El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.
Tiempos de epidemia… también para los cultivos hortícolas
En el último año y medio, todo el mundo ha sufrido una pandemia sin precedentes, la COVID-19, causada por el coronavirus SARS-CoV-2. Esta enfermedad ha alterado profundamente nuestras vidas y las modificaciones que han sufrido las relaciones interpersonales son evidentes en nuestro día a día. Ahora, todos estamos familiarizados con términos como variantes virales, casos asintomáticos, confinamiento, cuarentena, curvas de contagio, antígenos, anticuerpos, PCR, vacunas de ARN, etc. Pero las enfermedades causadas por virus en humanos no son nuevas y muchos lectores habrán sufrido la varicela, el sarampión, la gripe o infecciones respiratorias o digestivas más o menos graves. Sin embargo, la ciencia que estudia los virus, la Virología, no limita su campo de estudio a los virus humanos y animales. Así, numerosos cultivos agrícolas sufren importantes enfermedades causadas por estos agentes patógenos microscópicos. De hecho, el primer virus que fue descubierto allá por finales del siglo XIX, fue un virus de plantas que causaba la enfermedad del mosaico a las plantas de tabaco.
Al igual que se ha hecho evidente con el virus SARS-CoV-2 que afecta a los humanos, los virus de plantas no se ven limitados por las fronteras entre países vecinos ni por la distancia entre continentes. Así, los cultivos de tomate y cucurbitáceas (calabacín, pepino, melón y sandía) del sur de España y otras zonas de cultivo intensivo de la cuenca del Mediterráneo sufren serias enfermedades causadas por virus que hasta hace poco solamente se habían detectado fuera de Europa. Por ello, el control de los virus de hortícolas y plantas en general, al igual que los virus que atacan a los humanos, es un desafío global. Los daños causados por begomovirus y tobamovirus a tomates y curbitáceas son difíciles de estimar a nivel global, pero son frecuentes los casos de importantes pérdidas económicas que se han estimado desde el 15% de la producción hasta la devastación total de la cosecha. En numerosas ocasiones, las infecciones virales suponen el principal factor que limita la producción de un cultivo, como ha sido el caso del conocido como virus de la cuchara del tomate en España durante muchos años.
En este contexto de emergencia viral, se han iniciado recientemente las investigaciones del proyecto VIRTIGATION, financiado con fondos europeos. En particular, begomovirus y tobamovirus son los que amenazan a nuestros principales cultivos hortícolas intensivos (típicos de las zonas costeras de las provincias orientales de Andalucía: Málaga, Granada y Almería) con más virulencia en la actualidad por lo que constituyen el objeto de estudio de este proyecto.
En respuesta a estas amenazas de virus globales, el proyecto VIRTIGATION tiene como objetivo final reducir las pérdidas en los cultivos de tomates y cucurbitáceas en cifras que podrían rondar el 80% y reducir el uso de pesticidas químicos para controlar los insectos vectores. Para ello, el proyecto contempla una aproximación multidisciplinar que incluye la inducción de resistencia natural, diseño de “vacunas vegetales”, el uso de bioplaguicidas, y estrategias de control integrado o protección cruzada. Se desarrollarán herramientas de diagnóstico avanzadas basadas en la secuenciación del genoma viral para el estudio de las variantes virales que existen o puedan generarse en campo. Finalmente, se pretende aumentar nuestro conocimiento sobre las interacciones que existen entre los virus y los insectos vectores que los transmiten de unas plantas a otras, considerando el posible impacto causado por el cambio climático en este proceso.
VIRTIGATION reúne a 25 socios de organismos de investigación, universidades, servicios de extensión agraria y PYME de 12 países: Bélgica, España, Luxemburgo, Reino Unido, Italia, Países Bajos, Francia, Alemania, Austria, Israel, Marruecos e India y se coordina desde la Universidad Católica de Leuven (Bélgica). Por parte española participan cuatro instituciones de Andalucía y una de Cataluña incluído el IHSM-CSIC-UMA.
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El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.
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