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Sobre este blog

Este blog corresponde a Alternativas Económicas, una publicación mensual que te explica la información económica desde un punto de vista social.

Más igualdad es más riqueza

Riqueza e igualdad

Mariana Vilnitzky

“Los cálculos de la macroeconomía son erróneos porque omiten a la mitad de la población”. Esa es una de las ideas del libro ¿Quién le hacía la cena a Adam Smith?, de Katrine Marçal, jefa de opinión de Aftonbladet, principal periódico de Suecia. 

Aunque la afirmación de Marçal parece extrema, de alguna manera la Unión Europea le da la razón. Al menos lo hace el Instituto Europeo de Igualdad de Género, que este año ha publicado el estudio Beneficios Económicos de la Igualdad de Género en la Unión Europea.  Según este estudio, en las cuentas estándar usadas por las naciones para calcular el PIB “se especifica el sector del hogar, sólo incluyendo el consumo, las ganancias y los salarios del empleo formal (...). El valor del trabajo de producción no pagado en el hogar no se encuentra en las cuentas nacionales, a pesar de que estas actividades crean valor y contribuyen al bienestar de individuos y familias”.

Hace ya mucho tiempo que economistas feministas vienen trabajando con estimaciones económicas alternativas al PIB. En la investigación de la UE calculan que en España el valor del trabajo de cuidados no remunerados representa el 25% del PIB.  

Un estudio de la Cámara de Comercio de Barcelona concluye que si se contaran los cuidados, el PIB catalán sería un 23,5% mayor. Y en el Plan para la Justicia de Género que el Ayuntamiento de Barcelona aprobó en 2016 se aboga directamente por colocarlos en el centro mismo de la economía, entendida como actividad “que genera valor social y no sólo valor de mercado”.

Por su parte, la Universidad Pablo de Olavide, en una investigación realizada para la Junta de Andalucía, sostiene que si se contabilizara el trabajo no retribuido habría que añadir 132.200 millones al PIB de la comunidad, que casi se doblaría. Según el estudio, que tomó en cuenta el salario medio dividido por sexos, las mujeres aportarían 86.700 millones adicionales y los hombres, 45.500.

“Esta cuantía monetaria nos da una idea del valor que tiene este trabajo tanto para los hogares, en cuanto al ahorro que supone no tener que contratar a trabajadores externos para este servicio, como para los propios individuos, pues este es el salario que dejan de cobrar cada año al ofrecer su trabajo gratuitamente a su unidad familiar; como para el Estado, que se ahorra una parte importante del sostenimiento de las personas a través de la transferencia de esta responsabilidad a las familias, lo cual significa mayoritariamente a las mujeres”, explica el documento.

A pesar de lo apabullante de estas cifras, que muestran que las mujeres contribuyen casi el doble que los hombres a la riqueza de Andalucía, desde la economía feminista se ha visto que calcular la incorporación del ámbito de los trabajos reproductivos en el PIB no es suficiente. “No se cambia nada”, apunta la economista feminista Carmen Castro. “¿Qué significa contabilizar los cuidados en el PIB? ¿Al final, quién lo remuneraría? Los estudios recientes hablan directamente de cómo variaría el PIB si se incorporase la igualdad”. 

En este sentido, una de las investigaciones más amplias realizadas ha sido la de la UE. Propone cinco vías políticas: disminuir la brecha en la educación terciaria en ciencias, tecnologías y matemáticas; incrementar la actividad laboral femenina; disminuir la brecha salarial de género; ampliar la tasa de fertilidad como resultado de una mayor distribución del trabajo no pagado de cuidados; y la combinación de todos estos caminos llevados a cabo al mismo tiempo.

Si se hicieran efectivas estas políticas, el estudio de la UE deduce que se generarían para 2050 unos 10,5 millones de empleos más (el 70% llevado a cabo por mujeres); y que el PIB per cápita aumentaría cerca del 10%.

Este artículo ha sido escrito con ayuda económica del Ayuntamiento de Barcelona y publicado en el número de septiembre de Alternativas Económicas. La redacción de la revista lo ha elaborado de acuerdo con sus propios criterios periodísticos. Todos los artículos de la serie Economía feminista son responsabilidad exclusiva de Alternativas Económicas.

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