Sevilla sin fosas del franquismo en 2030: el difícil y “ambicioso” objetivo de la Diputación Provincial

Que no haya fosas en Sevilla en 2030 es un “objetivo” clave para la Diputación de Sevilla. Pero, ¿es posible ese propósito? SevillaelDiario.es pulsa la visión de víctimas del franquismo, colectivos memorialistas y expertos como historiadores y arqueólogas sobre un “ambicioso” y “encomiable” deseo que tiene su mayor dificultad en la propia empresa que enfrenta: ¿dónde están las decenas de fosas comunes que quedan por localizar, abrir y exhumar?

De las reacciones salen dos lecturas, de gratitud y de incertidumbre, que enganchan con un problema máximo: para empezar, ¿hace falta actualizar el mapa de fosas de la provincia? “Si Diputación tiene ese objetivo 2030 primero debe tener claro qué realidad hay en cada pueblo”, señala la arqueóloga Elena Vera. “Actualizar la información es fundamental”, añade Carmen Romero, también experta en la búsqueda de víctimas del franquismo.

“Lo más adecuado es hacer un mapa de fosas y con rigor, parece lógico”, avisa en este aspecto el historiador José María García Márquez. “Es súper necesario, Andalucía debe emprender esta tarea titánica”, subraya la presidenta de la Asociación Nuestra Memoria, Paqui Maqueda, que enlaza: “buscar todas las fosas de Sevilla es una labor encomiable, nuestro agradecimiento total a la Diputación de Sevilla, ojalá se pueda hacer pero está muy complicado”.

“Veo bastante difícil que se pueda conseguir” el objetivo completo, tercia Vera. “Es loable pero muy complejo, cada fosa tiene su casuística y sus problemáticas”, asiente Romero. El plan precisa “un puzle dificilísimo de armar pero es necesario aunque tenga fracasos y dificultades porque es una cuestión de justicia y el triunfo es recuperar los cuerpos, sean los que sean”, resume García Márquez esa segunda interpretación más analítica.

Mapa de fosas de Sevilla

El “objetivo” base de la Diputación de Sevilla arranca con la fuerza del millón de euros en ayudas que activan la Memoria Histórica en la mitad de los pueblos y la idea de convertir la provincia en una tierra con Memoria. Pero la empresa, coinciden las voces consultadas, es “complicada”. Hasta ahora los trabajos arqueológicos en suelo sevillano acercan la cifra de 3.000 víctimas del franquismo recuperadas en casi 30 fosas abiertas, como cuenta la exposición Sevilla, tierra con Memoria, de Casa de la Provincia.

Abrir la tierra, pueblo a pueblo, es una aspiración inédita. “Desde la perspectiva técnica es complicado” pero hay que valorar “cada desaparecido que se vaya recuperando”, según Elena Vera. “Ojalá se cumpla, ya es hora de que no quede ninguna fosa en la provincia donde la represión causó más víctimas”, dice la arqueóloga Carmen Romero.

Esa dimensión de la tarea precisa una valoración y análisis previo. Así lo apuntan en sendas entrevistas con este medio el diputado provincial de Cultura y Ciudadanía de la Diputación de Sevilla, Casimiro Fernández, y el coordinador del Observatorio Provincial de la Memoria Democrática del ente provincial, Manuel Lay.

“Todavía queda mucho por investigar, Diputación con el programa que ha sacado abre el campo a muchas investigaciones en pueblos donde no se habían hecho y quizás puedan arrojar más luz sobre cifras y realidades”, analiza Romero. Aun así, amplía, “somos un poco escépticos en esta perspectiva pero ojalá sea cierto, que esa herida se cierre después de tanto tiempo y se recuperen todas las personas que siguen desaparecidas”.

“Queda una cantidad enorme de trabajo y el objetivo primero es ver el estado en que se encuentran todas las fosas de la provincia”, concuerda Elena Vera. “Hay que tener claro que muchas han desaparecido, que se han tirado a los osarios, se ha construido encima… y que hay pueblos que ni siquiera saben si tienen fosas comunes”, subraya.

