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Desdeelsur es un espacio de expresión de opinión sobre y desde Andalucía. Un depósito de ideas para compartir y de reflexiones en las que participar

Parece que la izquierda tiene un plan

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, se reúnen este 27 de diciembre Moncloa. 
30 de diciembre de 2022 21:02 h

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Hace apenas nada, cuando llegaban estas Navidades, pareció abrirse el abismo de un insalvable choque institucional. Cierto que el Gobierno había aprovechado el macropuente de diciembre para cambiar los delitos de sedición y malversación en acuerdo con ERC y quería renovar el Tribunal Constitucional por la vía urgente de la enmienda tras el bloqueo de años perpetrado por el PP. Entonces PP, Vox y Ciudadanos trinaron desaforados y recurrieron a ciertos “primos de Zumosol” magistrados. Estos se sacaron de la ancha manga de sus togas anular la ley antes de que Parlamento y Senado la aprobaran. Una censura previa alucinante e inquietante. Las acusaciones cruzadas de “golpismo” reemplazaron al son de los villancicos.

Pero, de repente y por sorpresa, ahora, antes de la Nochevieja, ha habido acuerdo de renovación del Constitucional, ¡por unanimidad! Y, más todavía, se ha puesto fin a casi diez años de mayoría de 6 magistrados conservadores frente a 5 progresistas y empieza una etapa de 7 progresistas frente a 4 conservadores llamada a durar hasta 2031.

¿Cómo ha ocurrido este “milagro navideño”? Por mucho y bien que colegas periodistas informen de la estrategia que los magistrados progresistas acordaron, en plena Nochebuena, cuesta entender que los conservadores fueran tan ingenuos como para proponer a César Tolosa y María Luisa Segoviano pensando que los progresistas no aceptarían porque ella, aun siendo también progresista y feminista y pionera en romper techos de cristal, no es José Manuel Bandrés.

Seguro que hay matices importantes, pero visto a distancia ciudadana, ahora tanto si el TC lo acaba presidiendo el progresista Cándido Conde Pumpido o la progresista María Luisa Balaguer toca brindar por esa mayoría para afrontar la decena de cruciales sentencias pendientes como las de la Ley de eutanasia, la de educación, la reforma laboral, la Ley del aborto, las medidas de ahorro energético que Ayuso recurrió, el escaño arrebatado a Alberto Rodríguez de UP, la renovación del poder judicial… Y todo cuanto el PP recurra en adelante, acostumbrado como está a usar el Constitucional como tercera cámara donde intentar frenar la soberanía popular.

Las uvas de la euforia

El fulgurante brillo de este Constitucional renovado que de pronto nos ha llegado ilumina al fin el panorama. Entonces el Gobierno de coalición PSOE-UP aprueba, en el último consejo de ministros de 2022 –y el presidente Sánchez presenta como respaldo a “la clase media y trabajadora”– un sexto paquete de medidas anticrisis donde se baja a 0% el IVA de alimentos como el pan, harina, leche, quesos, huevos, frutas, verduras, legumbres… y del 10% al 5% los aceites y pastas; se da un cheque de 200€ a 4,2 millones de familias vulnerables, 300 millones de euros a agricultores y, sobre todo, se congelan los alquileres, medida muy defendida por Unidas Podemos.

Por si faltara una guinda para que la izquierda se coma las uvas con burbujeante sensación de euforia el precio de la luz lleva días desplomado gracias al “tope ibérico al gas” del que PP, Vox y Ciudadanos tanto se mofaron.

Feijóo, aun siendo gallego, está desnortado. Incapaz más que de la crítica gruesa tras el estrepitoso fracaso de bajar impuestos a los ricos que estrelló en mes y medio a la premier británica Liz Truss.

¿El gobierno ha sorteado ya sus mayores escollos? ¿Afronta el 2023 de presidencia de la UE con buenos mimbres para un segundo mandato tras las generales? ¿Tiene un plan? ¿O fallas internas de PSOE y Unidas Podemos llevarán a la Moncloa al PP conVox?

