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Puerto Moral es un belén

Belén viviente de Puerto Moral, en Huelva.

Fermín Cabanillas / Fermín Cabanillas

Puerto Moral (Huelva) —

Los belenes vivientes se han convertido en todo un referente para el turismo en decenas de municipios andaluces. Algunos despiertan curiosidad por sus enormes dimensiones, como es el caso del de Beas, el Huelva, o por su originalidad, como el de Corrales, una barriada de Aljaraque. Pero si hubiese que destacar uno por lo que representa para el municipio y por la importancia que los vecinos dan a la representación, ése es el de Puerto Moral, en Huelva.

Los casi 280 vecinos de esta localidad, situada casi al límite norte de la provincia de Huelva, se implican en una actividad que hace su población se multiplique de forma exponencial durante las fiestas navideñas. El belén es gratuito. Los visitantes ofrecen una aportación solidaria, a cambio de la cual, se adentran en el espectáculo con un chocolate caliente y un buñuelo artesano en mano.

En muchos edificios de una gran ciudad viven más personas que todo Puerto Moral. Este proyecto, que cumple cuatro años, une a todos ellos, bajo la tutela del Ayuntamiento, y con la colaboración de la asociación de Mujeres la Espiga y de la Asociación Cultural Cabalgata de Reyes Magos, además de los propios vecinos.

Este curioso belén se representa en la zona conocida como Los Merenderos, el Área recreativa Barranco la Madrona y Molino de Rodezno“, un entorno natural situado junto a la carretera de acceso al pueblo, donde estacionan decenas de vehículos y autobuses en estos días atraídos por la curiosidad del espectáculo. La propia ubicación de esta representación histórica ya la convierte en peculiaria: es un verdadero paraje natural que hace que las escenas del belén tengan el ambiente de un poblado de hace 2.000 años sin necesidad de grandes decorados artificiales.

La zona es de especial belleza por la orografía del terreno, la inmensa arboleda existente, la presencia del barranco de la Madrona y el mantenimiento de las paredes de piedra que permiten realzar y dar más realismo a las escenas del belén.

Otra peculiaridad del escenario es su original “sistema de calefacción”. Durante todo el recorrido se ubican estratégicamente una serie de hogueras que hacen que el visitante tenga la sensación de estar en un verdadero espacio habitado, y que invitan a recorrer las distintas escenas superando el frío de estas fechas.

“Hacer mucho con muy poco”

Este pequeño pueblo de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche se vuelca con la organización del portal de belén viviente y es un verdadero ejemplo “de hacer mucho con muy poco”. Quien lo dice es el alcalde, Ezequiel Ruíz, que destaca que cada persona ayuda de diferente forma, ya sea en el montaje de las escenas o bien dejando utensilios, atrezos antiguos y enseres necesarios para la representación. La participación de los jóvenes y niños del municipio es fundamental para dar vida y hacer posible esta cita, subraya el regidor.

El belén viviente está interpretado íntegramente por niños y jóvenes de Puerto Moral o con alguna relación con el municipio, y cuenta con escenas de diverso tipo que van desde la carpintería, la quesería o el lanar, pasando por la anunciación o el nacimiento. El año pasado, la organización recogió 700 euros gracias a la voluntad de las personas que acudieron a las visitas, todo un hito para un pueblo que cuadruplica o quintuplica su población por unas horas gracias a esta iniciativa.

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