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Jesús Cintora: “Los bulos se combaten apostando por profesionales que intentan trabajar con honestidad, no decidiendo o permitiendo apartarlos”

Jesús Cintora presenta su libro 'No quieren que lo sepas'

Antonio Ibáñez

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El periodista Jesús Cintora (Ágreda, 1977) participa este viernes 17 de febrero en Zaragoza en una charla en la que hablará sobre la actualidad, la situación del periodismo y la influencia que ejerce el poder político y económico La cita es en el Ateneo Laico Stanbrook a las 18:30 (Travesía Funes, 8, junto al Puente de Hierro) con la colaboración de Club de Opinión El Acebo y la Fundación de Acción Laica. Cintora lleva meses presentando por toda España su libro No quieren que lo sepas, que va ya por la sexta edición y en el que profundiza y muestra un mapa “del verdadero reparto de poder en España, de los tapones que frenan los avances y hace una apuesta por la regeneración”. Es el cuarto libro de un periodista que empezó su carrera en la Cadena Ser, donde dirigió algunos de sus espacios informativos más importantes, como Hora 14, Matinal Ser u Hora 25 Fin de semana. En los últimos años ha dirigido varios programas de Televisión en la Cuatro y TVE, como Cintora a pie de calle, Carretera y manta o Las cosas claras. De ambas cadenas fue despedido de forma abrupta por las presiones políticas y empresariales que recibieron las direcciones de estos canales.

Hoy existen más medios de comunicación que nunca. En principio, deberíamos estar mejor informados. ¿Es así?

No confundamos cantidad con calidad. Tú puedes hablar mucho y decir poco y omitir determinadas cosas. Por ejemplo, ¿cuántos medios han analizado estos días lo siguiente? La constructora ACS, de Florentino Pérez, ha sido líder de la obra pública en 2022 en España. Son muchos millones. Competencia ha determinado que grandes empresas de la construcción, como esa, concertaban contratos durante décadas. La Audiencia Nacional suspendió cautelarmente la multa y la prohibición de que siguieran contratando con la Administración pública. Pueden seguir llevándose adjudicaciones. Y hay fondos europeos muy jugosos que captar a través del Estado. ¿Has oído hablar mucho de esto?, ¿vamos con ello?

¿Más medios es mejor información?

Hay una canción que dice así: “Inocente, el que mucho abarca mucho miente”. Es de Rosendo Mercado, algunos dicen que el único mercado fiable. Bueno, pues me refiero a ese hábito de acaparar horas de programación que tienen algunos, no tanto para servirle a la ciudadanía lo que pasa, sino para influir negativamente, poniendo y quitando. Por otra parte, yo creo en la mayor pluralidad, sin duda. Lo cual no quiere decir que así esté todo resuelto. También hay mucho mercado de bulos y gente que está en los medios servilmente para lanzar mensajes política o económicamente interesados, más que para ofrecerle contenidos de interés a la ciudadanía. Y para unos cuantos profesionales, no pasar por ese aro puede suponer duras consecuencias.

Ruedas de prensa sin preguntas, grupos de WhatsApp para distribuir argumentarios entre los periodistas, entrevistas con filtros previos, dificultad para acceder a las fuentes… Y al mismo tiempo, los políticos abren canales de Tiktok y Youtube para estar “más cerca” de la ciudadanía cuando en realidad es un método perfecto de control del mensaje que se quiere trasladar. Esta paradoja se asume con naturalidad incluso desde los profesionales de la comunicación. ¿Cómo lidiar con esta contradicción?

Las redes han llegado para quedarse. No creo que sean malas. En su momento también hubo mensajes alarmistas sobre la tele o la radio. La clave está en el contenido. Todo se reduce a lo mismo, la verdad y la mentira. Y en cómo influye quién paga la tinta o ahora el algoritmo, por ejemplo, para que aparezcan más determinadas informaciones que beneficien los intereses de poderosos, pongamos por caso. Pensemos en lo siguiente: la tele sustituyó a la radio como herramienta de consumo masivo de contenidos en casa hace muchos años, pero ahora el teléfono móvil está sustituyendo a la tele. Cada vez más gente se informa por la red, donde hay cosas buenas y trolas, como en los medios tradicionales. Yo defiendo el papel de los profesionales que puedan aportar oficio, pero con honestidad, que algunos también llevan un montón de años manipulando y se agarran al machito como Gollum en El señor de los anillos: “Mi tesoro, mi tesoro…”. Y están porque interesa.

