Un aislamiento imposible: alta médica para una mujer de 86 años con Covid-19, dependiente severa y con sus hijos confinados

Vista general del Hospital Universitario Virgen del Rocío

Javier Ramajo

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Una familia de Sevilla aún está sorprendida con el alta médica que recibió hace unos días su madre, con COVID-19 diagnosticado hace menos de dos semanas y cuya dependencia severa le hace imposible valerse por sí misma. Sorpresa por el envío a su domicilio y, sobre todo, por hacerlo a sabiendas de que cuatro de sus cinco hijos tienen y tenían la orden en sus respectivos centros de salud de confinarse por haber estado, precisamente, en contacto con su madre los días previos a su ingreso hospitalario.

“Neumonía por SARS-CoV-2” fue el diagnóstico que recibió María apenas unos días después de su 86 cumpleaños tras presentar fiebre y vómitos. Dependiente severa, como así consta en su historia clínica, fue llevada a urgencias por sus hijos el pasado 16 de septiembre y quedó ingresada en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla tras pasar por el servicio de hospitalización transitoria de COVID-19. El 24 de septiembre, apenas una semana después de su hospitalización, recibió el alta por “buena evolución” y estar “afebril desde su ingreso”, con el siguiente plan terapéutico: “aislamiento en domicilio hasta 14 días después del alta hospitalaria”, según consta en la documentación médica a la que ha tenido acceso este medio.

Aparte de que pueda llamar la atención que una persona de esa edad reciba el alta médica a sabiendas de que todavía esté en la situación de poder contagiar la COVID-19, algo corroborado verbalmente por los médicos a la familia, el caso es que sus cuatro hijos tenían ya entonces órdenes de sus centros de salud de permanecer confinados durante dos semanas desde el momento en que su madre dio los primeros síntomas de COVID-19, es decir, hasta este 30 de septiembre. El quinto de los hijos es una persona de alto riesgo por lo que, de acuerdo a los protocolos médicos, esta mujer estaría del todo desatendida, sola en su casa, y con sus hijos confinados en sus casas quienes, como era de prever, han roto los protocolos para seguir cuidando por turnos a su madre.

“No debe recibir visitas”

La información de cuidados al alta aconseja una habitación en domicilio cuya puerta “debe permanecer cerrada”, limitando sus salidas y recomendando sistemas de comunicación con su familia por “videollamada”. Para cualquier elemento que contenga restos biológicos, los médicos aconsejan un cubo de basura con una bolsa de plástico que cierre herméticamente y especifican cómo ha de ser una limpieza “adeuada” en la habitación, con desinfección diaria y otras instrucciones oportunas previstas para un aislamiento. La cosa se complica aún más con otras recomendaciones que constan en el informe: “no debe recibir visitas durante el periodo de aislamiento” y , “si entra algún familiar a su habitación, debe permanecer a más de dos metros de distancia de usted”. Fuentes de la Consejería de Salud y Familias, consultadas por el caso, responden de forma genérica que “si no hay criterio de hospitalización, se da el alta”.

“No entiendo que, con los niveles de contagio que se están dando, se dé esta situación, que le den el alta a una persona contagiosa, que no se puede valer por sí misma, que va a necesitar asistencia de personas que no somos profesionales de la sanidad, ni sabemos tratar el virus para evitar ser contagiados, ni tenemos los medios apropiados para realizarlos y cuando tendremos que estar cuerpo a cuerpo con ella. Lo que esto refleja es que no hay camas, aunque digan lo que quieran. Y tienen que abandonar a personas como mi madre muy mayor a su suerte”, denuncia a este periódico uno de sus hijos, que ha sido citado para pasar la prueba PCR este miércoles 30, día en que acaba su particular confinamiento que, asegura, ha tenido que romper como sus hermanos para atender a su progenitora. “Si tiene alguna duda sobre estas recomendaciones, consulte con el personal que le atiende”, termina el informe facilitado a la familia de María el pasado 24 de septiembre.

“El médico nos dijo que daban de alta a mi madre, una mujer con 86 años prácticamente ciega e imposibilitada totalmente para desarrollar un mínimo de vida. Mi hermano le explicó las peculiaridades de mi madre y el hecho de que cuatro de sus hijos estamos confinados. Todo esto nos hacía imposible atenderla, porque ella necesita ahora de nosotros para todo, para comer, vestir, lavarse, la limpieza de la casa, etc. Nos dijo que, en su estado, tenía que dar el alta. Le preguntamos si ella podía contagiar y nos contestó que sí, que ella aún estaba en la situación de poder contagiar, lo que nos hizo dejar a un lado la idea de contratar a una persona. Y la señora de la asistencia tampoco podría ir. Se lo volvimos a explicar al doctor, pero nos insistió: le tengo que dar el alta. Pero no la vamos a dejar a su suerte sola y desamparada”, relata el familiar, que apunta que, antes de que ingresara su madre, una mujer le asistía dos horas al día para el aseo y la limpieza, mientras que los hijos se encargaban de las comidas de acuerdo a un cuadrante de mañanas y tardes que ellos mismos han ido elaborando y que ahora han tenido que ir compaginando con aseo y limpieza, amén de los riesgos para su salud.

Este martes, un médico del hospital se puso en contacto con la familia para preguntar por la evolución de la mujer. Tras comentar que estaba mejorando, uno de los hijos le ha insistido que cómo se pueden dar altas “de esa manera”. El doctor le ha comentado, de forma similar a lo expresado por la Junta que, si el paciente evoluciona, el que contagie no es una cuestión para mantenerlo hospitalizado. Al hacerle ver de nuevo que la madre es “una persona muy dependiente”, el médico ha dicho que eso es “un problema de gerencia” y le ha explicado que están “faltos de camas” y que su madre “en su estado clínico es de alta”. Al comentarle que los hijos son los que la atienden, que están confinados y tienen que saltarse el confinamiento para asistirla, pudiendo crear más contagio, el médico ha repetido que “es cuestión de la gerencia, que ellos lo que ven es que hay más ingresos y que faltan camas”, según el relato de la familia, a quienes se le ha instado desde el hospital a hacer una reclamación.

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