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Manuel Valls pide prohibir el velo islámico en las universidades

Manuel Valls en una imagen de archivo

The Guardian

Angelique Chrisafis | París —

El primer ministro francés, Manuel Valls, ha sembrado la polémica por sugerir que el velo o pañuelo islámico debería ser prohibido en las universidades y por decir que la mayoría de los franceses piensan que el islam es incompatible con los valores de la república.

El socialista, bajo la presión de la discutida reforma laboral y el aumento de los movimientos de protesta en las calles, reabrió el enfrentamiento sobre si los estudiantes deberían ser expulsados por llevar velo en las universidades francesas. En una larga entrevista para Libération, le preguntaron si debería ser prohibido por la ley y contestó tajante: “Debería hacerse”, aunque reconoció que la Constitución lo hace muy difícil.

Sin embargo, otro ministro socialista lo negó inmediatamente. “No hay ninguna necesidad de una ley sobre el velo en las universidades”, aseguró Thierry Mandon, ministro de Educación Universitaria. Añadió que los estudiantes son adultos y como tal tienen “todo el derecho de llevar velo. El velo no está prohibido en la sociedad francesa”.

Najat Vallaud-Belkacem, ministra de Educación, tampoco apoya la prohibición en las universidades, añadiendo que los estudiantes son adultos con “libertad de conciencia y libertad religiosa” para hacer lo que les plazca. “Nuestras universidades tienen muchos universitarios extranjeros. ¿Vamos a prohibirles el acceso porque en su cultura se lleve cierto tipo de ropa?”, añadió.

La pugna por el velo en Francia

En el pasado, miembros de la derecha, incluido el antiguo presidente Nicolas Sarkozy, habían sugerido que el velo islámico se tenía que prohibir en la educación superior. Pero los líderes universitarios hicieron una fuerte oposición a cualquier veto, argumentando que los estudiantes debían ser capaces de hacer lo que quisieran y que la discriminación contra el velo era ilegal.

Durante mucho tiempo, el asunto del velo islámico ha sido un problema político muy discutido en Francia, que tiene una de las legislaciones más duras sobre el tema en Europa. En 2004 se prohibió a las chicas llevar velo en los colegios públicos, así como cualquier otro símbolo como cruces o turbantes. En 2011, Sarkozy ilegalizó, con mucha polémica, el niqab (el velo musulmán que cubre todo el rostro) en los espacios públicos. Según la ley, los funcionarios en espacios públicos deben ser imparciales y neutrales, y no mostrar sus creencias religiosas con símbolos visibles como el velo.

En diciembre del año pasado, el Observatorio de Laicidad, órgano consultivo francés, dictaminó que sería “inútil y poco apropiado” legislar sobre el uso de símbolos religiosos –incluidos los velos– en las universidades.

Valls también fue criticado por las siguientes declaraciones en Libération: “Nos gustaría ser capaces de demostrar que el islam, una religión muy importante en el mundo y segunda en Francia, es compatible fundamentalmente con la República, con la democracia, con nuestro valores y con la igualdad entre mujeres y hombres”.

Cuando se le preguntó si estaba dando a entender que el islam está lejos de ser compatible con la sociedad y los valores franceses dijo claramente: “Algunas personas no quieren creerlo, la mayoría de los ciudadanos franceses lo dudan, pero yo estoy convencido de que es posible”.

Abdallah Zekri, director del Observatorio de Islamofobia y miembro Consejo Francés del Culto Musulmán, se mostró muy desolado por que el primer ministro haya dicho que los musulmanes en Francia no han demostrado todavía que su religión sea totalmente compatible con la vida en Francia. “Estamos hartos de ser estigmatizados... y de este discurso populista que es peor que la extrema derecha”, protestó en BMF TV.

Patrick Mennuci, un parlamentario socialista de la provincia de Bouches-du-Rhone, contestó en Twitter a las declaraciones de Valls: “¿Por qué abrir un debate que no existe? Vamos a centrarnos en los problemas reales”.

Traducido por Cristina Armunia Berges

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