Para algunos profesionales no pasar por el aro puede suponer duras consecuencias

¿La propaganda está sustituyendo a la información? ¿Se puede dar la vuelta a esta situación?

La propaganda tiene siglos. Propaganda fide de la Iglesia allá por el siglo XVII, creo. Algunos sí se comportan como discípulos en el Periodismo, porque también hay determinados poderes políticos y económicos que quieren correveidiles polarizados, sin respetar la autonomía del periodista. Los hay que se prestan a eso y ves lo que dicen y ponen y da vergüenza ajena. Solo hay que ver las redes. Detrás, a menudo, hay pasta. Hay profesionales dignos y hay gente que está en los medios porque obedece a determinados intereses. Hay fuga de público de los soportes tradicionales por cuestiones como el auge de las nuevas tecnologías, pero también, en algunos casos, porque se ha expulsado a la clientela por vender producto chungo. Pero mira, la caducidad, quién sabe, lo mismo va poniendo algunas cosas en su sitio.

¿La teatralización de la política y el periodismo está acabando con estas dos actividades imprescindibles?

Continuamente nos anuncian el final de tantas cosas… Crisis puede haber en esos sectores, pero acabarse no. Sí creo que detrás de determinados aspavientos, declaraciones estridentes y postureos hay cortinas de humo para polarizar a la gente. Que gestionen y, si no, que se dediquen al circo. Está la política del mucho ruido y pocas nueces, pero también el periodista que se llena la boca diciendo que hace periodismo, pero luego cierra esa boquita o se la tapa a otros tragándose determinados temas que afectan a gente poderosa. Protectores y protegidos.

¿El periodismo es ahora una profesión con más riesgo que en los inicios de la democracia?

No me gusta hacer esos baremos. Irá por barrios, como tantas cosas. Ojo que hubo gente amenazada de muerte o asesinada. No obstante, sí creo que recién terminada la dictadura, como estaba todo más revuelto, más por hacer, había más rendijas para colarse con libertad. Con el paso de los años, los que manejan el cotarro han ido tomando posiciones y reforzando sus redes de poder para tenerlo todo más controlado. Eso de la Transición debiera ser algo constante en un país libre, no algo visto como un tiempo pasado y hacerle homenajes de vez en cuando. Pero iremos avanzando, seamos optimistas. Aunque para eso debiéramos empujar.

¿Cree que estamos pagando ahora las consecuencias de ciertas cosas de la Transición que se deberían haber hecho mejor?

Yo no voy a echarle la culpa a Franco de la precariedad, del precio del alquiler o de los casos de censura de hoy en día. Son temas que deben resolver los que mandan en este siglo. En cuanto a la Transición, pues hubo cosas buenas y malas. A mí no me gusta tirarlo todo por tierra. Fue una vergüenza que familias que ganaron poder y riqueza con un golpe militar y la dictadura mantuvieron esos privilegios, mientras otros tienen a sus muertos en las cunetas. Incluso hay, por ejemplo, modos de un capitalismo de amiguetes que se han perpetuado. Pero también fuimos levantando en democracia un sistema del bienestar que se está deteriorando y deben defenderlo los de ahora. Ojo al negocio con la sanidad o la educación, mientras se debilita lo público. Costó mucho conseguirlo y puede costar poco perderlo.

En otras democracias sería un asunto de horario de máxima audiencia, en abierto y profundizando en el tema de la pasta, no tanto en si se acostaba con una o con otra

Su último libro va ya por la sexta edición. El título lo dice todo: No quieren que lo sepas. Pero al final, aunque pasen muchos años, se acaba sabiendo lo que no quieren que sepamos. ¿Por qué ahora, por ejemplo, se habla de los desmanes del rey emérito y se cuenta lo que se intuía y era un asunto tabú?

