hay que estar atentos porque también hay algunos tigres, que consiguen lo que necesitan con mucho salero.

¿Esa forma de ser de los dominicanos influye a la hora de que te den un papel? Por supuesto, mi color como actriz es el asúcar. Esto que yo tengo de ser fresca (¡en el buen sentido!)

¿Y eso te cansa? ¿Lo aprovechas? Yo he tenido épocas de luchar contra ello, de explotarlo directamente, de temer perderlo… Los dominicanos somos por lo general mulatos pero yo no soy la típica dominicana porque no tengo la piel oscura… Me recomendaron perder el acento para poder hacer otras cosas. Al principio me costaba porque tenía miedo de perder mi originalidad como actriz, lo que me identificaba. Luego con técnica y con un buen dominio de tus herramientas ya sabes dónde ponerlo y dónde quitarlo. Eso que te sale natural es obvio que conviene modularlo según la situación. Ya no solo actuando, también con tu manera de relacionarte con la gente. Cuando llegué me pasaba que todos los chicos pensaban que me tenían enamorada, y era porque los tocaba mucho, los abrazaba… los dominicanos somos así, expresivos. Los actores miramos a los ojos, ¡pero los dominicanos también!

Tus rincones favoritos son... La ciudad colonial de Santo Domingo, su malecón, es necesario, a un lado el mar y al otro el skyline de Santo Domingo. Subirte a Constanza, que con suerte incluso puedes poner la chimenea. La playa, (mi favorita es Las Terrenas en la provincia de Samaná) con ese horizonte de azules… Es lo que más echo de menos, el mar. En Madrid tenemos el río, pero poder ver el mar desde cualquier ventana… no tiene precio. Además desde Madrid tardas unas horas en llegar a la playa más cercana y en República Dominicana tienes unas buenas playas ¡a cuarenta minutos! En tu plan de fin de semana siempre está ir a la playa.

Hablemos de comida, ¿es fácil cocinar en España platos típicos de tu tierra? Yo tardé un montón en encontrar los ingredientes necesarios para conseguir ciertos sabores. El sazón dominicano, que es muy contundente, para mí, que además no estaba acostumbrada a cocinar… He aprendido a comer de manera más europea. Soy fan del plátano maduro y todas sus variaciones, pero no es muy saludable. Hay que comer más sano. En República Dominicana se gasta mucho tiempo en cocinar, pero viviendo sola en una ciudad con un tempo tan rápido como Madrid no es fácil pasarse a la dieta criolla.

Alimentos que echo en falta: el quipe (es un frito de carne picada con arroz, relleno de varios ingredientes, de procedencia árabe), el mangú (plátano macho verde hecho puré y que es el acompañamiento típico de muchos platos). Allí un desayuno típico es el mangú con huevo frito. La cocina es contundente, puede que sea porque hace calor y se quema mucha energía, pero sea como sea allí se come en grandes cantidades. En España dividimos la comida en tres platos, en República Dominicana se come uno y abundante (al menos en las casas). El típico dominicano se come un buen plato de “la bandera dominicana”: arroz, habichuelas (frijoles) y carne.

¿Volverás a vivir en República Dominicana? Sí y no. Si quiero seguir en la profesión, no. Según mi punto de vista, el de alguien que no vive allí y no ve lo que se hace día a día, creo que aún no ha llegado el momento para subsistir como actriz. También creo que tengo mucho lugares que explorar. Si pienso en mi familia por supuesto que me iría. Y para descansar al final… igual sí. Pero me consta que se están haciendo proyectos artísticos muy interesantes y ¡me encantaría poder decir que me vuelvo a República Dominicana porque tengo cincuenta proyectos en los que trabajar!

Podéis visitar su web www.katherinemontes.com

Etiquetas
stats