Las arqueólogas coinciden en otro diagnóstico: la “falta de continuidad” en la labor de campo. “No podemos empezar una campaña, tener financiación para unos meses de trabajo, luego hay que parar, cerrar la fosa y esperar a otro proyecto para abrir de nuevo”, reclaman. “Que en cada pueblo se empiece y se termine, se intente localizar todas las victimas que hay enterradas o por lo menos indagar qué ha pasado con esas víctimas”, manifiestan.

La importancia de cada víctima recuperada

El objetivo “lo veo muy ambicioso porque el problema que tienen las fosas comunes en todas partes es una escasez enorme de documentación fehaciente que diga dónde están y cuánta gente hay en ella”, explica el historiador José María García Márquez, que alcanza “14.018 casos documentados” desde la investigación para su libro Las víctimas de la represión militar en la provincia de Sevilla (1936-1963). A ese “gran problema” se une “otro más serio”, el paso del tiempo y “que ya no hay testigos vivos que puedan facilitar la posible ubicación de una fosa o del lugar de los asesinatos”.

Por eso “cada vez los arqueólogos tienen más dificultad”. El plan “es complicadísimo”, sostiene, pero también “encomiable, cualquier euro que se destine a eso está destinado con toda la justicia del mundo porque además no debe ser un objetivo numérico, es igual de importante una fosa de la que se recuperen cien víctimas que otra donde sean dos o tres”.

“El objetivo como tal es de agradecer, encomiable, y vamos a estar a tope ahí con la Diputación de Sevilla”, reitera Paqui Maqueda. Pero “tan importante” es el propósito como “el cómo se hace”, asegura. “Hay que hacer una serie de pasos que requieren una inversión porque no todas están localizadas, está la excavación, el ADN, el entierro digno…”, prosigue, apuntando “a la fosa de Pico Reja como modelo de exhumación casi perfecta”.

“Si se quiere hacer bien son pasos costosos y la Diputación tiene ahora mismo bastantes fondos económicos de cara a la Memoria Histórica, me alegro profundamente”, sostiene. “Estamos hablando de muchas fosas y muchas víctimas y apenas cinco años para lo que no se ha hecho en 50 años de democracia, es muy ambicioso y muy difícil… otra pata es que todo esto hay que hacerlo de la mano del movimiento memorialista y de los familiares de las víctimas”, completa la presidenta de la Asociación Nuestra Memoria.

Sevilla, tierra de fosas

Sevilla es la provincia más castigada por los golpistas con al menos 12.599 víctimas y 171 fosas comunes, según el Mapa de Fosas de la Junta de Andalucía que suma un total de 49.737 víctimas estimadas y 900 fosas, como contó este periódico. Unas cifras que superan al terrorismo de Estado de las dictaduras de Argentina y Chile juntas y encajan un mínimo de 1.500 mujeres asesinadas por el fascismo español.

La iniciativa El país de las 6.000 fosas sube a 14.155 asesinados por los franquistas y añade 447 víctimas de la represión en la retaguardia republicana. De fosas totales solo reseña 576 en suelo andaluz. El proyecto Desaparición Forzada en Andalucía registra la misma cifra de ejecutados y aporta que hay 70 fosas no exhumadas y hasta 56 “desaparecidas”, con variables a tener en cuenta como los traslados al valle de Cuelgamuros, las búsquedas realizadas por familiares e incluso intervenidas con resultado negativo, entre otras.

La complejidad de los casos a intervenir deja sobre la mesa la oportunidad de actualizar el mapeado, según las opiniones consultadas por este medio. Una necesidad de la que ya alertaba el primer informe sobre las fosas comunes de la represión franquista en la provincia de Sevilla, fechado en el año 2008, como recoge Todos (…) los Nombres.

“No se saben las (fosas) que hubo y no se sabe las que hay en la actualidad hasta que se abran”, alertaba entonces el documento, que ampliaba: “es enormemente dificultoso localizar las fosas exteriores de los cementerios si no han sido señaladas de alguna manera”. Arranca el “objetivo principal” de la Diputación de Sevilla para el complejo viaje por la Memoria Histórica de la provincia. Porque hay muchas maneras de recorrer un lugar y una de ellas, como hace la exposición Sevilla, tierra con Memoria, es a través del recuerdo.