Jajaja. Vas tú bueno. Hay un montón de cosas que ni sabes ni sabrás. Eso de que con el tiempo todo se sabe está muy bien como frase hecha, pero no se cumple siempre. En cuanto a la monarquía, apunto algunas incógnitas: ¿dónde está el dinero oculto fuera de España?, ¿cuánto?, ¿a nombre de quién están o estaban las cuentas además de Juan Carlos? Y, por cierto, de estos temas se informa hasta determinado punto y en determinadas ventanas, no en otras. En otras democracias sería un asunto de horario de máxima audiencia, en abierto y profundizando en el tema de la pasta, no tanto en si se acostaba con una o con otra.

Tras 25 años de carrera y programas con buenas audiencias, estás apartado de los medios de forma forzosa por el efecto de un telefonazo y ese cruce de intereses mediáticos, empresariales y políticos que explicas en tu libro. Tu caso es paradigmático, pero no único. ¿Los periodistas que tratan de informar sin someterse a presiones pagan un precio muy alto?

Habrá de todo. En mi caso, tengo mucho que contar, pero en resumen te diré que llevo un año y medio desde que me apartaron, fuera de los grandes medios desde que me dejaron en la calle tras llamarme para hacer un programa en TVE en la etapa del llamado gobierno progresista. Era un programa que funcionaba. Yo fui a la televisión pública cuando me llamó un director de Actualidad nombrado en esta legislatura, al que estoy agradecido. El espacio tenía buena audiencia, era de servicio público y con un gran equipo. Me despidieron tras una cacería infame. Hubo quien movió el árbol para tirarme incluso antes de empezar. Y hubo quien entregó mi cabeza. Me duele que intenten trasladar que a mí me quitó la derecha, porque no es verdad. La mayoría en el Consejo de TVE, entonces y ahora, es de consejeros a propuesta del gobierno progresista. También dijeron que era solo cosa de Tornero, pero más allá de su comportamiento que ya contaré, él ya no está y no solo él apoyó quitarme. En resumen, me habían llamado, hice un trabajo con buen resultado y me dejaron así. Y estas cosas no pasan y siguen pasando sin la orden de los de arriba. Por cierto, cuando me quitaron de Las Mañanas de Cuatro algunos de los que mandan ahora me llamaron, pusieron tuits y señalaron a Rajoy como culpable. Eran más jóvenes y los había llevado como tertulianos de aquel programa. Ahora, también es muy revelador que aún estoy esperando que me digan qué pasó para echarme así. Pero hay que seguir. Pidamos salud y a continuar.

En esos 25 años que llevas de trabajo, ¿las presiones ahora son mayores que cuando empezaste?

Eso lo he vivido según en qué medio haya estado. Una de las peores presiones, claro, es que te dejen sin curro después de llevar tantos años presentando programas de radio y de tele y en plena juventud, cuando te ves con fuerza y te apuñalan. De todas las formas, cuando te cierran una puerta hay que abrir una ventana. En este oficio y en la vida hay gente buena, mala y regular. Por cierto, más allá de etiquetas políticas. Me quedo con la diferencia entre las buenas y malas personas. Ahora estoy haciendo un montón de actos abiertos al público donde hablamos del libro No quieren que lo sepas y, sobre todo, la gente viene y pregunta. Es un trabajo diferente. A mí me encanta la cercanía del ciudadano. No tengo que fingirlo. Estando cerca de la ciudadanía se aprende un montón. En tiempos de postureo, la naturalidad puede ser el mayor ejercicio de sinceridad que uno puede ofrecer.

¿Por qué los bulos calan más en la opinión pública que la información veraz y contrastada? Esta misma semana, grandes líderes de la audiencia en la televisión de las mañanas han propagado que por matar una rata puedes ir a la cárcel, que se quiere despenalizar la zoofilia o que la prohibición de vehículos de gasolina se debe a que quieren que vayamos todos en patinete. Y luego lo he oído en la calle. ¿Cómo podemos combatir esto?

¿Te digo una idea? Apostando por profesionales que intentan trabajar con honestidad, no decidiendo o permitiendo apartarlos.

En tiempos de postureo, la naturalidad puede ser el mayor ejercicio de sinceridad que uno puede ofrecer.

Los líderes de la información se pegan media mañana asustándote con supuestos okupas que te pueden entrar en casa cuando vas a comprar el pan y acto seguido dan paso a la publicidad y te anuncian una alarma. La relación es evidente y no deja en muy buen lugar al periodismo.

