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SEQUÍA

Los flamencos evitan la laguna de Fuente de Piedra, hoy un desierto de sal

La laguna de Fuente de Piedra, a comienzos de julio | Miguel Heredia

Néstor Cenizo

Fuente de Piedra (Málaga) —

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Casper y Lora, una pareja de holandeses que ronda la treintena, bajan de su coche de alquiler en la explanada vacía que sirve de aparcamiento al Centro de Visitantes de la Laguna de Fuente de Piedra. A las once de la mañana el termómetro ya apunta a los 30º C.

– “Hemos venido a ver flamencos…” – dice él con sonrisa amplia.

Hace tiempo, camino de Sevilla, los vieron pasar y encontraron en Internet que aquí suele criar la mayor colonia reproductora de Europa. Así que se han plantado en mitad de Andalucía a ver si hay “suerte”, sin saber que este año no hay ni uno solo, y ni siquiera hay laguna. Donde otros años queda algo de agua, ahora se extiende una superficie seca de tierra y sal. “Recibimos muchas llamadas para preguntar, pero otros vienen a ciegas…”, admiten en el centro de visitantes.

El paisaje de la laguna, que cambia del intenso marrón al blanco, es efecto directo de la sequía. No es la primera ni será la última vez que no haya polluelos de flamenco en Fuente de Piedra, ni que la sal cubra la superficie. Ocurre cada vez que la capa de agua se queda por debajo de los 25 centímetros. Pero este es ya el tercer verano anómalo, después de que en 2021 tampoco hubiera cría, y en 2022 apenas nacieron 3.700. En un año normal nacen en torno a 8.000.

Tampoco habrá el tradicional anillamiento, y eso es un palo para este pequeño municipio de 2.787 habitantes.

Menos de la mitad de la lluvia habitual

A las puertas del centro, Victoriano Mora da por concluida la jornada guardando en su funda un tremendo teleobjetivo de 3000 mm. Se vuelve a Martín de la Jara (Sevilla), desde donde viene cada semana, con algunos ejemplares sueltos de malvasías cabeciblancas, aguiluchos laguneros, porrones europeos y zampullines cuellinegros en la tarjeta de memoria. Eso sí, ni rastro de la estrella del lugar, el flamenco (phoenicopturus ruber).

Este año apenas un centenar de ejemplares pasaron por aquí en primavera, pero hace semanas que emprendieron el vuelo. En abril, había una fina capa de agua en algunas zonas, pero casi toda procedía de las depuradoras. Es agua dulce que viene bien a las aves pequeñas y acuáticas, pero insuficiente para los flamencos.

“Son muy sabios. En cuanto vieron que había 20 o 30 centímetros en abril sabían que la laguna no duraría nada. Si no tienen agua para que la isla donde crían los polluelos esté rodeada se van. Y este año, tal cual llegaban se iban”, cuenta Marta Luque. Conoce bien la laguna porque lleva 23 años organizando excursiones desde el pueblo.

La laguna se nutre de las escorrentías, las aguas subterráneas y las precipitaciones, y no llueve. Se recarga con las lluvias de otoño y primavera, y pierde gran parte de su volumen durante el verano. Pero en el actual año hidrológico, que empieza en octubre, han caído 185 litros por metro cuadrado en la estación meteorológica de Fuente de Piedra, frente a una media histórica de 413,1, según los datos oficiales de la Red Hidrosur.

“Habría que retroceder al siglo pasado para encontrar una fecha tan temprana en la que se ha secado la laguna, ya que 2023 ha sido junto a 1995 y 1997 los ejercicios en los que antes se ha secado la zona de cría, rondando los meses de marzo y abril”, anunciaba la Junta de Andalucía en mayo.

El agua disputada de los acuíferos

La excepcional sequía de este año se suma a varias temporadas excepcionalmente secas. Choca leer en el interior del centro algunos carteles: “Andalucía posee el patrimonio natural más rico, variado y mejor conservado de la Unión Europea”. El Plan Andaluz de Humedales vigente se aprobó en 2002 con la vista puesta en las dos décadas siguientes. El pasado febrero, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó empezar a trabajar en nuevo plan, el Plan Andaluz de Humedales Horizonte 2030. En Andalucía se localizan 25 de los 75 sitios en España de la lista Ramsar de humedales de importancia internacional, pero hoy parece un guiño cruel el sello con el que Correos conmemora este año el 50 aniversario de las relaciones España-China: flamencos en Fuente de Piedra y el Lago Hengshui.

En los carteles del centro, elaborados en la década de los 2000, se enfatiza la importancia de cuidar los humedales evitando, por ejemplo, las captaciones del acuífero. Sus trabajadores dicen que eso está hoy muy vigilado, y el alcalde asegura que no conoce ningún caso reciente. Pero alrededor del humedal, una reserva natural de 1.554 hectáreas que recoge las aguas de una cuenca de 15.000, sí hay pegatinas de una empresa de prospección: “Pozos. Sondeos en espacios reducidos”.

Los habitantes de Fuente de Piedra reciben agua de esos mismos acuíferos, y tuvieron que abastecerse con camiones cisterna hasta 2022, cuando estrenaron un sondeo con capacidad para extraer hasta 1,2 millones de litros diarios. Pero el pueblo consumía tanto que tuvo que volver a echar mano de un pozo contaminado de cloruros. Tras las advertencias de la Consejería de Salud, el verano pasado aprobó restricciones para el llenado de piscinas, el baldeo o la limpieza de coches, que se recordaron esta primavera. “Los sondeos están abasteciendo bien y podemos garantizar el suministro, pero no descartamos medidas más estrictas porque los recursos son limitados”, advierte el alcalde Siro Pachón (PSOE).

“Prefiero que no se lleven esta imagen”

Los flamencos forman parte de la identidad de este pequeño pueblo. Muchos se han encontrado en su patio o en la calle un pollo que no había sido capaz de aguantar el vuelo. Quizá por eso, hace tiempo que vieron venir algunas cosas: “El cambio climático lo vimos hace veinte años. Antes, llegaban en febrero y se iban en octubre, porque no querían el frío. Ahora, todo el año hay flamencos porque tenemos las mismas temperaturas que el norte de África”.

La condición indispensable es el agua, y este año no hay. Por eso, apenas los despistados y los incondicionales visitarán la laguna este julio, cuando otros años por estas fechas llegan a Fuente de Piedra cientos de ornitólogos, amantes de la naturaleza y simples curiosos para colaborar en el anillamiento de los polluelos.

“Era un momento de que todos nos conocieran. Se hacía una presentación a nivel andaluz, y por un día éramos el centro de la ornitología. Desgraciadamente este año no va a poder ser”, lamenta el regidor. No habrá en esta ocasión la tradicional verbena en honor de los voluntarios del anillamiento, que el año pasado rondaron los 400, y la actividad de bares y comercios de este pequeño pueblo ya se resiente.

Marta Luque dice que ya lleva semanas pidiendo a quien la llama que espere a septiembre y evitando actualizar la web. “Con este calorín no se puede estar en el campo. Así que prefiero no hacer ninguna publicidad y que no vengan ahora. Verla por primera vez así te decepciona un montón. Prefiero que no se lleven esa imagen”. 

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