Esta noche, mientras suenen las doce campanadas, todos confundiremos realidad y deseos. Pero a cada 31 le sigue un 1, a menudo de resaca, rímel corrido, caras abotargadas. ¿Tiene la izquierda de verdad un plan para este año electoral?

El segundo mandato no lo traen los Reyes

No se trata de reencarnar al señor Scrooge de Dickens, pero hay que reconocer que pese a los logros de la legislatura y al fin de la corrupción que lastró los mandatos del PP la pugna electoral será ajustada.

Lo bueno es que tanto PSOE como Unidas Podemos parecen asumir que volverán a necesitarse para reeditar un ejecutivo. De ahí que sus críticas, choques y pulsos sean medidos. El problema, que tanto el PSOE como Unidas Podemos tienen deberes pendientes en su ámbito interno.

Sánchez, que con los cambios legales de la sedición y malversación busca también posicionar mejor a Salvador Illa en Cataluña, desatiende un flanco sur sin el que es muy difícil gobernar España. El PSOE andaluz languidece sin freno tras la derrota autonómica de junio frente al PP de Moreno, cuando sería urgente un revulsivo para las municipales del 28 de mayo y las generales de otoño. No puede olvidarse que de Andalucía salen 61 de los 349 diputados al Congreso, poco menos de un quinto de la cámara. A mucha distancia de los 10 que salen de Extremadura, comunidad cuya presidencia socialista ahora también peligra, según el CIS.

Por su parte, en el espacio a la izquierda del PSOE, sigue sin amarrarse un pacto maduro entre corrientes y sensibilidades. Sumar, desde su nombre y por los mensajes de su líder, Yolanda Díaz, nació llamado a aunar esfuerzos y alcanzar objetivos. De ahí que desconcierte y apene que sigan pasando meses en blanco. La mayoría de partidos del área, y no solo Podemos, piden concreción y, como es legítimo, pactar programa y puestos en las listas, imagino.

En este sentido es incomprensible que Díaz conteste a Ione Belarra que no es tiempo de hablar de coalición porque no hay convocadas elecciones cuando sí que lo están las municipales y doce autonómicas, pero además es dudoso que Sumar ilusione y arrastre si se limita a ser una plataforma electoral y solo para las generales. Casualidad o no, Yolanda Díaz acaba de perder el puesto de política más valorada de España desde que hace un año reemplazó a Pablo Iglesias.

Suerte, destino y lo que decidimos

Por ahora viviremos con la incógnita, como niños en la madrugada del 5 al 6 de enero. Ojalá el año que viene por estas fechas no estemos lamentando lo que pudo ser y no fue porque en política rara vez se atiende a la semilla fructífera de la crítica.

Estos días, aquí en Sevilla, una mujer a quien la mayoría de España no conoce, una médico y gestora llamada Carmen Martínez-Aguayo, ex consejera de Hacienda de la Junta de Andalucía y antecesora en el cargo de la actual ministra María Jesús Montero, ha entrado en la cárcel para cumplir seis años. Es la primera de los siete condenados por los ERE que ingresa en prisión, ella sin apurar el plazo que tenían hasta el día 2 de enero. Y sin conocerla ni haberla tratado pienso en ella que no inspira las cartas, artículos e iniciativas de solidaridad que sí recibe su ex jefe y mentor, el ex presidente de la Junta y del PSOE José Antonio Griñán.

Y no dejo de darle vueltas, pensando en ella y en su familia, a cuánto más le habría ayudado oír, leer, reflexionar las palabras críticas que durante décadas se dijeron y escribieron sobre el modo en que ejercía el poder el PSOE-A, que dejarse arrullar por los aplausos y peloteos de quienes hoy, cuando ella está encarcelada, alaban y aplauden al poder de turno.

Para quienes somos libres y hoy es siempre todavía, todo puede aún evitarse y alcanzarse.

Con mi mejor intención, deseo a todos, incluidos los reos, un 2023 de salud y paz en el que logremos mejorar.

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