Regina: de calle tradicional en decadencia a espacio alternativo en áuge

Peatonal sin debate, comercial por esencia, la calle Regina vuelve a florecer, esta vez como el eje de tiendas más alternativas y personales de Sevilla, que conforman un crisol con los negocios tradicionales que han aguantado todos los envites posibles. De sus 37 locales ocupados, 18 han abierto los últimos cinco años con negocios inspirados en la ecología, el comercio justo, el arte, la moda con sello propio, las delicatessen y hasta la tertulia, conformándole una nueva identidad.

Y si hace una década había caído en un progresivo declive, auspiciado también por la ratonera en que la convirtieron las obras del Metrosol Parasol en la Plaza de la Encarnación (Las Setas), hoy desprende vida y vuelve a ser una calle de trasiego, de unión entre la Sevilla de la catedral y la Alameda de Hércules. Una calle que se promociona con el nombre de Regina Market y que está consiguiendo ser punto de interés también para el turismo como foco de negocio.Regina Market

Si en el siglo XX, el 80% de la calle eran zapaterías, de estas solo queda una, Calzados Regina. Predominan todavía las tiendas de decoración, que tomaron en los 90 el relevo al calzado (Entretelas, La Marca, las dos de artesanía árabe Alminar y más recientemente Qmono). Y algunos clásicos, como los tres negocios de cortinajes y tapicería de la familia de José María García, una de las más veteranas, junto con Cuchillería Regina (desde 1930) y Joyería Oviedo (1967). Pero la mitad de los comercios tiene menos de cinco años, y de hecho, el grueso ha abierto entre 2012 y 2013.

Hoy día se puede encontrar desde un negocio especializado en higiene del cabello (Pipiolos, donde saben combatir los piojos) hasta una tienda de galletas artesanas que hacen allí mismo (Dulces Regina), pasando por una librería de extraño nombre especializada en arte (Un Gato en Bicicleta), un establecimiento de alimentación italiana (Piaceri Italiani), un paraíso para las mascotas (Animaladas), otros que solo venden productos ecológicos (Bien y Bio y La Despensa Ecológica)... Y hasta un bazar oriental, el último en llegar, ya que lleva un par de semanas abierto: Bazar y Alimentación Mundo. Estas tiendas conviven con un bar que lleva más de 50 años en la calle, el Regina, y otros que han abierto estos años: La Cacharrería, La Traviesa -“somos un bar extrovertido”, dicen sus propietarios- y La Mercería, un café concebido como punto de encuentro para el mundo de la cultura.

Los protagonistas del cambio son vecinos y comerciantes, especialmente jóvenes emprendedores -la mayoría de los que han abierto negocios entre 2012 y 2013 rondan la treintena- que se han sentido atraídos por el carácter que se le ha ido imprimiendo a una calle que ha sabido contagiarse como ninguna por la vanguardia que supone el propio Metrosol Parasol, para la mayoría, la clave del cambio.

Manuel Fernández, de Verde Moscú (negocio de moda de comercio justo), explica que se ha criado en el barrio y tenía claro que era el sitio para su tienda, que inauguró en 2012. “También nos llamó la atención el nuevo carácter que está ganando la calle, con mucha dinamización y donde están abriendo negocios con mucha personalidad”, expone.

“Tenía claro que quería abrir aquí porque buscaba una calle donde se apostara por esa vanguardia y ese carácter alternativo que no tienen el resto”, corrobora Soledad Ferrer, de La Seta Coqueta, también inaugurada en 2012 y donde combina la venta de moda con una suerte de galería de arte. En su opinión, iniciativas como el mercadillo que los segundos sábados de cada mes montan en la calle los comerciantes sacando sus productos con descuentos, degustaciones y distintas actividades, han servido para animar todavía más la vía. Han parado ahora por el calor este proyecto que comenzó hace un año, pero asegura que volverá tras el verano, dado el buen resultado.

Es uno de los proyectos impulsados desde la asociación que agrupa a las tres cuartas partes de los comerciantes de esta calle y de la vecina Viriato. Su presidente, Manuel García, reconoce que el precio del metro cuadrado ha podido experimentar una subida el último año, dada la demanda. También apunta que estos negocios no son ajenos a la importante caída del consumo por la crisis, situación que no ha frenado el empeño de unos empresarios que intentan generar actividad económica innovando y dándole una vuelta de tuerca al concepto de lo que es una calle comercial en Sevilla.

Montse Bueno, de Entretelas, asegura que la calle “se ha transformado por completo”. Ellos mismos, hace unos meses, han reformado el establecimiento en 2012 con la inauguración del considerado “el primero 'chino' pijo del país”. “Tenemos ahora dos tiendas en una, Entretelas, y una de complementos, El Chino de Telmo”. Y efectivamente, el local está claramente dividido y cada parte con su propia identidad, aunque se entre por la misma puerta.

Los negocios más antiguos, acogen de buen grado la transformación del entorno. José María García Muñoz, está al frente de una de las tres tiendas del negocio familiar que hay en la calle, una a cargo de su padre. En su opinión, el florecimiento de la vía “se debe 100% a Las Setas”.

Con todos los locales ya ocupados en la parte estrecha de la calle, salvo uno, se mantiene solo un punto negro en Regina, en concreto en la parte en la que la vía se abre a la Plaza de la Encarnación, donde se acumulan nueve vacíos, el último, el que abandonó La Caixa en su política de cierre de sucursales, y otro, el del antiguo Muebles Grande. Pero salvo estos casos puntuales, en el resto, la situación se explica porque pertenecen a un mismo edificio, cuyos propietarios pretendían rehabilitarlo en su integridad, de manera que cuando los comerciantes que los tenían alquilados se fueron jubilando, no volvieron a sacarlos al mercado. Otro proyecto que actualmente duerme esperando tiempos mejores.