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El Zaragoza Club de Fútbol Femenino denuncia discriminación de género al quedarse sin el campo en el que llevaba jugando 10 años

Estadio Pedro Sancho, en el que el Zaragoza CFF llevaba jugando 10 años

Marta Salguero

ZARAGOZA —

Indignación y mucha impotencia es lo que sienten las jugadoras del Zaragoza Club de Fútbol Femenino (ZCFF) tras quedarse sin el campo de la Federación Aragonesa de Fútbol donde llevaban diez años jugando. El Pedro Sancho, que ha sido su “fortín” durante este tiempo, estará ocupado esta temporada por un club masculino, el Club Deportivo Ebro, que deja el campo municipal La Almozara-El Carmen por motivos de espacio.

Este equipo masculino comienza ahora su quinta temporada en Segunda División B, la tercera categoría del fútbol nacional, un escalón por debajo del que ocupa el Zaragoza CFF en el fútbol femenino.

Esta situación ha provocado que a pocos días de que comience la liga, el Zaragoza, que ha llegado a militar trece años en Primera División y que tiene otros nueve equipos de fútbol base, no sepa dónde va a entrenar y jugar esta temporada. De momento ha llegado a un acuerdo con el campo municipal de Villanueva de Gállego, a diez kilómetros de la capital aragonesa, donde jugarán este domingo a las 12:00 horas su primer partido contra el Racing de Santander.

La polémica ha surgido después que la Federación Aragonesa de Fútbol haya aumentado la tarifa para disponer del Pedro Sancho ubicado en el Centro Deportivo Puente de Santiago de Zaragoza. Si el año pasado el Zaragoza pagaba 25.000 euros por utilizar estas instalaciones, este año deberá pagar un 20% más, es decir 30.000 euros. A esta cantidad se suma un canon publicitario de 12.000 euros que hasta ahora no pagaban. En total, 42.000 euros por los 25.000 euros que pagaban antes, explica el presidente del club -y presidente de la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino, Rubén Alcaine.

“Llevamos la tesorería del club como podemos y no podemos pagar esa cantidad; los recursos con los que contamos los utilizamos para fichar jugadoras, pagar al cuerpo técnico e intentar subir a Primera”, afirma.

Alcaine considera que este aumento de la tarifa es una “discriminación de género” y un “obstáculo” para que el club siga en el Pedro Sancho. “Para nosotros es muy decepcionante ver que ahora que el fútbol femenino estaba despegando, la federación en lugar de poner facilidades, pone palos en la rueda ahora en favor de un club masculino”.

Desde la Federación Aragonesa de Fútbol, su presidente, Óscar Flé, niega que haya un trato discriminatorio y argumenta que el ZCFF puede seguir utilizando el Pedro Sancho y compartirlo con el club masculino ajustando los horarios siempre que pague la tarifa. Apunta que se dio prioridad al Ebro porque fue el único que presentó la solicitud en tiempo y forma en el periodo establecido, algo que el ZCFF no pudo hacer porque en ese momento debía el último pago, ahora ya liquidado.

Sobre el aumento de la tarifa, explica que se debe sobre todo a las mejoras y nuevas prestaciones que las instalaciones estrenarán esta temporada, como la red wifi, la sala de prensa o el nuevo botiquín, algo que también ha provocado cierta indignación en el femenino, pues aseguran que llevan años pidiendo estas mejoras sin que la federación las haya atendido: “Llevamos diez años reivindicando que pongan wifi y mejoren la cobertura y tapen el perímetro, y no nos han hecho ni caso y ahora que viene el Ebro les ponen todas las facilidades y encima les dan los almacenes, que habíamos utilizado nosotros para guardar el material y de lugar de oficina”, indica Alcaine.

Sin embargo, Fle insiste que la federación ha apoyado en todo momento al club femenino y le ha ayudado en los “momentos más delicados”. “Pero ellos han recibido una cantidad de dinero como no ha recibido otro club masculino a través de la Liga Iberdrola”. Recuerda además que la base del deporte femenino no paga las licencias ni la mutualidad.

Desde el ZCFF sostienen, en cambio, que al descender a segunda su presupuesto se ha reducido a la mitad y que ya desde la temporada pasada cuentan con 300.000 euros, frente a los 600.000 de la temporada 17-18. “Hemos perdido prácticamente todas las ayudas que recibíamos del Gobierno de Aragón y del Ayuntamiento de Zaragoza porque ya no somos élite”, comenta.

Así las cosas, entre reproches de la Federación Aragonesa de Fútbol y la directiva del club, las jugadoras han tenido que abandonar su “fortín”, así es como lo llaman, y trasladarse a Villanueva de Gállego cuatro días a la semana. “Tenemos que organizar nosotras los viajes porque no todas tenemos coche para desplazarnos y, por supuesto, asumir el coste de la gasolina”, afirma Lucía Fuertes, una de las tres capitanas del equipo. Junto a sus compañeras se siente “desplazada” por la federación y espera que este problema se solucione pronto. “Nosotras llevábamos diez años jugando allí”. De momento, este domingo jugarán contra el Racing de Santander en el campo municipal de esta localidad, mientras desde la federación apuntan que mantendrán la subida del precio y que no van a tomar ninguna medida para que vuelvan.

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