La Guerra Civil, un cuento
En la última semana hemos recibido noticias de la Guerra Civil española, que parece que todavía es el atrezo de muchas de las escenas de nuestro país, de la actualidad. Por una parte, las fotografías del anónimo, por las que pelearon y poco después cayeron en el olvido, han sido adquiridas por cincuenta y tres personas que han aportado dinero para poder ganar la subasta después de que la Generalitat de Catalunya las rechazara por falta de calidad. Las fotografías, de un profesional desconocido, serán estudiadas y editadas en un libro que se publicará en 2014. Probablemente el valor de esta serie de fotografías es precisamente que nos muestra la vida cotidiana de la época: comiendo, desfilando, descansando, charlando, competiciones deportivas, baños en la playa… Pero la Guerra Civil, como si fuera un cuento, tiene más momentos escondidos entre los pliegues de la Historia, y es precisamente todo eso que se vivió desde dentro y fuera del país, lo que se pretende recoger en diecinueve volúmenes dedicados a las crónicas que escribieron los intelectuales latinoamericanos. Gabriela Mistral, Victoria Ocampo, Pablo Neruda, César Vallejo o Jorge Luis Borges dan voz a una época que nos pertenece a nosotros pero que fue vivida en distintos países e incluso continentes; nunca en ningún otro tiempo se había hablado tanto de España fuera del territorio como por aquel entonces. Por eso, Calambur quiere reunir las distintas visiones de la misma guerra, de aquella España que debía cuidarse de la propia España.
Parece que no logramos deshacernos de nuestra Guerra Civil. Isaac Rosa, con aquel título de su novela, ¡Otra maldita novela sobre la Guerra Civil!, ya bromeaba sobre una realidad: pase el tiempo que pase, siempre es buen momento para recrearnos en la misma época. El cuento de la guerra no nos acaba de saciar, no queremos olvidarnos de ninguno de los detalles: ni de los de anónimos ni de los de latinoamericanos.