El mejor regalo es un espejo
No todos los años vamos a leer en estas fechas a Dickens y su excelente Cuento de Navidad. Quizá para estimularnos a variar, la editorial Periférica ha editado con el título Un regalo de Navidad dos relatos de Robert Louis Stevenson que son una lectura recomendable cualquier día del año, pero que ahora resultan casi imprescindibles. ‘Markheim’ es breve, misterioso e inolvidable. Comienza con la visita de Markheim, el protagonista, a la tienda de un anticuario, donde se propone comprar un regalo. “¿Por qué no un espejo?”, le sugiere el vendedor y Markheim se lo devuelve horrorizado: “¿Le gusta lo que ve? ¡No! ¡Ni a mí! ¡Ni a nadie! (…) Le he pedido un regalo de Navidad y usted me da esto… este maldito recordatorio de años, pecados y desvaríos. ¡Esta pequeña conciencia de mano!”. A partir de este punto se desarrolla un ágil relato en el que Stevenson realiza, más que una versión, una perversión del cuento de Dickens, con unas gotas de Dostoievski. Tan intenso y duradero es su efecto que hasta Freud lo utilizó para hablar del inconsciente. El segundo relato, ‘Olalla’, es una historia de amor y de terror (si alguna diferencia hay) y Arthur Conan Doyle escribió: “Todo lector está obligado a leer ‘Olalla’; todo escritor debería tratar de escribir una historia de misterio con el mismo pulso magistral de Stevenson”.
Un muy recomendable regalo de Reyes, aunque con la advertencia de que, quien recibe este volumen, acaba teniendo en sus manos un espejo. Y ¿a quién le gusta lo que ve?
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