Te aseguro que yo daba mucha más cobertura a los desahucios, que ocurrían y siguen ocurriendo. Por cierto, hay empresas de alarmas con incremento de beneficios de hasta el 70%. Y quiero enviar un mensaje a los que se llenan la boca de constitucionalismo, patriotismo, progresismo, centrismo, liberalismo o lo que quieras. ¿Por qué hay que soportar que se vulnere permanentemente el derecho a una vivienda digna? Están cobrando alquileres abusivos. Están forrándose otra vez la banca, las constructoras, los fondos… ¿Eso no es antisistema? Están abusando del personal ordeñando tanto la vaca que no le va a quedar ni huesos para un caldo. Que piensen si igual están matando la gallina de los huevos de oro.

Las personas queremos medios independientes, pero la realidad es que esos medios independientes tienen grandes dificultades para sobrevivir. ¿Tener una prensa libre e independiente, si es que puede existir, exige un compromiso militante de la propia opinión pública?

Es bueno que la gente apueste por periodistas o medios de los que se fíe y los defienda, pero yo no estoy en el periodismo militante ni de partido. Lo respeto, porque desde hace muchos años ha habido medios de formaciones políticas, pero no estoy en eso. Con cumplir los principios deontológicos del periodismo bastaría. No me hace falta militar en nada más que en el Periodismo, que es el oficio en el que me licencié, fui becario y fui ascendiendo hasta que me han intentado cortar las alas. Sigo volando libre, a pesar de sambenitos políticos que te ponen para desprestigiarte. Otra cosa, no hay que confundirse ni generalizar. Hay editores y jefes en los medios que también respetan la esencia del periodismo. A veces, las generalizaciones son injustas.

¿Está trabajando ya en una segunda parte del libro para seguir contando lo que no quieren que sepamos? ¿O le veremos pronto en algún proyecto informativo?

Laboralmente, sobre todo quiero estar en el audiovisual este año. Y estaré, de una forma u forma. Aunque solo fuera para divertirme.

En Aragón gobierna una coalición de cuatro partidos tan diferentes entre sí como Podemos o el PAR. Nunca en España se había formado un Gobierno así. ¿El pragmatismo acabó con los principios ideológicos?

La política también es ponerse de acuerdo. Hacer lo posible con lo que hayan votado los ciudadanos, que a fin de cuentas es un mandato para que pacten y gestionen. Sin renunciar a los principios y a lo más básico de un programa electoral, claro. Los electores son los que deben juzgar si eso se ha cumplido o no.

Quiero estar en el audiovisual este año. Y estaré, de una u otra forma. Aunque solo sea para divertirme

Lambán ha apelado a la “transversalidad” para sortear esta aparente contradicción.

Que la gente juzgue hasta qué punto se han cumplido los programas electorales o no. Eso no me corresponde a mí. Por cierto, ser transversal igual incluiría que un servidor pudiera aparecer en la televisión aragonesa entrevistado por “No quieren que lo sepas”, porque curiosamente eso no ha ocurrido en teles como la de Aragón, Telemadrid, la gallega, Castilla y León y TVE. Entre las que sí, te digo la andaluza, la valenciana, la catalana, la vasca, la balear, la canaria, en Navarra, Castilla-La Mancha, Extremadura, Ceuta… Y mira que soy medio aragonés. No habrán tenido un ratico. Nunca es tarde.

Algunos en la ciudad se creen muy listos, pero llevan boina mental y no lo saben

Presume siempre de tus orígenes sorianos, de Ágreda, muy cerca de Aragón. Procede de esa zona que ahora se llama España vaciada y que se ha organizado políticamente y puede ser decisiva en las próximas elecciones. ¿Cómo ve este movimiento?

Siempre digo que soy del Moncayo. Mi infancia y la casa familiar están en Ágreda, pero con un montón de vínculos de varias comunidades, porque el pueblo está en Castilla, pero en la frontera con Aragón, Navarra y La Rioja. Realmente donde conozco más pueblos es en Aragón, porque me recorrí un montón con mi padre en el camión cuando era niño y adolescente. Con todo el movimiento de la llamada España vaciada me gustaría que hubiera menos teoría y más práctica. Creo que la lección teórica nos la sabemos bastante, pero falta aplicarla mucho más. Y que vivan los pueblos y los de los pueblos. Sin reblar. Algunos en la ciudad se creen muy listos, pero llevan boina mental y no lo saben.

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