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Que tu vida sea un acto de rebeldía

Manifestantes en solidaridad con Raif Badawi frente a la embajada saudí en Roma, el 9 de enero de 2015. Imagen de Stefano Montesi para Demotix

Elena Valenciano

Eurodiputada del PSOE - Presidenta de la subcomisión de DDHH —

El Parlamento Europeo ha dado el premio Sajarov a Raif Badawi. Era la propuesta que yo defendí y que hizo suya por unanimidad, el grupo Socialista y consideraron otros grupos políticos.

Pero no puedo decir que esté satisfecha. No lo estoy. Ojalá no hubiéramos tenido que proponer ni dar este premio. El Sajarov es un galardón que debería desaparecer porque premia a seres humanos que sufren. Pero es, a la vez, un premio útil para poner un gran foco de luz sobre la vulneración de los derechos humanos en el mundo y sobre las personas que la padecen.

Raif Badawi es hombre de poco más de treinta años, padre de familia, condenado, en Arabia Saudí, -por abrir una página web que pedía libertad- a diez años de prisión y a mil latigazos que se le administrarán en tandas de cincuenta, los viernes en la puerta de la mezquita.

Badawi lleva años siendo perseguido por las autoridades saudíes. Pero esta condena le fue impuesta el año pasado. El año catorce del siglo veintiuno. ¿Dónde? en Arabia Saudi, país rico por su naturaleza, gran aliado de occidente, y que participa de las coaliciones internacionales que pretenden poner fin a otras grandes barbaridades que están ocurriendo en la región. Tremendas contradicciones de la realpolitik.

Arabia Saudí acaba de inaugurar el reinado de un nuevo monarca que fue saludado por prácticamente todos los jefes de Estado y de Gobierno de Europa. Todos ellos deben sumarse hoy al mensaje del Parlamento Europeo y pedir al nuevo rey saudí que otorgue la gracia a Badawi, que le dispense de recibir los 950 latigazos que le faltan -en los primeros cincuenta estuvo a punto de morir-, y lo libere para que pueda reunirse con su mujer y su hijo en Canadá.

Por la alta gracia de su majestad saudí terminaría una tortura, ya suficiente para castigar un delito inexistente. Nunca ofende a dios quien a la luz del día y de la Red se expresa en libertad. Ofende a dios quien tortura o establece penas desproporcionadas a personas que sólo buscan la dignidad para sus pueblo.

Badawi recordaba, en unos de sus últimos posts, la idea de Camus referida a los que luchan por la libertad “haz que tu vida misma sea un acto de rebelión”.

Libertad para Raif Badawi. Con el premio Sajarov le devolvemos su voz y su dignidad. Y ojalá fuerza para resistir lo que quede por llegar.

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