Cannes mon amour
Cannes: la cultura que mueve el mundo, pero también el glamour del cine, el turismo. Y como casi todo, con una cara oculta. El que es uno de los grandes festivales a nivel internacional, produce otro tipo de beneficios más allá de los culturales, según informa El País: los obtenidos a través de la prostitución. “La prostitución en Cannes mueve más dinero que la venta de películas”, comenta Elie Nahas en el despacho de su agencia de Beirut, desconocedor de la cultura cinematográfica y propietario de una agencia de modelos libanesa. Este empresario ha sido condenado a una multa de 50 000 euros y ocho años de prisión por dirigir una red de prostitución de lujo.
“Si una chica hacía algo y se llevaba un sobre con 5000 o 6000 euros, no es mi asunto”, comenta. Nahas ingresó en prisión preventiva en Francia en 2007, donde permaneció durante once meses. Un año más tarde el caso se cerró por falta de pruebas, y cuatro después, se reabrió. El tribunal le condenó en rebeldía y sus abogados recurrieron. Desde entonces, a la espera de que se resuelva la apelación, Nahas no ha vuelto a Europa para evitar a la Interpol. Confiesa que está cansado: “El mundo de las modelos está lleno de bellas mujeres, pero es un negocio muy sucio”. Y tan sucio. La peste ha alcanzado al cine.
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