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Rafael Sánchez Durán (Endesa): “Lograremos ser el referente en generación distribuida de Europa”
Rafael Sánchez Durán es director de Relaciones Institucionales de Endesa en Andalucía y Extremadura y uno de los mayores expertos en transición energética. En la era de la descarbonización, para cumplir los objetivos de reducción de emisiones, habla de los cambios en la demanda ya el papel de un consumidor que gana protagonismo con el nuevo modelo.
¿De qué hablamos cuando decimos generación distribuida?
Nuestro modelo energético está en continua evolución desde la generación fósil (carbón, petróleo y gas), hacia otra de origen renovable (hidráulica, eólica y solar), persiguiendo los ambiciosos objetivos de la descarbonización total del mix energético para 2050. Se suma el paso de un modelo de generación centralizado, con un limitado número de empresas productoras, a otro con mayor grado de descentralización y participación activa del consumidor.
¿Qué papel tiene el consumidor en el modelo?
La generación distribuida cada vez más contempla la aparición de pequeños productores de energía, con capacidad de aprovechar la producción renovable en sus instalaciones. Estos héroes de la transición energética son los denominados “prosumidores” que pueden llegar a compartir sus excedentes con otros consumidores cercanos.
¿Cómo está siendo su implantación España?
La implantación está siendo lenta. España ocupa el quinto puesto, después de Francia, en potencia fotovoltaica instalada dentro de Europa. La implantación es aún más lenta si comparamos que somos el país de mayor irradiación solar respecto a otros de Europa.
Nuestras cifras, efectivamente, están lejos de los objetivos...
Según el registro del Ministerio de Transición Energética, a 2017 existían 19 MW fotovoltaicos instalados en España, destacando por comunidades Galicia, Cataluña y Andalucía. La realidad es que nuestro potencial es muy superior por cada kW instalado, ya que las más de 2.000 horas de sol permiten una capacidad de producción que llega a ser el doble en verano respecto a otros países europeos. En un escenario optimista podríamos alcanzar un 5% de la energía producida en 2025.
¿Qué necesita un usuario en nuestro país que por ejemplo mañana quisiera sumarse a este sistema?
El usuario que quiera aprovechar la energía procedente del sol para abastecer su propio consumo necesita tener una superficie orientada preferiblemente al sur, sobre la que instalar placas fotovoltaicas a razón de 1 kW por cada 10 metros. Siguiendo con esta sencilla aproximación deberá invertir en la instalación para ver cómo recupera con el ahorro en los primeros 5-10 años, sabiendo que podrá disfrutar de ella al menos 25 años.
¿Cuáles son las principales dudas del consumidor a la hora de decidirse?
La principal reflexión que tendrá que hacer es la de cambiar el consumo futuro por una inversión en el momento actual, justificada por la garantía de recuperación por los ahorros de energía. Y a estos argumentos económicos se une también la responsabilidad de contribuir con producción de energía renovable y hacer más eficiente su propio consumo.
¿Llegará el momento en que podamos compartir energía como hacemos por ejemplo con el coche mediante plataformas como blabacar o con las viviendas mediante plataformas de intercambio?
Para compartir la energía lo primero que tenemos que entender es que necesitamos una instalación sobredimensionada, es decir, que supere las necesidades instantáneas de demanda energética. El sol, en su transcurso diario, presenta de forma continua el mismo ritmo y capacidad de producción de electricidad alrededor del mediodía. Si tenemos mayor potencia instalada que consumo en dichas horas, se podría, o bien acumularla mediante sistemas de almacenamiento electroquímico, baterías estacionarias, para las necesidades de por la tarde, o entregar la energía al sistema eléctrico.
Sí esa capacidad de producción por parte de los usuarios crece, ¿cómo deberá ser la reestructuración de las grandes eléctricas? ¿cómo les afectará?
