Los niños, los más afectados por los desahucios: en más del 40% de los hogares en riesgo de desalojo viven menores
El 42,3% de los hogares de la capital aragonesa en riesgo de desahucio están habitados por menores, la mayoría entre 6 y 11 años. Este riesgo de pérdida del espacio físico afecta al desarrollo psicológico, educativo y afectivo de los niños y, por tanto, repercute desfavorablemente en sus trayectorias educativas y socialización. Así lo establece un estudio de la Universidad de Zaragoza publicado por la revista científica “Children and Youth Services Review”.
Los bajos ingresos familiares y una situación laboral inestable aumentaron considerablemente la vulnerabilidad de los hogares. El promedio de ingresos de los trabajadores en riesgo de desahucio era de 917,79€ al mes. Ingresos insuficientes para cubrir los gastos del grupo familiar (alimentación, gastos de la vivienda, transporte y vestuario) y, además, hacer frente a las deudas hipotecarias: “encontramos que las principales causas no eran el desempleo sino la insuficiencia de ingresos, es decir, los padres tenían trabajo, pero esos trabajos no permitían pagar una vivienda. Además de lo que supone la vivienda en el porcentaje de gasto de los hogares, entre el alquiler o la hipoteca y el mantenimiento la vivienda ocupa buena parte de los gastos de una familia” explica Juan David Gómez-Quintero, uno de los sociólogos autores del estudio.
Se han analizado 515 casos de hogares zaragozanos que perdieron sus hogares o estuvieron en riesgo de perderlos entre los años 2014 y 2016, como resultado de los atrasos hipotecarios y cuyos expedientes fueron tramitados por el servicio de mediación en deuda hipotecaria de la Oficina Municipal de la Vivienda del Ayuntamiento de Zaragoza. Los sociólogos Juan David Gómez-Quintero y Jesús García Martínez, del Departamento de Psicología y Sociología e investigadores del Grupo de Estudios Sociales y Económicos del Tercer Sector (GESES), y la economista Lina Maldonado, profesora del Departamento de Estructura e Historia Económica y Economía Pública de la Universidad de Zaragoza han desarrollado este estudio.
5.861 procesos de ejecución hipotecaria desde 2008
Según los datos de Consejo General del Poder Judicial entre 2008 y 2014 se iniciaron en España más de 578.000 procesos de ejecución hipotecaria. En la ciudad de Zaragoza se activaron 5.861 procesos de ejecución hipotecaria desde que comenzó la “crisis económica de 2008”. Este estudio coincide con otros recientes sobre la pobreza y la exclusión social a la infancia en España, en los que se sitúa a España como el tercer país (por detrás de Rumanía y Grecia) con una de las tasas más altas de pobreza infantil de la Unión Europea.
La mayor parte de los hogares que se encontraron en esta situación eran familias españolas, “eran trabajadores, personas que habían adquirido una vivienda, con hipoteca, no estamos hablando de familias de muy bajos recursos porque habían obtenido un préstamo bancario. Muchos de ellos eran trabajadores que habían sufrido las consecuencias de la crisis económica de 2008. También hemos encontrado muchas familias compuestas, que hay otros miembros como por ejemplo primos o tíos, que tenían un mayor número de integrantes que otras familias”, explica Gómez Quintero.
En cuanto a las ayudas sociales, Gómez Quintero señala que eran “muy escasas” cuando se llevó a cabo este estudio y tenían “un muy bajo efecto protector a los desahucios”, también señala que las prestaciones económicas por hijos tuvieron escaso impacto para prevenir o mitigar el riesgo de desahucio. El sociólogo destaca que en los últimos años se han tomado medidas para que el desahucio no sea una medida tan inmediata en caso de impago y también confía en que el Ingreso Mínimo Vital ayude, “aunque va a ser insuficiente porque no hay 800.000 familias pobres en España, hay más”.
Tras los resultados obtenidos en esta investigación, “los Servicios Sociales y los sistemas de protección social tendrán que considerar este tipo de factores ante las consecuencias socioeconómicas de la actual crisis sanitaria originada por la pandemia del coronavirus”, apunta Gómez Quintero.
Inseguridad del hogar
La investigación pone de manifiesto el concepto de “inseguridad del hogar”, lo cual resulta paradójico porque “el hogar debe constituir el lugar más seguro para todas las personas, especialmente para la infancia”, señala el sociólogo Juan David Gómez Quintero. El hogar está constituido por un grupo primario, la familia, que provee afecto, sentido de pertenencia, identidad a sus miembros y satisfacción de las necesidades básicas. Pero también está constituido por un espacio físico, acogedor y confortable, que proporciona descanso y seguridad al grupo humano.
Este riesgo no solo se refiere a cuestiones materiales o económicos, sino también afectivas o emocionales: “Encontramos que para muchos menores están sometidos a unas situaciones de tensión familiar, que pueden repercutir en situaciones de tensión familiares o conflictividad y efectivamente esto con otros estudios afines se ve cómo afecta a las relaciones sociales un hogar inseguro es aquel que no puede proveer toda la satisfacción y el bienestar a estos menores en términos tanto materiales físicos como afectivos y emocionales”, comenta Gómez Quintero.
0