“Nos van a obligar a salir a pescar sardinas con una calculadora en la mano”
“Como sigamos así, vamos a tener que salir a la mar con la calculadora en la mano”. Con esa frase resume su frustración actual Francisco Carrillo, uno de los armadores de la captura de la sardina que en estos días tiene su barco amarrado a puerto por estar el sector en plena veda, además de esta pendiente de una regulación de las capturas que puede hacer que se limite mucho el trabajo y las ganancias diarias de la gente del mar en el Golfo de Cádiz.
Pendientes de saber si fructifican las negociaciones tendentes a aumentar las cifras impuestas, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha fijado una cuota de pesca de sardina para la flota del Atlántico, que se sitúa en mil toneladas mensuales, a partir del 1 de marzo. El Gobierno establece un tope de capturas para la flota del Atlántico según el cual los pescadores de España y de Portugal podrán capturar en toda la campaña de 2015 hasta un máximo de 19.005 toneladas, y de esa cuota, la flota española obtiene mil toneladas mensuales, que utilizarán los barcos del Golfo de Cádiz, Cantábrico y noroeste.
Para los pescadores, limitar tanto las capturas es algo que no tiene sentido, sobre todo porque “nos han prohibido coger sardinas precisamente cuando la mar está llena, pero al paso que vamos nos van a obligar a tener que tener que estar pescando con una calculadora en la mano, y mirando cada día cuando nos interesa coger sardinas o cuando no”.
Carrillo lamenta que los pescadores “nunca hemos tenido tantos impedimentos como ahora, sobre todo porque si quieren regulación lo que tienen que hacer es contar con nosotros, porque llevamos doce años auto regulándonos, y por eso en el Golfo de Cádiz la pesca está en perfecto estado, hasta tal punto que a nosotros no nos faltan nunca sardinas ni boquerones, sino que cada vez hay más”.
“De momento, solo podremos coger boquerones”
Los pescadores tienen ahora mismo los barcos en dique seco, algunos literalmente, realizando algunas reparaciones para que todo esté a punto el 2 de febrero, cuando se pueda volver a faenar, pero van a tener que hilar muy fino cuando llegue ese día, ya que “cuando salgamos solo podremos coger boquerones, y hasta el de 1 de marzo no nos dejan coger sardinas”, una situación de estrés que endurece un trabajo que, de por sí, ya es bastante duro.
“Nuestra rutina es muy dura, porque los barcos salimos a las 7 de la tarde, venimos a las 3 y a las 6 otra vez en pie, y tenemos que estar toda la noche faenando, hasta el viernes hasta las dos de la tarde”, algo que da una idea de lo precipitadas que son frases como “el pescado está caro”, a lo que se une que “nos obligan a parar dos meses, una parada en la que antes a los marineros les daban un dinero , pero ahora no hay dinero para nada, así que tenemos que estar obligatoriamente parados esperando al día 2 para salir a faenar de nuevo”.
Con todo ello, el barco de Carrillo, el “Antonio el Moro”, un buque de 18 metros de eslora en activo desde 2009, está esperando que mejoren todos los vientos, incluidos los de los despachos, para poder faenar de nuevo, con la vista puesta en el 1 de marzo, cuando podrán echar las redes de nuevo al agua. Como a perro flaco todo son pulgas, encima el día 1 es domingo, así que hasta el 2 de marzo no se podrá volver a faenar.
“La cuota es totalmente insuficiente”
A la espera de saber qué va a pasar finalmente, las negociaciones sigue, con representantes del sector como la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras (Faape), que considera “insuficiente” la cuota de sardina fijada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para la flota del Atlántico y espera que la programación que se realice de las capturas “sea la adecuada”.
El presidente de la Faape, Pedro Maza, entiende que las 1.000 toneladas al mes que corresponden a la flota española suponen una cantidad “insuficiente”, sobre todo si se tiene en cuenta el peso de ésta -concentrada en el Golfo de Cádiz, Cantábrico y noroeste- con respecto a la portuguesa.
“Lo que defiende todo el mundo es poder programar las cuotas”, ha apuntado Maza, ya que eso permitiría contar con recursos todo el año y faenar cuando es más productivo, que en el caso de la flota española coincide con los meses de primavera y verano.