En la medida que aparece mayor generación distribuida, el papel de las empresas distribuidoras de electricidad será más relevante. Porque se suman las necesidades de un sistema de distribución eléctrica o micror-red para poder distribuir el voltio al consumidor más cercano y un sistema de información más o menos sofisticado con el que realizar la transacción o balance energético. Con lo anterior se garantiza el movimiento de flujo físico y económico. El prosumidor acabará recibiendo una compensación por la energía cedida, en valor económico o con energía equivalente a diferentes horas donde ya no tengamos la irradiación solar, todo esto dependiendo de la regulación vigente en cada país. En cualquiera de estos diferentes modelos hará falta una red eléctrica que permita circular esta energía, poniéndola a disposición de todo el sistema eléctrico, de ahí la importancia de las distribuidoras.
Endesa participa en Smartnet, ¿qué pretenden concluir de esta experiencia?
En nuestra estrategia de evolución de redes tradicionales hacia redes inteligentes o smart grids, Endesa pretende demostrar cómo la red de distribución permite la integración de recursos energéticos distribuidos. El objetivo final de Smartnet es mejorar tanto la eficiencia como la estabilidad de la red eléctrica. Pero al mismo tiempo, crear una red más sostenible y flexible donde se incrementará el aprovechamiento de los recursos de los clientes y donde habrá una disminución de pérdidas y emisiones al reducir las sobrecargas en la redes.
¿Cuál es la aportación desde España?
El proyecto SmartNet está desarrollando tres pilotos experimentales en Italia, Dinamarca y España. En Endesa lideramos el piloto español, con el objetivo de demostrar que podemos actuar como agente agregador de productores y consumidores a pequeña escala. Esta prueba piloto se está realizando en Barcelona. SmartNet trata de demostrar la capacidad tecnológica de casos como éste en España, Italia y Dinamarca y crear los primeros modelos de este futuro mercado.
Jorge Morales, director de Geoatlanter, decía recientemente en una entrevista en Eldiario.es que en 10 años lo raro será no tener autoconsumo en casa, ¿qué opina? decía recientemente en una entrevista en Eldiario.es que en 10 años lo raro será no tener autoconsumo en casa,
Una gran proporción de nuestros hogares no tiene superficie suficiente para cubrir sus propias necesidades mediante una solución de autoconsumo. Las viviendas unifamiliares son sólo una parte del parque edificado y éstas pueden tener una orientación de tejados diferente respecto al óptimo que es sur. Existen opciones de crear instalaciones de autoconsumo compartido, pero en estos casos desplazamos los problemas a puesta en común de espacios existentes y a la división de costes entre los vecinos. Con ello seguro que nuestro país logra alcanzar su máximo potencial, pero no creo que pueda llegar a tener esa afirmación. Si bien el autoconsumo tendrá un papel muy relevante en la evolución hacia un sistema energético futuro, no llegará a ser una alternativa universal de abastecimiento a medio plazo.
Una de las primeras cosas que busca el usuario es electricidad más barata, ¿es posible con esto? Más allá de los beneficios para el medioambiente y el compromiso que cada uno pueda tener contra el cambio climático, por ejemplo.
Las actuales tarifas incentivan la producción propia de electricidad porque contienen tasas, impuestos y sobrecostes que se añaden al del suministro. Lo primero que debiéramos pedir al regulador en nuestro país es que elimine estos extras a la tarifa eléctrica y de esta forma al ciudadano que opte por una instalación de generación distribuida no le estaremos engañando con un beneficio potencial que se basa en esta serie de costes, que si desaparecen hará que su rentabilidad sea menor.
¿Cree que a la larga visualizaremos un ahorro en la factura con la apuesta por energías renovables, por cuanto lo que suponen de reducción de costes de producción? ¿En qué plazo?
El país tiene un enorme potencial de ahorro si deja de importar energía fósil y basa su mayor parte de consumo en las tecnologías renovables. Los grandes parques, eólicos y solares son mejor solución al abaratamiento de los costes energéticos del país, primero por economías de escala y después por la mayor superficie disponible en nuestro país que aproveche el recurso. Nuestro país es una zona privilegiada del planeta para pasar de una generación fósil a otra de tipo renovable y estamos obligados a hacerlo para ganar competitividad y sostenibilidad en nuestro consumo energético. Lograremos ser el referente en generación distribuida de Europa, pero este reto es un esfuerzo colectivo que debemos iniciar lo antes posible.
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