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De siete a dos médicos: la UCI del hospital de Teruel afronta la séptima ola con falta de especialistas

La UCI del Hospital Obispo Polanco de Teruel afronta la séptima ola de Coronavirus con solo dos facultativos frente a los siete con lo que contaba hace dos años

Isabel Traver

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Cuando la palabra Coronavirus empezaba a colarse en los telediarios, pero todavía resultaba lejana y desconocida, el equipo de la Unidad de Cuidados Intensivos que coordinaba José María Montón en el Hospital Obispo Polanco de Teruel contaba con siete personas. Una plantilla suficiente para atender las seis camas que dan servicio a la provincia. Ahora la situación es muy diferente y la UCI turolense afronta la séptima ola del Covid con todas sus camas ocupadas y con solo dos facultativos para atenderlas, más el refuerzo que llega desde Zaragoza para las guardias.

“El Coronavirus ha puesto de manifiesto un problema estructural que no es exclusivo de Teruel, sino de todos los hospitales periféricos y es la falta de personal y de recursos sanitarios. Tampoco es algo que ocurra solo en una especialidad”, explica Montón. 

En 2020, con las olas más virulentas de la Covid en pleno apogeo, los grandes hospitales se vieron obligados a cubrir bajas y a ampliar plantillas. Esto propició que en un concurso de traslados, tres de los siete internistas que entonces había en Teruel se marcharan a otros centros. “Muchos de los especialistas que hay en Teruel son de fuera. Son personas que acaban de terminar su residencia, que todavía no tienen responsabilidades familiares y que no tienen plaza en propiedad, son interinos, por eso cuando tienen la oportunidad se marchan para estar cerca de sus familias, cosa que es comprensible”, apunta el responsable de la UCI turolense. 

Hace más de un año que existen dos plazas vacantes para internistas en Teruel que no se han cubierto y a esto se suma la baja de un facultativo desde hace un año y la de otro desde hace dos meses. Una situación que ha llevado “al límite físico y psíquico” a las dos personas que quedan al frente del servicio. “Con solo dos médicos tener un día de descanso o coger vacaciones es casi imposible y hay una tensión y un miedo continuo por si alguno de nosotros coge el Covid y tiene que pedir la baja”, explica el Jefe de la UCI turolense. 

Durante una tercera parte de 2021, es decir más de 100 días, la UCI de Teruel estuvo al 100% de ocupación y entonces eran tres los especialistas al cargo. Esta situación se ha repetido en el primer mes de 2022 cuando solo quedan dos profesionales.

Montón y otro compañero se encargan de visitar a los enfermos cada mañana. “Un paciente en intensivos puede costar hasta dos horas verlo”, asegura. Cuando la plantilla estaba al completo, era una tarea que realizaban entre cuatro facultativos. Por otra parte, las guardias de la especialidad, que ascienden a cinco al mes, se cubren con médicos que se desplazan desde Zaragoza.

Falta de médicos

El responsable de la UCI turolense asegura que la falta de médicos en muchas especialidades es generalizada en toda España, aunque afecta especialmente a los hospitales pequeños y periféricos como el de Teruel. Achaca esta desigualdad al hecho de que la mayoría de facultativos que llegan a estos hospitales son de fuera y no tienen arraigo en la ciudad y también a los atractivos que ofrecen los centros más grandes, lo que les lleva a marcharse cuando tienen la oportunidad.

Lamenta, además, que los contratos en hospitales periféricos son casi todo de interinos, algo que no ayuda a asentar población. “Un contrato de interino solo funciona en la gran ciudad, en hospitales pequeños solo son atractivas si el médico es de allí, por eso es tan importante que salgan plazas en propiedad, eso atraería a gente de fuera”.

Asegura que en las últimas oposiciones que convocó el Gobierno de Aragón para internistas, existía la posibilidad de que salieran tres plazas en propiedad en el hospital de Teruel, pero solo salió una. “Son plazas estructurales, necesarias para que la unidad funcione correctamente, pero nunca se sacan todas las que hay”, asegura Montón. 

Además, aboga porque la convocatoria de traslados y de plazas en propiedad se unifiquen y salgan al mismo tiempo, “de esta manera se podrían cubrir las plazas que quedan vacantes a causa de los traslados”.

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