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La Confederación Hidrográfica del Ebro veta las centrales solares flotantes en los pantanos del Cinca

La empresa energética Acciona lleva casi tres años explotando una central solar en el embalse extremeño de Sierra Brava.

Eduardo Bayona

Zaragoza —

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 “No es adecuada la implantación de este tipo de instalaciones flotantes por los graves riesgos que se asumen y por los problemas de explotación que ocasiona este tipo de instalaciones permanentes”, concluye el informe remitido por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) al Inaga (Instituto Aragonés de Gestión Ambiental) dentro de la tramitación de la reforma del PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) de Aínsa, cuyo ayuntamiento ha incluido una salvaguarda frente a ese tipo de proyectos en la parte que afecta a su término municipal.

Se trata del primer informe en este sentido que, en este caso referido a los pantanos de El Grado y de Mediano, en el Cinca, emite el organismo de cuenca acerca de la eventual ubicación de centrales de energía solar en embalses, una iniciativa que provocó de salida, cuando transcendió hace unos meses, el rechazo en las zonas potencialmente afectadas.

La propuesta fue recibida como el prolegómeno de una ‘revictimización’ de áreas que ya sufrieron la inundación de sus valles el siglo pasado y que, además, pone en riesgo los a menudo frágiles ecosistemas económicos y sociales que se han ido tejiendo en torno a la explotación turística y deportiva de esos pantanos.

La construcción de esos dos pantanos provocó a mediados del siglo pasado la muerte de quince pueblos y el desplazamiento de los 1.200 vecinos que vivían en ellos, un impacto al que, por proximidad y por ser el Ara un río tributario del Cinca, se le suman otros 2.000 desplazados por la amenaza de la presa de Jánovas, que sin llegar a ser construida provocó la agonía, y poco a poco la muerte, de medio centenar de pueblos en el valle de La Solana.

Los dos embalses del tramo medio del Cinca

El veto ha contado con el respaldo del Gobierno de Aragón, ya que la resolución en la que el Inaga avala la modificación del PGOU condiciona el visto bueno a la obligación de “atender a las consideraciones recibidas por las administraciones en el proceso de consultas” y, especialmente, “a lo indicado por la Confederación Hidrográfica del Ebro, al respecto de la inviabilidad de la implantación de plantas fotovoltaicas en el embalse de Mediano y de, en su caso, El Grado”.

A esto se le suma “la incorporación de una serie de aspectos que se deberán tener en cuenta en los estudios de impacto ambiental” sobre las “potenciales afecciones al medio hídrico” que podría entrañar la implantación de instalaciones de ese tipo.

El organismo de cuenca llega a las mismas conclusiones para el embalse de El Grado, incluido por el Miteco (Ministerio para la Transición Ecológica) entre los susceptibles de acoger la instalación de centrales solares, y para el de Mediano, situado aguas arriba del anterior y que no figura en el listado que inicialmente contemplaba el Gobierno central.

Sin embargo, el hecho de que el Gobierno siga sin aprobar definitivamente el decreto que regulará ese tipo de instalaciones y recogerá sus eventuales localizaciones, cuyo borrador pasó hace un año el trámite de información pública y después recibió el apoyo del Consejo del Agua (con la oposición del Gobierno de Aragón), no ha sido obstáculo para la existencia de un proyecto de planta fotovoltaica en Mediano con una línea de evacuación que atravesaría el término municipal de La Fueva hasta conectar en el alto de Foradada con la que va de Escalona a La Pobla de Segur (Lleida), integrante en su día de la contestada ‘autopista eléctrica’.

“Tampoco se estima viable”

“Todo lo expresado en este informe para el embalse de Mediano”, reseña el Inaga, resulta “totalmente aplicable para el embalse de El Grado, aunque sí forma parte de los embalses incluidos en dicho borrador”, en el que “tampoco se estima viable” la instalación de una central solar.

El Grado, añade, “forma una unidad de explotación con el primero y sus características morfológicas, y sus condiciones de explotación y usos son idénticos”.

Las centrales hidroeléctricas de ambos pantanos son explotadas por Acciona, que se las adquirió a Endesa hace casi catorce años durante el tormentoso proceso de toma de control por parte de la italiana Enel, mientras que la gestión de los recursos hídricos para el abastecimiento de Riegos del Alto Aragón y el resto de usuarios del sistema corresponde a la CHE.

Acciona conectó a la red de transporte de energía española a mediados de 2020 la primera central flotante de energía solar, ubicada en el pantano de Sierra Brava, en Zorita (Cáceres). Ocupa 12.000 metros cuadrados y dispone de 3.000 módulos fotovoltaicos que suman una potencia de 1,15 megawatios.

Un modelo para países de población densa y suelo escaso

Los planteamientos iniciales del Miteco, ministerio del que por otra parte depende orgánicamente la CHE, contemplaban autorizar la instalación de placas solares en 105 pantanos de toda España, 19 de ellos en la cuenca del Ebro.

Entre estos se incluían catorce localizados en Aragón: los turolenses de Lechago, Gallipuén y La Estanca de Alcañiz, los zaragozanos de Moneva , El Val, Cueva Foradada y La Tranquera, los oscenses de La Sotonera, Lanuza, Búbal, El Grado, Montearagón y San Salvador y, por último, el de Ardisa, a caballo de estas dos últimas provincias.

Los planteamientos del Gobierno central, cuyo proyecto de decreto se deriva de otro anterior en el que sostenía que “las instalaciones solares fotovoltaicas flotantes abren nuevas oportunidades para aumentar la capacidad de generación eléctrica de origen renovable, especialmente en países con una alta densidad de población y escasez de suelo disponible (sic)”, algo que no deja de tener un componente de guasa en un país con la estructura urbana de España y cuando las zonas elegidas son algunas de las menos pobladas de este.

También atribuía a este modelo “ciertas ventajas sobre los sistemas terrestres, como un mejor rendimiento energético gracias a los efectos de enfriamiento del agua y la disminución presencia de polvo, entre otros aspectos”.

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