La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en relación al artículo de opinión publicado en eldiario.es Andalucía el pasado 5 de marzo de 2020, quiere poner de manifiesto lo siguiente:
CEAR lleva años denunciando las deficiencias del actual sistema de acogida, tanto en España como en Europa. Sin ir más lejos, el pasado día 26 noviembre de 2019, CEAR reclamó un plan integral de acción coordinado por parte del Gobierno estatal, junto a las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, con el fin de solucionar el colapso del sistema de protección internacional y dar respuestas adecuadas a las diferentes situaciones, resolviendo en especial la situación de calle que sufren en estos momentos cientos de personas. CEAR estimaba necesaria una participación coordinada y efectiva de las autoridades estatales, autonómicas y locales para identificar adecuadamente a los migrantes en situación de vulnerabilidad y por otra parte a las personas susceptibles de recibir protección internacional, con el fin de derivarlas a recursos específicos adecuados a su perfil.
A finales de 2019, varias provincias en España no disponían de recursos de acogida para personas solicitantes de asilo. CEAR estimaba que alrededor de 7.500 personas estaban en espera de plaza en el sistema de acogida y éste presentaba unos índices de ocupación históricos superando el 97 % en prácticamente todas las localizaciones territoriales. En provincias como Madrid o Barcelona, había personas pernoctando en la calle a las puertas del SAMUR social porque no quedaban plazas ni siquiera en el sistema de albergues de emergencia municipales. Y ante esta realidad CEAR, en modo alguno, va a omitir el mandato de su misión social: atender de manera integral a las personas refugiadas.
En este contexto, y siempre con el fin de colaborar en la respuesta a esta situación de emergencia, en el mes de septiembre el CAED que gestiona CEAR en la provincia de Sevilla en el marco de la acogida a inmigrantes llegados por costas, fue transformado en centro de acogida para solicitantes de asilo. Se redujo el número de plazas, precisamente, para cumplir con los estándares de calidad que recomienda la EASO (European Asylum Support Office), el propio financiador y la Directiva 2013/33/UE de 26 de Junio de 2013.
El Centro de Acogida Temporal de Majaravique ha sido visitado por el ACNUR y por la Fundamental Right Agency, corroborando ambas las buenas condiciones de las instalaciones y la calidad de los servicios que allí se prestan a las personas acogidas. De igual modo, se realizó un importante refuerzo de personal, tanto en el propio centro como en la delegación para dar cobertura a la atención especializada que requiere este colectivo. En este sentido, en Majaravique todas las personas reciben atención jurídica, social, psicológica y laboral, entre otros, para ir dotando a las personas refugiadas de instrumentos y habilidades que, tras su salida del centro a los seis meses, les serán necesarias para una progresiva y efectiva integración en la sociedad de acogida; fase de integración en la que las personas son, en todo momento, acompañadas por el equipo de profesionales del Área de Inclusión de CEAR.
En cuanto a la escolarización de los menores, todos, sin excepción, son y están escolarizados. Como en la vida de cualquier persona, no siempre es posible tener plaza en un colegio que esté cerca del domicilio y no queda otro remedio que acompañar en transporte público a los menores. Y como refuerzo al citado transporte público, además, CEAR tiene contratado un autobús para que, a diario, traslade a los menores desde el centro a los colegios.
En relación a los acompañamientos, pasos a segunda fase, formación ocupacional, enseñanza del idioma., cada caso se trabaja de manera individual conforme a las características, expectativas y posibilidades de cada una de las personas. Las profesionales que trabajan en el centro están sobradamente cualificadas, formadas y motivadas para desempeñar su labor con las personas residentes en el centro. En cualquier caso, en CEAR no se trabaja desde una perspectiva asistencialista ni, mucho menos, paternalista; sino desde el reconocimiento y fomento del valor y capacidades de las personas que llegan y su dimensión como sujetos de derechos y obligaciones.
El objetivo de nuestro trabajo es que las personas sean autónomas y capaces de vivir de manera independiente, como lo hacían en sus países de origen, para lo cual se intenta reducir la dependencia de recursos sociales tanto personales como materiales. No obstante, si las profesionales así lo valoran para el caso concreto, se realizan acompañamientos para la realización de trámites administrativos, sociales, médicos, etc.
Desde CEAR se desea recalcar que no existe masificación alguna; que las instalaciones son acordes a la normativa vigente; que la atención personal en el centro es exquisita y que cada persona tiene su profesional social de referencia, atención psicológica y jurídica si así se demanda. Y los conflictos de convivencia que puedan surgir en el día a día son abordados por los profesionales del centro desde la clara perspectiva de que supone un primer paso a la integración, pues ésta es inviable sin asentar unas mínimas bases de respeto y tolerancia a la diversidad. Diversidad que en CEAR entendemos, a diferencia, parece ser, de otras entidades, como motivo de enriquecimiento y valor profesional y personal.
En definitiva, y para concluir, CEAR no tiene que replantearse su razón de ser porque tiene muy clara la misma: denunciar las deficiencias del actual sistema de acogida sin que ello suponga, bajo ningún pretexto ni concepto, abandonar a su suerte a las personas refugiadas para que naufraguen en las disfuncionalidades de dicho sistema.
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