El guardián de las aguas de Andalucía
Vigilar las aguas de Andalucía, ese es el objetivo del laboratorio de control de calidad ambiental de Andalucía. Se trata de un centro puntero en Europa en el análisis de muestras de aguas continentales y litorales de la región. El laboratorio, que se encuentra repartido entre los centros de Huelva, Palmones (Cádiz) y Motril (Granada), está considerado uno de los más completos del continente al reunir acreditaciones de calidad nacionales e internacionales en toma de muestras, muestreo, medición de caudal o análisis biológicos, entre otros parámetros. El prestigio del laboratorio supone que centros de análisis de otras comunidades, como el País Vasco, envíen muestras a este laboratorio público.
Como recuerda la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, “las aguas continentales están sometidas a numerosas y variadas presiones que ponen en riesgo su buen estado. Las más significativas son los vertidos industriales y urbanos, la contaminación difusa, en particular con nitratos procedentes de la agricultura, la degradación física de los ecosistemas acuáticos y la sobreexplotación de los recursos hídricos”.
En ese sentido Miguel Sousa, jefe de servicio de calidad de agua, destaca que “independientemente de que haya vertidos o no, el laboratorio hace un control de calidad que se envía, a través del Ministerio, a Bruselas de acuerdo a la Directiva Marco de Agua de la Unión Europea”.
El Guadalquivir, uno de los ríos expuestos a mayor contaminación
Dentro de las aguas continentales, el río Guadalquivir figura como uno de los ríos expuesto a mayor contaminación y presenta “altos niveles de conductividad y de nitratos procedentes de la agricultura. Toda la masa central del Guadalquivir está declarada contaminada por nitrato. La fertilización de la agricultura lo hace inevitable”. Los nitratos generan la proliferación de algas dentro de un fenómeno conocido como eutrofización que termina haciendo estragos en la vida de los peces de estos ecosistemas.
Al contrario que los europeos, “los ríos mediterráneos se secan en verano y no llevan agua todo el año. De ese modo, algunos parámetros como la turbidez, la salinidad o la materia orgánica aumentan y al caudal apenas le queda más que los vertidos de la depuradoras”, señala Sousa. En algunos puntos, el principal foco de contaminación de los ríos andaluces es de origen urbano, “aunque en el 80% de los ríos la depuración es correcta, en algunos pueblos falla”.
Por su parte, la zona de Huelva, destaca por “una alta concentración de determinados metales, ya que en la sierra de Huelva y Sevilla hay muchos sulfuros metálicos”.
¿Es el Tinto un río contaminado? “Es un río especial, no está definida su tipología, pero se está haciendo ahora. Siempre ha habido manantiales ácidos, desde antes de los fenicios. Incluso en documentos medievales, cuando la actividad minera era mínima, se hablaba de un río ácido. Tiene un componente natural al atravesar masas piríticas que se ha agravado con la actividad minera de los últimos año, ya que las lluvias disuelven los metales y los llevan a los ríos”.
En cuanto al agua potable, se puede hablar en Andalucía de dos zonas, aquellas que se benefician de las excelentes aguas de Sierra Morena y aquellas que sufren las aguas duras de la costa. Sevilla, Córdoba y Jaén disfrutan de esas aguas, mientras que la parte sur de la provincia de Sevilla, Cádiz y la costa son “aguas más salinas, donde se disuelven las calizas y las aguas son más duras”.
Las aguas litorales, por su parte, están muy controladas, sobre todo, en verano, donde la propia Consejería de Salud se une a su control. Los resultados, procedentes de 350 puntos de control de las diversas playas de la costa andaluza, no pueden arrojar un resultado más satisfactorio: prácticamente todos los puntos obtuvieron una nota excelente. “Excepto tres o cuatro casos de vertidos urbanos o zonas industriales, las aguas litorales están muy bien, ya que hay bastante renovación de las aguas”, concluye Miguel Sousa.